jueves, 21 de febrero de 2013

Chile: Ex jefe del Ejército convertido en jefe del Servicio Electoral

Es la consagración de la llegada de ex jefes militares y de carabineros (en tiempos recientes) a la vida política nacional y a cargos de corte político. Casi en un cien por ciento de los casos, asociados con los partidos derechistas Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN).


Es posible que afecte la sanidad de la institucionalidad chilena. En la penúltima semana de febrero (2013), un ex jefe del Ejército se convirtió en jefe del Servicio Electoral (SERVEL) del país.

Juan Emilio Cheyre, ex Comandante en Jefe del Ejército, que hizo su carrera bajo el mando de Augusto Pinochet, que emitió duras críticas contra la ex presidenta Michelle Bachelet, señalado en causas de derechos humanos, a cargo de la rama militar cuando murieron varios jóvenes conscriptos por el desatino de mando en Antuco, cuyos escritos y entrevistas muestran su perfil conservador e inclinado a las posturas de la derecha política, es ahora Director del SERVEL que, entre otras cosas, debe garantizar neutralidad, equidad y transparencia técnica y política a toda la población y todos los sectores políticos.


Prueba de su ubicación doctrinaria es que los integrantes conservadores del Consejo del SERVEL votaron por él, pero hubo dos votos en contra de parte de miembros de perfil progresista.

Es la consagración de la llegada de ex jefes militares y de carabineros (en tiempos recientes) a la vida política nacional y a cargos de corte político. Casi en un cien por ciento de los casos, asociados con los partidos derechistas Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN). El mejor y más reciente ejemplo: el subsecretario de Defensa nombrado por el derechista presidente Sebastián Piñera, Oscar Izurieta, fue Comandante en Jefe del Ejército y recibió, precisamente de manos de Cheyre, el bastón de mando. Una decena de ex jefes del Ejército, la Armada y Carabineros fueron senadores designados o parlamentarios electos, representando a RN, la UDI o como derechistas sin partido.

Esa situación no dejó nunca de molestar a un sector de la sociedad que vio la situación como algo insano para el sistema democrático, sobre todo porque una inmensa mayoría de esos antiguos uniformados fueron parte de la dictadura y leales a Pinochet.

Cheyre, al poco tiempo de dejar su sensible y alto cargo, fundó en la Universidad Católica (los reportes informativos indican que de ahí salen los cuadros gubernamentales de la derecha) el Centro de Estudios Internacionales, puesto en el cual pudo hacer ostentación y utilización de conocimientos e información obtenida en el cargo de Comandante en Jefe del Ejército.

Desde esa posición y recordándose que fue el máximo jerarca de los militares, Juan Emilio Cheyre se convirtió en analista político e internacional a través de artículos y largas entrevistas en diversidad de medios de prensa.

Es un caso elocuente de un ex jefe del Ejército haciendo carrera política y comunicacional.

Es cierto que en el origen de este episodio se encuentra un factor no menor. El Senado elige a los miembros del Consejo del SERVEL y, como en el caso de otras instancias del Estado, designa de acuerdo a un criterio de cuoteo político/ideológico, sin dejar de considerar elementos académicos y profesionales de los designados. Pero el cuoteo político se produce de hecho, como en el Tribunal Constitucional o la Suprema Corte de Justicia.

La elección al interior de ese Consejo del ex jefe del Ejército no pasó desapercibida para sectores significativos de la sociedad.

Una nota de Gabriel Angulo publicada en el Portal El Mostrador, dio cuenta de algunas reacciones contingentes en Twitter que se enmarcan en estas consideraciones. El periodista Mauricio Weibel indicó que la “designación del general Cheyre, acusado de torturas, como presidente del Servel es una ofensa a nuestras víctimas. Una falta de sentido ético”. El ex oficial, siendo Capitán del Ejército, fue denunciado como participante de la “Caravana de la Muerte”, aunque judicialmente todo quedó descartado. El director del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales (ICSO) de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, escribió: “No sean malos con Cheyre. Como un amigo me dijo, tiene experiencia en elecciones: escogió a su sucesor en el Ejército”. La directora ejecutiva de la Fundación Chile 21, María de los Ángeles Fernández advirtió que un “ex militar sin competencias probadas en organización y comportamiento electoral presida Consejo del Servel es ¡preocupante y para reflexionar!” y añadió: “¡que alguien me diga si organismos similares a consejo Servel en países OCDE están integrados por ex militares!”.

Luis Casado publicó un artículo en elclarín.cl donde señaló: “Para remplazarle (al ex Director del SERVEL) se ha designado, sin los bombos y platillos que acompañan los desfiles militares, al general (R) Juan Emilio Cheyre. No es injuriar al Señor general el señalar que a lo largo de su carrera no debe haber practicado mucho la democracia. En la formación de los oficiales hay dos valores esenciales: la obediencia y el don de mando. En este caso… ¿Cuál es peor? De Cheyre se dice que es un hombre inteligente y yo estoy dispuesto a creerlo, a pesar de que Henri Jeanson aseguraba que si los generales son idiotas es porque los reclutan entre los coroneles. Pero me viene una duda… ¿Qué vino a hacer un hombre inteligente en esa galera? Cuando toda la ciudadanía cobra consciencia de vivir en un simulacro de democracia, ¿Qué puede aportar un hombre que viene de las antípodas de la práctica democrática? ¿Cheyre desea obedecer o mandar? ¿Tiene agenda propia? ¿A quién le da garantías en el marco de una institucionalidad ilegítima y perversa? ¿A qué juegan quienes le nombraron?”.

En tanto, la periodista Paula Correa, en Radio Universidad de Chile, emitió una nota sobre el tema donde Cristián Cruz, abogado defensor víctimas de violaciones a los derechos humanos indicó que “el señor Cheyre ha declarado como inculpado en la causa por la Caravana de la Muerte, es absolutamente impresentable que un individuo de esas características esté supervisando nuestra democracia. Como ciudadano y abogado de DD.HH. me parece repudiable y reprochable”. El jurista añadió que Cheyre “todavía tiene un par de procesos abiertos” y que si bien “la investigación tiene que seguir avanzando, el Tribunal le ha tomado declaración en calidad de inculpado en más de una ocasión”. Afirmó que está absolutamente claro el rol de los militares en una administración de derecha: “Lamentablemente aún nuestros organismos castrenses están comprometidos ideológicamente con una visión que no respeta del todo a los DD.HH.”, afirmó.

En la información de Radio Universidad de Chile se añadió que la presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Alicia Lira, dijo que “él fue parte del Ejército que violó sistemáticamente los DD.HH. en Chile y tiene la responsabilidad política en la muerte de los 45 conscriptos que murieron de frío en Antuco, por no haberlo previsto como correspondía. Eso demuestra su calidad moral, porque ética y políticamente él debió renunciar ante la tragedia que significó y cínicamente rindió homenajes, pero hasta aquí nunca se preocuparon de sus familiares”.

Paula Correa señaló en su despacho que “de esta manera, Cheyre genera fuertes desconfianzas a cargo de la institución supervisora de los procesos democráticos, no sólo en los actores ciudadanos, sino también entre especialistas electorales”.

Se agregó la declaración de la cientista política y directora ejecutiva de la Fundación Chile 21, María de los Ángeles Fernández, quien expresó: “Me parece que esto revela un cúmulo de desaciertos por parte del Gobierno, pero también del Senado, que ratificó esto a fines de enero. En un contexto de calidad de la democracia donde hay tantas sospechas instaladas, donde las principales instituciones son objeto de tanto descrédito ciudadano, no podemos ponerle más pelos a la sopa. Hay que ser un poco más cuidadoso en cómo se van instalando estas nuevas instituciones y quiénes van conformando sus entes decisores”. La especialista añadió que la nominación del Consejo se realizó  “entre gallos y medianoche” y que, además de la figura de Cheyre, hay otros elementos preocupantes, como que sus miembros sean todos hombres, marcando un elemento de disparidad de género. Además, consideró que los integrantes de la instancia no cuentan con conocimientos específicos en temas electorales, lo que es sumamente complejo cuando estamos a las puertas de un año “hiperelectoral”, marcado por primarias y elecciones presidenciales.

En las redes sociales circularon notas de varios medios y periodistas en relación a la trayectoria de este militar, que incluyen hechos que muestran su cercanía y aprecio a Augusto Pinochet y el proceso en torno a la “Caravana de la Muerte” donde él apareció involucrado.

En la situación actual, cuando menos se abre la posibilidad de la reflexión y la duda ante la confiabilidad institucional que pueda o deba existir respecto del recién designado Director de SERVEL, dada su orientación ideológica, su desempeño contingente y su pasado militar.

Cabe la consideración y la interrogante en cuanto a que si en el país no existen las o los profesionales, académicos y/o expertos con capacidades de alta calificación y especialización para optar a esas funciones del Estado y se tenga que recurrir a antiguos altos mandos militares.

Más allá de eso, esta nueva situación podría llamar, de nueva cuenta, a instalar el debate respecto al futuro de los ex jefes de las Fuerzas Armadas dado el carácter sensible, de confidencialidad estatal, de acceso a información, y relevante y estratégico de sus funciones.

Todo apunta a que lo conveniente es que saliendo de sus puestos, los Comandantes en Jefe de las tres ramas de las FF.AA. y de la direcciones generales de las policías (Carabineros e Investigaciones), estén sujetos a un periodo prudente en el cual no puedan ocupar cargos públicos ni privados para salvaguardar intereses del Estado y no colocarlos en ventajas inadecuadas.

Al mismo tiempo, podría legislarse respecto a que los altos mandos militares estén impedidos también de ocupar cargos de índole política y pública civil, diplomática y de carácter político/electoral durante un periodo considerable, para evitar sospechas y dudas respecto a sus desempeños y decisiones.

Habida la consideración de que reciben una adecuada pensión y respaldo institucional en ámbitos de salud, etc.

Hay un hecho de la causa. Actualmente, todos quienes llegan a las jefaturas máximas de las Fuerzas Armadas y Carabineros, provienen de generaciones formadas y mandatadas por los mandos castrenses de la dictadura e instruidos por las doctrinas establecidas en el periodo que esas instituciones adoptaron líneas ideológicas anticomunistas, contrainsurgentes, chovinistas y de control represivo interno. Están formateados en el encuadre de la Guerra Fría.

En razón de las funciones que cumplen y la información que manejan, de su tarea estratégica en el área de la Defensa, del rol cumplido como empleados del Estado (no de un gobierno), no se podría esgrimir que un ex jefe de la Armada, la FACH o el Ejército una vez retirado puede acceder a la vida civil como cualquier otro ciudadano. Es, si se quiere, uno de los sacrificios o responsabilidades de quienes eligen la carrera militar.

Es como si mañana -algo totalmente análogo- las comandancias en Jefe o altos cargos en las FF.AA. las asuman profesionales de la esfera civil ya retirados, o si el Consejo del SERVEL designa como su Director a un ex presidente de partido, a un ex Ministro de un gobierno determinado o a un ex parlamentario.

Hay que decir, por lo demás, que Juan Emilio Cheyre, según consta en investigaciones periodísticas e históricas, proviene de una institución que prohibió los partidos políticos, cerró el Congreso, esfumó el registro electoral y organizó un par de consultas electorales sin padrón electoral, sin oposición, sin una ley electoral, en lo que se consideró un fraude total.

En la consideración de mejorar la calidad de la democracia, parece no encajar que un antiguo jefe del Ejército esté a cargo del sistema electoral chileno.

Parece anómalo para la vida institucional de Chile y para el fluido desenvolvimiento de los procesos políticos y electorales.

Hay que prever, entonces, que esta sombra rondará cada vez que exista un conflicto, un problema, una duda, una polémica, una revisión, respecto a las funciones y tareas del Servicio Electoral.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Análisis de coyuntura de la Organización Comunista Libertaria de Chile

El lento proceso de rearme del campo popular inaugurado el 2006 tuvo como hito las movilizaciones estudiantiles el año 2011; proceso de movilización que logró generar un amplio arco de solidaridad por parte de la población que, por primera vez desde la dictadura, se articuló masivamente en torno a una demanda que esta vez apuntaba a aspectos estructurales del modelo de acumulación neoliberal (...)


(...) agudizando con ello la crisis de representatividad reflejada desde hace años en las encuestas de los diversos centros de estudios adscritos al bloque dominante.

Un hecho a constatar es que en el marco de dicha coyuntura, el movimiento estudiantil tuvo el mérito de sobreponerse a los intentos de la Concertación y el Partido Comunista de encauzarlo institucionalmente en función de su propia recomposición orgánica en un contexto de crisis. Hoy, cierta fracción de esa masa crítica estudiantil, muchas veces no capitalizada políticamente por aparato alguno, ha sabido responder (en parte) a los intentos de encauzamiento institucionales del reformismo. Es así que de alguna manera, el movimiento estudiantil ha ido adquiriendo consciencia histórica de sus reales aliados y de sus propias trampas del pasado, actuando con una acentuada autonomía respecto de las expresiones políticas adscritas al bloque en el poder, cuestión que se expresa con mayor visibilidad en los estudiantes secundarios que los universitarios.

Nuestra apuesta si bien ha tendido a fortalecer la independencia del movimiento como expresión de una acumulación de fuerzas que ponga en relieve el protagonismo de lucha de masas, ha reafirmado asimismo la necesidad de dotarnos como clase de procesos de desarrollo programáticos que signifiquen un salto cualitativo en la construcción de una fuerza social revolucionaria. De esta forma en el ámbito educativo hemos apoyado desde nuestra inserción estudiantil, sindical, poblacional y campesina junto a organizaciones sociales y políticas sociales, iniciativas programáticas inéditas como el Congreso Social por un Proyecto Educativo; esfuerzo que se suma al aporte de nuestros compañeros en el desarrollo programático al interior del CONFECH y de la ACES.

Estos esfuerzos que tributan al caudal de fuerzas transformadoras, han contenido, hasta cierto punto, el reflujo de la movilización; asimismo han contribuido a evitar una victoria aparente en el plano táctico, que implicara una derrota estratégica para el campo popular que hipotecara las posibilidades de rearme orgánico de las clases populares en un escenario de crisis de legitimidad de la clase política y de emergencia de un cuestionamiento estructural al modelo neoliberal.

Sin embargo, la capacidad de contención resulta insuficiente. El movimiento se ha demostrado carente de herramientas para contraponer una alternativa a la alianza con los partidos políticos propuesta por el reformismo, lo que expresa en un segundo nivel de análisis que el movimiento no es capaz de ir más allá de una cierta inercia social que bloquea los procesos creativos populares, y, por el contrario, se queda con lo viejo. Hablamos de una cultura de masas que se cimenta en un saber histórico amarrado a los referentes tradicionales, situación que la izquierda de intención revolucionaria no logra revertir. Reacciona a la propuesta de alianzas con la clase política con manotazos de ahogado, interpelando a eventuales aliados, “al conjunto del pueblo”, a la “unidad con otros sectores” a “los trabajadores y pobladores”, postura que si bien manifiesta una intencionalidad política correcta y útil en determinados momentos como política de contención, refiere a una lectura de la realidad muy limitada que no contempla la situación concreta, orgánica e ideológica de la clase trabajadora y el conjunto del campo popular, que aun no se sobrepone de la profunda derrota derivada de la Dictadura Militar.

Los “otros sectores” interpelados, no sólo se encuentran des constituidos, sino que además sus expresiones embrionarias difícilmente escapan de la sectorialidad en sus demandas, lo que nos debe llevar a interrogarnos sobre la situación de la clase trabajadora y sus perspectivas. Para ello esbozaremos un rápido vistazo a su situación.

Por ejemplo a nivel sindical, el desarrollo de una franja de trabajadores clasista es precario. Basta con fijarse en que el aumento sostenido de la cantidad de huelgas en el último tiempo, no es reflejo de un avance significativo en la composición de un nuevo movimiento sindical, que supere la burocracia y las limitaciones propias de la legislación actual. No obstante existe el esfuerzo de un pequeño puñado de organizaciones que ha trascendido la esfera sectorial y está haciendo apuestas programáticas. Estas organizaciones de base han sostenidoesfuerzos por converger en aspectos reivindicativos básicos, y aun cuando persista la carencia de propuesta política y de referencialidad orgánica puede dar pasos importantes a partir de iniciativas nacionales de articulación sindical y programática como el Congreso por un Nuevo Sindicalismo.

En el plano territorial, las movilizaciones de Calama, Freirina, y Aysén, si bien han permitido canalizar las demandas sociales en función de una lógica que pone en el centro el protagonismo de la comunidad organizada, se encuentran en gran medida mediatizadas por la intervención política que a nivel municipal y parlamentario desarrolla la Concertación y el PC en función de sus intereses corporativos. A nivel de las organizaciones territoriales y funcionales, la situación no es distinta, la lógica clientelar instalada desde los 90 “naturalmente” las encauza al escenario electoral y por tanto a la función de base de sustentación de los diversos referentes que disputan la institucionalidad a nivel comunal, es más, la única organización sectorial de alcance nacional del campo poblacional -FENAPO- se encuentra tensionada y absorbida por la coyuntura electoral dada la presencia de referentes que colocan este aspecto como centralidad del debate político.

No obstante el análisis de la realidad concreta de esta franja de pueblo clasista, es menester ocuparse de comprender las fuentes en el mundo popular (aquel descompuesto e inorgánico) que alimentan la politización de los mismos. No se trata de acomodarse en constataciones vacías de la politización de la cotidianeidad, pero sí de comprender que algo existe y algo cambia en lo más profundo del mundo popular que permite o que alimenta en alguna proporción la constitución de sectores acotados pero de alta fortaleza política y moral. En este sentido, la tarea compleja consiste en comprender y alinear dichos procesos con el propiamente político-orgánico de las organizaciones de la izquierda revolucionaria, cuestión que tiene que ver precisamente con aportar sustantivamente a la proyección de la clase trabajadora como fuerza motriz de las transformaciones en nuestro país.

II

La imposibilidad del movimiento estudiantil de encontrar aliados en el mundo social y el reflujo propio del carácter cíclico de la movilización permitió al gobierno sacar el debate de la calle y encajarlo en el parlamento con el despacho de siete proyectos de ley. Esta situación, que fue leída por muchos como una derrota parcial, ha implicado asimismo una recomposición interna, demostrando en términos concretos que el movimiento estudiantil constituye el único segmento y dimensión (en cuanto nodo de diversos cruces y articulaciones sociales, como pueden ser las de índole familiar, laboral, etc.) del campo popular que es capaz de reinstalar una y otra vez, y con ascendente radicalidad en las propuestas y en la acción, la necesidad de transformar a fondo las estructuras económicas, políticas y sociales en Chile.

El contexto actual refiere a un movimiento que con todo sigue manteniendo un gran respaldo de la población, por sobre todas las instituciones del ámbito político; sin embargo, dicho capital se encuentra en riesgo si no logra generar una ruptura con la ritualidad instalada logrando avanzar en aspectos básicos. Para ello requiere dotarse de una hoja de ruta que articule las demandas de corto con la de largo plazo, pero además mostrar una salida a la actual situación institucional y para ello deberá identificar el carácter que la lucha de clases asume en la actualidad, lo que reenvía necesariamente a la imposibilidad de implementación de las reformas estructurales dada la institucionalidad política y la formación económica heredada de la dictadura.

La inexistencia de respuestas a estas interrogantes refleja que a pesar de que las demandas del movimiento sean profundamente políticas, éste carece de capacidad para actuar políticamente, dicho de otra forma, tiene claro los objetivos pero no logra avanzar tácticamente, y ello sencillamente porque a nuestro juicio no logra esclarecer una estrategia de ruptura (por su propia composición de clase, su incipiente rearme orgánico, entre otras razones). Así la apoliticidad del movimiento, que ayer aparecía como una gran virtud ante la debacle y desprestigio de la clase política, puede resultar altamente nociva, si la entendemos como una despreocupación por el tema del poder, lo que nos obliga precisamente a resituar lo político en el debate e identificar los puntos de fuga a esta situación general del movimiento.

III

El cuadro general del campo social a que hacíamos referencia, nos plantea la tarea de reinstalar la centralidad política en el debate de las organizaciones populares, para lo cual resulta imprescindible dotar a nuestra fuerza social y al conjunto del campo social de una organicidad y direccionalidad que permita referenciar en el conjunto del campo popular una orientación estratégica para superar la actual etapa de la lucha de clases en Chile, que constituya una alternativa a la orientación del reformismo.

La orientación estratégica del reformismo básicamente pone acento en la alteración de las correlaciones de fuerza en el ámbito de la representación política dentro del marco de la institucionalidad de Pinochet, lo que la lleva a desarrollar la tesis del gobierno de nuevo tipo y con ello una política de alianza con la Concertación que permita generar las reformas necesarias para abrir un nuevo ciclo político. El PC apela a construir un bloque político representativo de las clases progresistas o antineoliberales para generar un proceso de apertura democrática, sin embargo dicha lectura es absolutamente errónea. La burguesía nacional progresista no existe, toda vez que ha realizado de forma absoluta sus intereses de clase en el actual patrón de acumulación neoliberal, al igual que amplios sectores de la pequeña y mediana burguesía productiva y de servicios, que si bien pueden no aparecer objetivamente interesada en la mantención del proyecto neoliberal, se imbrican como clases subordinadas a la fracción más internacionalizada de la burguesía nacional y el capital monopólico transnacional, en el marco del actual bloque en el poder.

Desde ese punto de vista, la orientación estratégica del PC únicamente podría lograr un aggiornamiento o maquillaje del modelo, dado que resulta altamente improbable que las clases que resultan beneficiadas en el modelo alteren voluntariamente -sin conflicto- las garantías políticas y económicas en virtud de las que se reproducen como clase. Por otra parte, la crisis de legitimidad de la clase política arrastra a su conjunto y asimismo al PC, aunque en menor medida, pues si bien se ha visto afectado en su capacidad de articular en el campo social cuenta con margen de maniobra dada la debilidad congénita de la izquierda a que hacíamos referencia.

Nuestra orientación estratégica, en cambio, reconoce que la actual etapa de lucha de clases se encuentra enmarcada en la búsqueda de alternativas transformadoras que despuntan en la concreción de propuestas que enfrentan decididamente el paradigma neoliberal, constituyendo esbozos fragmentados de programa. Contextualmente dichas propuestas programáticas se expresan en el ámbito de reformas de carácter democráticas y económicas que colisionan con los marcos y dispositivos institucionales instaurados en dictadura, quedado establecida a la luz de los hechos la imposibilidad de avanzar en reformas estructurales.

En una serie de análisis anteriores hemos concluido que el modelo económicamente funciona en sus límites estructurales, y como reflejo de ello la institucionalidad aparece como la única salvaguarda a su desborde, lo que explica precisamente la imposibilidad de reformas políticas que permitirían el desmantelamiento del modelo, como por ejemplo el establecimiento de un sistema electoral proporcional y una reforma profunda al sistema de partidos.

Por lo anterior, consideramos que el modelo neoliberal es estructuralmente irreformable en el marco de las reglas institucionales instauradas en la dictadura y perfeccionadas en los autodenominados gobiernos democráticos, por tanto, las alternativas de su superación por la vía de la institucionalidad pinochetista se encuentran absolutamente cerradas. En términos generales y más allá de posiciones esencialistas, los procesos electorales únicamente resultan útiles en el plano nacional como tribuna pública desde donde referenciar la orientación estratégica y aspectos programáticos (nivel parlamentario y presidencial), o en el plano local además coadyuvar al desarrollo de procesos de acumulación de fuerzas en términos territoriales (Gobiernos Comunales y Consejos Regionales), opciones que como hemos señalado se ven tremendamente limitadas para el avance de sectores populares, debido a las limitaciones propias del sistema político y electoral.

Sostenemos, que no obstante las posibilidades de construcción referencial en el plano hegemónico que ofrecen los estrechos márgenes institucionales, la única posibilidad de generar un nuevo escenario que implique la superación de la actual etapa de la lucha de clases en Chile, radica en la capacidad del campo popular de comprometer los intereses del capital monopólico transnacional y del imperialismo lo que solo es posible generando un alto grado de ingobernabilidad política y económica. Es por ello que resulta determinante en la definición del cuadro político, la movilización y la acción directa de masas articuladas socialmente en función de un programa de reformas estructurales que contenga tanto las demandas sociales sectoriales como las de reforma al sistema político con un clara orientación socialista de forma de generar las condiciones para que las conquistas parciales sean capitalizadas como expresión de una conquista política del campo popular en avance histórico.

Dicho proceso de masas podría generar un marco de apertura democrática que incorpore reformas institucionales de fondo que permitan acabar con los blindajes dictatoriales y así abrir las puertas para el desmantelamiento del modelo, lo que sin dudas generaría condiciones sociales y escenarios políticos distintos desde donde sectores del campo popular puedan profundizar la disputa del proyecto socialista en todos los ámbitos, asumiendo la posibilidad de abarcar en términos más profundos la disputa institucional.

Lo anterior no permite descartar otras hipótesis como la apertura focalizada a reformas sociales sin alterar el marco institucional y que podría derivar en la asimilación de amplios sectores de la población en el marco de una agresiva política asistencial, provocando un aislamiento de los sectores de vanguardia; o, derechamente un escenario de sistemático bloqueo de la lucha popular y la resistencia a las transformaciones por parte del bloque en el poder que podría generar una ascendente y radical lucha social y la petrificación del régimen político derivando incluso en una dictadura civil.

No podemos profundizar más en el análisis, toda vez que hay muchos factores que entran en juego como la situación política, económica y correlaciones de fuerza a nivel nacional, continental y a escala mundial.

IV

Dicho lo anterior, resulta necesario atender a las posibilidades que presenta el actual escenario político, inaugurado con las elecciones municipales.

El debut de la reforma electoral de voto voluntario e inscripción automática, no logró convocar a las urnas ni al nuevo ni al viejo electorado; es así que el resultado de la pasada elección estalló en la cara del binomio político que, en un contexto de inestabilidad social esperaba dotar de una mayor base de adhesión al proyecto triunfante junto con propinar una derrota al campo social resituando “lo político” a los cauces institucionales.

Lo anterior permite evidenciar los límites de lo electoral, ya sea en cuanto rito reafirmación simbólica de las clases dominantes o en cuanto a táctica para un planteo de ruptura desde la participación institucional, limitado a este escenario.

Si bien el binomio sufrió una derrota parcial con los resultados de la pasada elección, expresiones políticas que aparecían como independientes o desgajadas del binomio no lograron eclipsar la tendencia a la concentración de la votación en los sectores más conservadores de la sociedad chilena, la Alianza y el pacto DC-PS. El desgaste del ritual electoral como dimensión política de la reafirmación del modelo parece ser profundo, arrastrando de pasada con apuestas como la de Igualdad y otras que orientan su participación desde el margen político institucional pero que carecen de resonancia en amplios sectores del campo popular movilizado no obstante expresar discursivamente sus demandas.

El panorama se complejiza si entendemos esta coyuntura como un juego de dos tiempos, en que solo los resultados de la próxima elección presidencial referirán, por su trascendencia, si efectivamente lo ocurrido en octubre es una tendencia o definitivamente tiene su explicación en la baja relevancia política de la disputa municipal.

Ahora bien, la derrota parcial del binomio que significó la alta abstención no significa una victoria de los sectores movilizados ni implica necesariamente la posibilidad de capitalización política de dicho fenómeno, pero ¿puede transformarse en ello?

En el mes de agosto los estudiantes secundarios amenazaron con boicotear las elecciones municipales del 28 de octubre si no se daba respuesta satisfactoria a su petitorio. Más allá de las posibilidades de la implementación de tal amenaza, este mensaje tuvo el merito de instalar en el debate político del campo popular la necesidad de actuar en el escenario contingente y tensar posiciones en sectores políticos con incidencia social y que tenían comprometidos sus intereses en el actual escenario electoral (desde la derecha hasta Igualdad); sin embargo el presente contexto nos plantea la necesidad de desarrollar una propuesta de mayor proyección que el llamado a no prestar el voto, lo que significa dar un salto cualitativo en la generación de la propuesta política libertaria.

El eje central, en este sentido, radica en la necesidad de que los procesos de desarrollo programáticos sean masificados y fortalecidos, pero como expresión de una orientación estratégica de ruptura. Y aquí debemos ser claros. La disociación entre el programa y la orientación estratégica únicamente será funcional al mantenimiento de la inercia política propia del basismo, y en el peor de los casos, que las propuestas programáticas sean fagocitadas por las expresiones políticas adscritas al modelo o por las que apelan a su reforma haciendo abstracción de las condiciones estructurales del marco institucional.

La tarea consiste entonces en determinar un piso programático que aglutine al campo social movilizado en función de una orientación estratégica de ruptura democrática, ello nos permitirá abordar desde el campo popular movilizado una propuesta para la acción política frente al escenario electoral de 2013 que permita referenciar tanto los contenidos de nuestra apuesta como asimismo un camino para acabar con el modelo y abrir una nueva etapa en la lucha de clases en Chile.

Lo anterior coloca en la agenda la necesidad de explorar las alternativas tácticas en su amplitud, determinar los límites en la implementación de cada una de ellas, así como evaluar los distintos posicionamientos políticos existentes en el seno del campo popular, lo que permitirá asimismo establecer una correcta política de alianzas.

Estas tareas nos obligan como proyecto político a profundizar nuestra vocación de mayoría, en sustentarnos en una correcta orientación estratégica en el actual escenario de la lucha de clases, en los avances programáticos de nuestro pueblo y en el despliegue nacional de fuerzas en orden a orientar y gravitar decisivamente en el proceso político. Ello permitirá que la Izquierda Libertaria emerja como una alternativa real y fuerza articuladora para aportar sustancialmente en la construcción de una alternativa socialista para nuestro pueblo. En ello confiamos y por eso luchamos.

Arriba los y las que luchan
Venceremos

Fuente:Organización Comunista Libertaria de Chile

La expresidenta Bachelet: De cara al pudrición

Aquí ahora en medio de un país corrupto y podrido en lo medular. Un país conformado por patrones y esclavos, por poseedores y desposeídos, por lobos y corderos.

Ex presidenta Bachelet

Michelle Bachelet ha anunciado que hablará sobre su futuro político en fecha cercana, lo que la coloca en la perspectiva de reincorporarse eventualmente a la contaminada vida política del país. Su mutismo de años sobre su probable candidatura a la presidencia, habla claramente en favor de su aceptación de ésta, pues ya no es justificable una negativa de última hora.

Las encuestas han mostrado de modo contínuo que muchos compatriotas quisieran tener a Michelle Bachelet cómo presidenta de Chile una vez más y no hay duda de que una gran masa ciudadana sigue mirando hacia ella con esperanzas de salvación y reivindicación. Incluso aquellos que no creen en ella, aceptan aún entre dientes, aspectos positivos en su eventual candidatura. Sin embargo, en unos y otros, está siempre presente la Gran Preocupación, la Ansiedad Congénita de los ciudadanos marginados de todo poder y soberanía: ¿será un nuevo gobierno de Bachelet, un renovado “más de lo mismo”? La presencia de la Concertación junto a ella ofrece pocas y muchas  dudas al respecto.

Durante la ausencia de Bachelet, el gobierno de Sebatián Piñera ha consolidado la condición del país como basurero deliberado de conceptos como democracia, justicia social, derechos ciudadanos, igualdad de oportunidades, desarrollo humano, bienestar común. Como primer gobierno derechista de carácter “democrático” después de la dictadura, ha corroborado por enésima vez que aquel golpe civil-militar de 1973, planificado y orquestado bajo el eufemismo de “salvar a Chile del comunismo”, tenía como único y auténtico objetivo asegurar el control y la propiedad del capital y de los frutos de la producción nacional para la clase política que históricamente la había administrado. Como en las novelas policíacas hay que pensar en quién iba a ser el beneficiario inmediato del crimen; y por cierto, el móvil del golpe nunca fue la libertad ni la democracia supuestamente amenazadas, sino el logro del poder total y de la hegemonía política que aseguraran el libre y exclusivo acceso de la derecha chilena a la riqueza nacional. Pues, detrás de cualquier falso ideario o presunta filosofía derechista, lo que prevalece finalmente es una codicia sin límites y un grotesco afán por el dinero. He aquí el núcleo fundacional y motriz de la ideología y praxis política derechistas y la causa de la opresión social que le es propia. Tanto el degüello de un opositor civil durante la dictadura como la negativa contumaz a escuchar el clamor estudiantil por una educación pública de calidad en “democracia”, tienen como base el mismo patrón ideológico. Y el objetivo es exactamente el mismo: no admitir otra clase política y social en el control y usufructo de la riqueza nacional.

En una sociedad donde la posibilidad de lucro y de ganancia no existieran, las fuerzas políticas de derecha desaparecerían automáticamente. Del mismo modo las clases sociales, pues la existencia de éstas es consubstancial a una forma antidemocrática de distribución de la riqueza. Por otra parte, el ejercicio hegemónico del poder y la búsqueda desenfrenada del lucro no son sólo ejemplos de corrupción por sí mismos, sino extienden su influencia corruptora hacia toda la sociedad. La corrupción se hace parte del tejido social en todos los niveles y cada vez se hace más difícil para los individuos sustraerse a sus efectos, a tal punto que puede llegar a ser aceptada como factor natural de la realidad. Hoy día, pareciera no sorprender a nadie, la irrupción continuada de escándalos de corrupción y de fraude -agudizada durante el gobierno de Sebastián Piñera- articulados todos ellos en torno al robo puro y simple o al afán desmesurado de lucro por parte de personas y organizaciones vinculadas al poder político y económico.

Esta es una realidad social inspirada, construída y sostenida por la ideología política en el poder durante cuarenta años. La Concertación de Partidos por la Democracia, surgida de la voluntad mayoritaria de la nación y a quien se le asignó la tarea de purificar la vida social y liberarla de cadenas, de crímenes y de corrupción, traicionó sin rubor y sin esfuerzo los propósitos y los intereses libertarios y democráticos de la ciudadanía. Al contrario se hizo parte del negocio del poder, pues para la actual clase política, el ejercicio del poder ha devenido sólo eso: un negocio corporativo que no debe ser modificado.

Henos aquí ahora en medio de un país corrupto y podrido en lo medular. Un país conformado por patrones y esclavos, por poseedores y desposeídos, por lobos y corderos. Como hemos dicho en otras oportunidades: “… vivimos en un modelo económico y político movido por una codicia empresarial y personal sin parangón y totalmente alejado de todo principio ético y de justicia social. Un modelo que expolia a todos los desposeídos por igual sin consideración de sus preferencias políticas, un modelo delineado y estructurado para construir la riqueza extrema de 4459 familias priviliegiadas y de 114 grupos económicos, riqueza que proviene del trabajo, del despojo y de la servidumbre económica de los millones de familias restantes del país. Un modelo de economía de mercado, salvaje e irresponsable, que ha hecho invisible al ciudadano para convertirlo en cambio en mano de obra barata, en cliente, en deudor…”. (En “Por el sentido común, por lo humano, contra la antidemocracia”)
Muchos quieren ser presidente de este podrido país. Y muchos ya se han autoproclamado como candidatos o precandidatos. Ninguno de ellos supone la más mínima posibilidad de modificar las leyes escritas y no escritas que avalan la existencia de tanta corrupción, de tanto peculado y de tanta antidemocracia, pero todos ellos confían en que la rigidez del sistema y la ya tradicional inercia intelectual y política del electorado, ha de favorecer sus posibilidades de ser el gran mandante y beneficiario de la invariable y sostenida putrefacción social y moral del país.

Pero, el movimiento estudiantil y las movilizaciones regionales han puesto en evidencia el surgir de una nueva conciencia politica. Y está claro que : “ … a esta nueva conciencia ya no le basta con políticas elaboradas para evadir toda modificación de las estructuras políticas y sociales del país, ni con iniciativas de protección social que sólo aseguran la perpetuación de la injusticia y la marginación social. Ya no le basta con discursos sibilinos y falaces que no comprometen a nada o que anuncian realizaciones que no serán cumplidas. La nueva conciencia ya no puede seguir aceptando el perpetuo destierro de la justicia y de la ética de la praxis política. El candidato que represente a esta gran masa ciudadana debe expresar de modo claro e inequívoco cómo piensa acometer la transformación social, política y económica del país. Debe aclarar cómo piensa deben restituirse a la ciudadanía sus derechos soberanos… cómo piensa que debe llevarse a cabo la transformación estructural del país y del Estado… cómo piensa que debe ponerse fin a la dictadura constituciónal impuesta a sangre y duelo por la derecha armada. (En “Una candidatura presidencial… ¿para qué?”)

Consecuentemente, el país marginado -que es por cierto, la gran masa ciudadana nacional – necesita en estos momentos de un programa de acción auténticamente democrático y revolucionario y de un líderazgo político que de modo valiente y sin ambages encabece un movimiento social, nacional y políticamente transversal, orientado a lograr la purificación moral y social del país. Para ello no basta por cierto, con alcanzar la presidencia de la República. Es necesario –entre otras cosas- salir a la calle a discutir y elaborar junto a la ciudadanía, los principios políticos y éticos que deben ser el fundamento de la re-organización de la Nación y del Estado y que luego deben ser plasmados en un programa de acción ciudadana, orientados a implantar en Chile el imperio de la RAZÓN, de la ÉTICA y de la JUSTICIA SOCIAL en la gran política nacional. Por tanto, se trata de movilizar al país para reemplazar paulatinamente la fracasada democracia representativa por una democracia crecientemente participativa. Todo esto va mucho más allá de una persona y de un período presidencial, aunque éste podría contribuir seguramente a crear condiciones propicias para dicho objetivo. ¿Puede ser Bachelet quien asuma un desafío semejante?

Es necesario recordar aquí que la identificación de Bachelet con la Concertación es el más grande factor en su contra. La Concertación y el propio gobierno anterior de Bachelet son co-creadores de la descomposición política y moral que se pretende erradicar y sustraer a Bachelet de tal responsabilidad es prácticamente imposible. Es por este mismo motivo, que una importante parte del electorado nacional se abstuvo de participar en la última elección nacional y principalmente los sectores jóvenes del electorado se resisten desde ya a apoyar su postulación presidencial. A pesar de ello, si hemos de creer a las encuestas, Bachelet sigue perfilándose como una figura política capaz de concitar tras de sí un gran y significativo apoyo popular. Y ello no hace más que acrecentar su compromiso con la ciudadanía que durante todos estos años de ausencia ha continuado creyendo en ella.

Creemos que este mismo hecho, acentúa su responsabilidad política ante el país y le concede perspectivas de las que nadie más que ella dispone en este momento. Tan cierto como que la Concertación necesita de Bachelet para su subsistencia, es que Bachelet no necesitaría para nada a la Concertación para agrupar mayoritariamente al país tras de ella. Tan cierto como que la Concertación no representa a nadie, es que Bachelet podría representar a la inmensa mayoría segregada del país. En suma, Bachelet podría asumir posiciones de auténtico liderazgo político si tuviera el coraje de desembarazarse de todo amarre con la corrompida casta concertacionista, de un modo categórico, real y efectivo, lo que significaría la ocasión para la creación de una nueva realidad política en el país. No es posible pensar en una nueva Bachelet, rodeada de desprestigiados escuderos políticos como el senador Escalona (por ejemplo), autodeclarado enemigo público de toda expresión de soberanía ciudadana y popular.

Bachelet podría iniciar una nueva etapa de su vida política, construyendo una confianza renovada en ella por parte de la ciudadanía, a través de un compromiso público, escrito y solemne ante el país, referido a la limpieza y a la purificación política, social y moral que la nación necesita. Un compromiso que junto con separarla de la clase política reinante, otorgue un rol protagónico y relevante a las generaciones jóvenes de estudiantes, de intelectuales, de trabajadores de toda índole, hombres y mujeres; a los organismos regionales, sindicales, étnicos, de jubilados, de profesionales, etc. en la conducción y realización de las tareas renovadores. Se trataría de encabezar una gran movilización ciudadana de carácter nacional ajena a la interferencia de los partidos políticos, cuya gestión podría iniciarse o no con una postulación presidencial, pero cuyo proyecto ético y transformador debe ser acordado con plena participación de la ciudadanía, sin esquivar plebiscitos, asambleas constituyentes u otras formas de expresión ciudadana de carácter soberano. Por tanto, debería asumir su propio ritmo de organización, de gestión y realización.

La mayoría ciudadana vive agobiada por el peso de un egoísmo de clase, planificado, cruel y perverso y por la servidumbre intolerable establecida por la Constitución Política de la dictadura . Frente a esta realidad, la población adolece de un liderazgo político que la represente, que sea capaz de golpear la mesa nacional, de instalar en la discusión pública ideas de renovación ética y social y de señalar caminos para su auténtica liberación. Bachelet podría seguramente asumir dicho liderazgo si así lo quisiera. ¿Puede un político encontrarse por una vez en su vida con una alternativa más trascendente que ésta?

Ignoramos qué piensa Bachelet acerca de la realidad que hemos descrito y cuál es su posición personal frente a ella. Por ahora, sólo cabe esperar de acuerdo a lo anunciado, que ella informe al país si se contentará con aspirar a ser una vez más administradora del pudridero nacional y a insuflarle nueva vida a la irredimible Concertación o aspirará en cambio a asumir el rol histórico de encabezar la lucha por restituir en Chile la soberanía ciudadana, la ética política y social y la creación de una auténtica democracia.

Frente a tales alternativas, es sólo Michelle Bachelet quien tiene la última palabra. Pero la vida no es inmutable y ninguna realidad social depende de las decisiones de una sola persona. El movimiento iniciado por los “pinguinos” en 2006 y refrendado por las movilizaciones del 2011, puede ser paralizado momentáneamente, pero la conciencia de cambio allí levantada no ha sido destruída y sin duda sólo acumula fuerzas en la aparente pasividad. Si no fuere Michelle Bachelet quien enarbole las banderas de la reivindicación ética y social del país, lo serán otros más tarde o más temprano. Pero la defección podría llevar su nombre.

martes, 19 de febrero de 2013

Exjefes de la Colonia Dignidad se entregan a la Justicia chilena para cumplir penas



Exjefes de la Colonia Dignidad se entregan a la Justicia chilena para cumplir penas
Cuatro de los antiguos jerarcas de la Colonia Dignidad se entregaron hoy a la Justicia chilena para cumplir en prisión las condenas por su complicidad en las violaciones y abusos sexuales de menores cometidos por Paul Schaefer, el fallecido fundador del enclave alemán.

Según informaron fuentes judiciales, cuatro de los seis condenados a penas efectivas de cárcel en el fallo de la Corte Suprema chilena del pasado 28 de enero se presentaron en el Juzgado de Letras de Parral (343 kilómetros al sur de Santiago) hoy, día en que el juez a cargo del caso ordenó la ejecución de la sentencia.

Se trata de los alemanes Gerard Mücke y Gunter Schaffrick; condenados a once años de prisión; el chileno Danny Alvear, sentenciado a ocho años y 180 días; y el ciudadano holandés Kurt Herbert Schnellenkamp Nelaimisckies, condenado a cinco años y un día.

Las autoridades judiciales esperan que Gerd Seewald, de nacionalidad alemana y condenado a ocho años y 180 días de cárcel, se entregue a lo largo de esta jornada.

Harmut Hopp, el sexto exlíder de Colonia Dignidad sentenciado a prisión, se encuentra prófugo en Alemania desde mayo de 2011, cuando escapó de Chile y cuya extradición fue negada por el país europeo.

Estos seis condenados eran considerados, según los antecedentes del juicio, el "círculo de hierro" de Paul Schaefer y en 1997 le ayudaron a escapar hacia Argentina, donde fue encontrado por la policía en 2005, cuando fue expulsado por el Gobierno de ese país y ahora se le pudo procesar y condenar.

La Colonia Dignidad, llamada Villa Baviera por sus moradores y situada a unos 380 kilómetros al sur de Santiago, fue fundada en 1961 por el exsuboficial nazi Paul Schaefer y durante cuatro décadas funcionó de forma hermética y al margen de las leyes chilenas.

Los antiguos miembros de la cúpula del enclave alemán serán trasladados a la cárcel de Cauquenes, unos 350 kilómetros al sur de la capital chilena en la región del Maule, donde cumplirán sus condenas.

La Justicia chilena condenó a otros diez responsables de la Colonia Dignidad, aunque se les dio el beneficio de libertad vigilada.

lunes, 18 de febrero de 2013

Emilio Berkhoof inicia huelga de hambre en Chile

Yo, Emilio Berkhoff Jerez, Preso Político en el marco de la lucha mapuche, recluido en la cárcel de Angol, señalo a la opinión publica lo siguiente...




Yo Emilio Berkhoff Jerez, Preso Político en el marco de la lucha mapuche, recluido en la cárcel de Angol, señalo a la opinión publica lo siguiente:

1) Que Gendarmería de Chile ha negado sistemáticamente mi condición de Preso Político, ,manteniéndome separado de los presos políticos mapuche y con un régimen de visita distinto en cuanto a horario y lugar (en el gimnasio del penal). A lo cual se le suman restricciones de desplazamiento, comunicación e ingreso al modulo de los Presos Políticos Mapuche.

2) Que de acuerdo a lo informado por Gendarmería de Angol, estas medidas obedecen a una orden emanada de la Dirección Nacional de Gendarmería, cuyo argumento es que estaría procesado sólo por delitos comunes y no políticos, lo que contradice la virulenta campaña mediática, de persecución en mi contra, de parte del Gobierno a través del Ministerio de Interior.

3) Que por lo anterior he tomado la decisión de iniciar, a partir de hoy, una huelga de hambre indefinida para exigir las siguientes demandas:

- Reconocimiento de mi condición de preso político- Incorporación al módulo de presos políticos mapuche, de maneraprogresiva, debido a las actuales condiciones de hacinamiento.- Mismo régimen de visita de los PPM, en cuanto a lugar y horario- Autorización para participar de actividades deportivas y culturalesdel modulo de los PPM.

PORQUE LA CÁRCEL ES TAMBIÉN UNA TRINCHERA DE LUCHA

¡LIBERTAD A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS MAPUCHE!

domingo, 17 de febrero de 2013

La escritora Isabel Allende dice que “en Chile no se perdona que vendas libros”

Su última obra es 'Ripper', una novela policíaca en la que un abuelo y cinco niños 'nerds' repartidos por el mundo "empiezan a resolver una serie de crímenes que suceden en San Francisco jugando el juego de rol"


Hace más de 30 años Isabel Allende (1942) escribió su obra más emblemática, "La casa de los espíritus", su primera incursión literaria, que se convirtió en un éxito rotundo; después, tras una veintena de obras publicadas, se ha convertido en la autora de habla hispana que más libros ha vendido. Pero el éxito no se corresponde con la valoración que en Chile se le tiene como escritora, según ha afirmado en una entrevista: "En este país (Chile) no se perdona que tú vendas libros. Eso significa que no eres escritora, no estás en la literatura. Estás en otra cosa si acaso vendes libros, eso no se perdona".

Isabel Allende ha abarcado multitud de géneros, como el biográfico, la novela juvenil o el policíaco, su última incursión. “Es un género que no me interesaba, mayormente porque no leo mucha novela policíaca, pero he visto a mi marido durante seis años escribiendo novelas policiacas y es entretenido plantar las claves e imaginar un argumento que lleva al lector hasta su última página. Era un desafío”, asegura.

En un principio, Allende iba a escribir el libro junto a su marido, William C.Gordon, pero a los pocos minutos se dieron cuenta de que sus métodos de trabajo eran bien diferentes. “Willie tiene una capacidad de trabajar de once minutos y yo trabajo once horas seguidas, investigo a fondo, me meto completamente, se me acaba la vida cuando empiezo a escribir. Willie no, él escribe en cualquier parte, a toda hora, se le ocurren ideas, las anota, escribe a mano”, dice entre risas.

“Pero yo no tenía ningún otro tema y entonces empecé a escribir una novela policíaca que al principio la imaginé bastante simple, pero se fue enredando. Hay tantas capas de conflicto y de situaciones que traté de contárselo a mi mamá y no pude porque era demasiado complicado”, agrega. “Ripper” (Destripador), que es como se llama el libro que sale próximamente a la venta en Chile y que ya se puede adquirir en España, parte de un juego de rol del mismo nombre.

Un abuelo y cinco niños “nerds” repartidos por el mundo “empiezan a resolver una serie de crímenes que suceden en San Francisco jugando el juego”, cuenta la escritora. “Se adelantan siempre un paso a la policía porque ésta tiene que seguir un cierto protocolo para todo, y los niños tienen imaginación y son libres de crear lo que les dé la gana”, añade la autora de “De Amor y Sombra”.

Arrepentida de haber comenzado a escribir novelas policiacas “tan tarde“, Allende señala que no descubre el sentido de sus obras hasta que las termina y que, para ella, “Ripper” es “como un juego”. “Es muy lúdico porque lo escribí en sentido de humor y un poco en broma, a pesar de que los crímenes son horrorosos y la trama es real. Pero es como reirse del género”, sostiene.

Allende, que acaba de publicar “Amor”, una antología de relatos románticos y escenas eróticas recogidos en sus libros anteriores, asegura que, aunque “el placer de contar es maravilloso”, las dudas todavía rondan en su mente cuando comienza un nuevo libro y persisten hasta que lo termina. “Cuando empieza a rodar ya me siento más segura de que lo puedo contar. Eso no significa que me sienta segura de que lo que he escogido contar sea apropiado o valga la pena (…). Siempre me planteo eso. ¿Vamos a estar matando árboles para publicar esta cosa? ¿Sirve para algo?”, se cuestiona.

Sobre las nuevas tecnologías como el libro electrónico o el audiolibro, la autora chilena considera que se van a popularizar porque “hay toda una generación joven que le tiene miedo a una página, pero lee en pantalla”. Según Allende, las historias que le interesan son las de aquellas personas “que se levantan del barro y de la sangre, y salen adelante a ayudar” a otros.

“Mujeres que han sido violadas, que les han matado a los hijos, que les ha pasado de todo. (…) Eso es lo que hay que contar, lo que quiero contar. A mí no me interesa el tipo que la mató y violó a sus hijos”, concluye.

sábado, 16 de febrero de 2013

Chile: La siniestra historia de Carabineros de Chile

En sus 81 años de existencia, Carabineros ha sido una de las más importantes fuerzas represivas que han utilizado los gobiernos antipopulares.




La lucha de clases es el motor de la historia. Con el capitalismo surge la moderna lucha de clases: entre los poseedores de los medios de producción, que son la minoría, y los trabajadores, que constituyen la mayoría.

Como en toda sociedad dividida en clases, la minoría necesita del aparato del Estado para poder mantener su posición privilegiada. Este Estado cuenta, entre otras cosas, con fuerzas represivas. Una de ellas, es la policía.

El Cuerpo de Carabineros de Chile fue fundado el 27 de abril de 1927 por el dictador, general de Ejército Carlos Ibáñez del Campo.

En sus 81 años de existencia ha sido una de las más importantes fuerzas represivas que han utilizado los gobiernos antipopulares.

I.- DESDE SU FUNDACIÓN AL GOLPE FASCISTA


César Leonidas Mendoza Durán

Director de Carabineros; “el General rastrero“


http://www.memoriaviva.com/culpables/criminales_m/Cesar_Mendoza.gif

El 25 de diciembre de 1931, durante el gobierno de Juan Esteban Montero, carabineros llevaron a cabo una cacería de comunistas en la ciudad de Vallenar, asesinado a más de 30 dirigentes y militantes.

Durante el Segundo Gobierno de Arturo Alessandri Palma, carabineros perpetraron cuatro masacres.

El 27 de abril de 1931 (cuando cumplían siete años de su fundación) asaltaron el local de FOCH de Santiago, en San Francisco 608, donde sesionaban los obreros municipales en huelga. Dejaron cinco muertos y más de 20 heridos a bala y sable.

A fines de junio de 1934 persiguieron y mataron a cientos de campesinos en Ranquil, en el Alto Bio-Bio.

En febrero de 1936 atacaron a los obreros ferroviarios que estaban en huelga, dejando a decenas de heridos.

El 5 de septiembre de 1938 asesinaron a sangre fría a 62 jóvenes nazis en el edificio del Seguro Obrero.

En el Gobierno de Juan Antonio Ríos, carabineros perpetraron tres masacres, todos en el año 1942.

El 11 de junio, atacaron a campesinos del fundo Llay-Llay, de Purranque, cerca de Osorno, asesinando a dos trabajadores y dejando otros seis heridos.

El 20 de febrero, reprimieron una manifestación que tenía lugar en la Plaza Ercilla de Santiago, dejaron a un obrero muerto.

El 7 de octubre, asaltaron el local sindical de los mineros del carbón de Lota, asesinado a tres obreros y varios más quedaron heridos.

El 28 de enero de 1946, durante la Vicepresidencia del radical Alfredo Duhalde Vásquez,
Carabineros masacró a los participantes de una concentración en la Plaza Bulnes de Santiago. Mataron a seis obreros (uno de ellos fue la joven comunista Ramona Parra) y dejaron numerosos heridos con bala de guerra.

A comienzos de mayo de ese mismo año, y siempre en el gobierno de Alfredo Duhalde,
la policía uniformada atacó la Comunidad Ignacia Nacurray, en Palmahue, provincia de Cautín, asesinando a tres mapuches y varios otros quedaron heridos.

El 14 de ese mismo mes, reprimieron a campesinos del fundo La Isla, comuna de Fresia, departamento de Puerto varas. Murieron dos campesinos; cuatro fueron heridos.

En el gobierno de Gabriel González Videla, carabineros perpetraron seis masacres.

El 12 de junio de 1947 dispararon en la esquina de Bascuñan Guerrero y Alameda contra choferes y cobradores de micros de Santiago que estaban en huelga con un saldo de 4 muertos y 20 heridos.

El 5 de junio de 1949, atacaron a manifestantes que se encontraban en San Diego con Avenida Matta, dejando 19 heridos, algunos de ellos muy graves.

En los días 16 al 20 de agosto del mismo año, carabineros y efectivos del Ejército reprimieron a estudiantes y obreros que protestaban en la capital contra el alza de los pasajes de la movilización. Hubo cuatro muertos y numerosos heridos a bala.

El 7 de noviembre de 1950, estudiantes efectuaban manifestaciones en la Plaza de Armas.

Fueron atacados por carabineros que dejaron varios heridos a bala.

El 10 de marzo de 1951, carabineros reprimieron a balazos a obreros de la Compañía Refinería de Azúcar de Viña del Mar que estaban en huelga. 36 trabajadores fueron heridos con balas de guerra.

El 1 de julio de 1952, carabineros se lanzaron contra estudiantes y obreros que protestaban en las calles de Santiago contra el Pacto Militar firmado por el gobierno de González Videla y Estados Unidos. Hubo un muerto y varios heridos.

Durante el segundo Gobierno de Carlos Ibáñez hubo tres masacres perpetrados por carabineros.

El 17 de septiembre de 1956, atacaron a los obreros de la Oficina salitrera Pedro de Valdivia que estaban en huelga, asesinando a tres trabajadores y dejaron otros 24 gravemente heridos.

El 30 de marzo de 1957, reprimieron a los manifestantes que marchaban por las calles de Valparaíso. El saldo fue un muerto y varios lesionados.

El 1 de abril de 1957, carabineros dispararon contra estudiantes que caminaban por calle Miraflores de Santiago. Mataron a una estudiante universitaria y varios fueron heridos a bala.

El 6 de junio de 1960, durante el gobierno de Jorge Alessandri, carabineros irrumpieron en el sindicato de los obreros de Madeco que estaban en paro. Veinte trabajadores recibieron heridas de balas.
El 3 de noviembre de 1960, en ese mismo gobierno, carabineros reprimieron a manifestantes de la CUT en el centro de Santiago, un obrero y un empleado fueron asesinados.

Durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva, en nueve ocasiones, la policía uniformada asesinó al pueblo.

En 1965, carabineros asesinaron a un campesino y dejaron varios otros heridos a bala en el fundo Los Cristales.

El 23 de noviembre de 1967, atacaron a una manifestaciones de la CUT en Santiago, en los marcos de un paro nacional contra el ahorro forzoso que quería imponer el gobierno de Frei. Siete obreros fueron asesinados y varios otros heridos a bala.

En 1969, en dos oportunidades, reprimieron a pobladores. En Arica el Grupo Móvil dejó a un poblador muerto. En Rancagua, hubo una víctima mortal y varios heridos.

El 9 de marzo de 1969, atacaron a pobladores de Pampa Irigoin, en Puerto Montt. El saldo fue 11 muertos y varios heridos.

El 28 de agosto de 1969, la represión policial cayó sobre manifestantes en San Miguel, dejando un muerto y varios heridos, siete de ellos graves.

El 11 de septiembre de 1969, carabineros asesinaron en Copiapó a un estudiante.

En 1970, reprimieron a estudiantes en huelga, dos de los cuales fueron muertos.

El 8 de julio de ese año, carabinero de civil asesinó a un joven comunista en un acto que se realizaba en la Plaza Tropezón de Quinta Normal, en los marcos de un paro nacional de la CUT.

Desde la creación del Cuerpo de Carabineros el 27 de abril de 1927 hasta el 8 de julio de 1970, esta policía participó directamente en 30 asesinatos de trabajadores, pobladores y estudiantes.

Durante el Gobierno Popular ha sido el único período de la historia del Cuerpo de Carabineros que sus componentes jugaron un rol al servicio del pueblo. Un ejemplo: los “guanacos” que antes y después han servido para reprimir las manifestaciones populares, fueron utilizados para llevar agua a las poblaciones que no contaban con agua potable.

II.- DURANTE LA DICTADURA FASCISTA

En el este negro período de la vida de nuestro país, hubo siempre en la Junta de Gobierno un representante de Carabineros. Tuvieron, por tanto, responsabilidad directa en todos los crímenes cometidos por el terrorismo de Estado.

Durante el 11 de septiembre de 1973 y los días siguientes, los carabineros jugaron un rol principal en la detención y torturas de “elementos marxistas”, especialmente en las ciudades pequeñas y poblados del país.

Estando preso en la cárcel de Temuco, conocí los testimonios de muchos compañeros traídos desde Nueva Imperial, Carahue, Puerto Saavedra, Nueva Toltén, Cunco, Melipeuco, etc. en que relataban que habían detenidos por carabineros (que en muchos casos eran conocidos o amigos de ellos), que los insultaban y golpeaban acusándolos de querer asesinarlos siguiendo las instrucciones del Plan Zeta. Como sabemos, quedó plenamente demostrado que este plan era otro de los infundios inventados por los fascistas.

Hubo casos emblemáticos en este sentido.

CUESTA BARRIGA

Relata la revista “Hoy”, en su edición Nº 94 (del 14 al 20 de marzo 1979), pp. 12 y 13:

“La noche del 12 de septiembre del 73 le detuvo un piquete de carabineros de Curacaví. Quedó en el recinto policial junto con otros 17 detenidos. Se le golpeó e interrogó. No se halló nada en su casa.

El 16 de septiembre un fotógrafo de Curacaví tomó una instantánea del grupo. Al filo de la medianoche de ese domingo, siete de los prisioneros –entre ellos el protagonista que quedaría vivo- fueron sacados de la Tenencia. Se les dijo que iban a ser trasladado al Estadio Nacional, por lo cual todos se proveyeron de frazadas. Los carabineros al mando del teniente, les hicieron subir en una camioneta y en un jeep de color verde, requisado a una empresa del lugar. Los dos vehículos partieron. Pero más allá, en lugar de tomar por el túnel Lo Prado, se desviaron hacia la Cuesta Barriga. En un sitio en que se levanta una antigua construcción que servía como cocina para los obreros de Obras Públicas, se les hizo descender. Los agentes uniformados los obligaron a caminar hasta las ruinas. Los siete fueron puestos de espalda a la pared. Les alumbraron las caras con linternas y el oficial dio orden de disparar al piquete que encabezaba. El sobreviviente sintió que un plomo ardiente le penetraba su pierna derecha, y cayó.

Al desaparecer los vehículos, el sobreviviente se palpó el cuerpo, buscando las heridas. Supuso que su salvación se debía a un milagro. Sintió el quejido de una persona. Era José Guillermo Barrera. Ambos se habían estado en los extremos de las filas de los fusilados. Esa fue la causa de que no recibieran el grueso de los impactos”.

Otros cinco quedaron allí asesinados por carabineros.

CASO LAJA – YUMBEL

El 18 de septiembre de 1973, carabineros procedieron a detener a 21 personas en Laja y San Rosendo. En su mayoría eran trabajadores de la Papelera de Laja, de los ferrocarriles del Estado, también dos directores de Escuela de Laja y dos regidores. Estuvieron como detenidos desaparecidos. Sus familiares los buscaron, no dejando puerta sin golpear.

Seis años después fueron hallados en el Cementerio de Yumbel y en el fundo San Juan de Laja.

El funeral de las víctimas se realizó el 27 de noviembre de 1979. Todo el pueblo de Laja, en un emotivo gesto solidario, se volcó a las calles de la ciudad. Eran 15 mil personas.

Relata el padre José Aldunate: “Fueron llegando de todos los ángulos; los papeleros recién terminado su turno; mujeres, con sus niños; parecía que ni los perros quedaron en su casa. La muchedumbre saludaba a las víctimas mientras se iba colocándose en la procesión: ‘Compañero Luis Onofre Sáez…Presente!’ Compañero Fernando Grandón Gálvez… Presente!’. La expresión que fue tomando cuerpo en esta gran multitud, en forma cada vez más avasalladora, fue la del compromiso político. Reaparecieron antiguos gritos de combate: ‘El pueblo, unido – jamás será vencido’. ‘Compañero Salvador – avanzamos sin temor’ ‘fascista, escucha – el pueblo está en la lucha’.

Viejos luchadores, visiblemente emocionados, con lágrimas en los ojos, revivieron antiguos tiempos.” (“Mensaje” Nº 286, enero-febrero 1980, p. 59)

ASESINADOS EN MULCHÉN

Los días 5, 6 y 7 de octubre de 1973 un grupo armado formado por carabineros, en base a una lista confeccionada previamente, detuvieron y asesinaron a 18 campesinos de los fundos El Morro, Carmen, Maitenes y Pemehue de Mulchén. No hubo enfrentamiento armado alguno y ni siquiera pruebas fehacientes que los 18 tuvieran militancia política “extremista izquierdista”.Se les llevó al fundo El Ñurdo donde se les asesinó.

Cuando fue encontrado el cementerio clandestino en que fueron enterrados, se hallaron los 18 cadáveres con las manos atadas a la espalda y los cuerpos con impactos de armas de fuego.

Entre los responsables de este crimen están el teniente de carabineros de Mulchén, Jorge Maturana Concha y los carabineros Osvaldo Díaz Díaz (alias Alicate) y Héctor Guzmán Saldaña. Varios civiles y un sargento del Regimiento de Montaña Nº 17.

LONQUÉN

Ocurrió en la comunidad rural de Isla de Maipo. El 7 de octubre de 1973, quince campesinos fueron detenidos por carabineros de la Tenencia de esa localidad, al mando del teniente Lautaro Castro Mendoza. Fue precisamente en ese Cuartel policial donde se les vio por última vez con vida a los quince campesinos, cuyas edades fluctuaban entre 17 y 51 años.

Sus familiares los buscaron desesperadamente. Los 15 campesinos pasaron a formar parte de la siniestra lista de detenidos desaparecidos. Sólo se supo la suerte corrida por ellos cinco años después, en 1978.

En ese año, bajo secreto de confesión se conoció el lugar preciso donde estaban enterrados varios cadáveres en el sector Lonquén, 15 kilómetros al sur de la ciudad de Talagante y a 60 kilómetros de Santiago.

El sacerdote que recibió la denuncia sobre la existencia del cementerio clandestino –previa autorización del anciano creyente que la entregó- comunicó el hecho a las autoridades eclesiásticas, en primer término al Cardenal, Arzobispo de Santiago, monseñor Raúl Silva Henríquez. La Iglesia acordó formar una comisión.

El jueves 30 de noviembre de 1978 se realizó en la Vicaría de la Solidaridad una reunión en que participaron el Obispo auxiliar Enrique Alvear, el presbítero Cristián Precht y otros miembros de la Vicaría, más tres invitados: el abogado Máximo Pacheco, Jaime Martínez, director de ‘Qué Pasa’, y Abraham Santibáñez, subdirector de ‘Hoy’.

Cristián Precht y Javier Egaña, secretario ejecutivo de la Vicaría, dieron cuenta de la información y pidieron a los tres invitados que los acompañaran a verificar la denuncia.

La Comisión encontró en los hornos de una antigua mina de cal las primeras pruebas de un horroroso crimen. Se hizo la denuncia el viernes 1 de diciembre ante la Corte Suprema, quien ordenó a la jueza subrogante de Talagante iniciar las investigaciones.

Posteriormente el caso pasó a manos el ministro Adolfo Bañados Cuadra, quien luego de una eficaz investigación llegó a la conclusión que los cadáveres encontrados en Lonquén, pertenecían a los 15 campesinos y que habían sido víctimas de un crimen cometido por un grupo de carabineros de Isla de Maipo, quienes los habían detenido el 7 de octubre de 1973.

Las informaciones de los órganos de la dictadura señalaron que esos detenidos habían sido conducidos al Estadio Nacional. Esto fue también afirmado por el capitán Lautaro Castro, quien a la fecha de la detención era el jefe de la Tenencia de Isla de Maipo, y sus subalternos.

Los hechos mostraron la falsedad de lo dicho por los asesinos. Por otra parte, los informes y protocolos emanados del Instituto Médico Legal señalaron que algunos de los campesinos fueron enterrados vivos, porque en los esqueletos y restos cadavéricos no se hallaron lesiones provocadas por proyectiles. Así de brutal fue la criminal acción perpetrada por carabineros.

EN PAINE
El 10 de octubre de 1973, 18 carabineros y 15 civiles, casi todos camioneros, procedieron a detener a una cantidad de habitante del pequeño pueblito de Paine. Fueron conducidos a la Subcomisaría, donde se les trató muy duramente. A su ingreso al cuartel se les despojó de sus pertenencias y obligados a permanecer en calabozos en pésimas condiciones de salubridad. Se les sacaba para interrogarlos y golpearlos. A algunos se les incitó a huir durante la noche y se les disparaba en la oscuridad. Otros fueron entregados, con la vista vendada, a militares, que los trasladaron a la Escuela de Infantería de San Bernardo.

CRUELES TORTURADORES

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOElkoB58hWYJHObme927V9k8dWmp6j62Tn1gCUhtVR5VzPv60PFTCQCheaiJXGD1yFtYIAtw4imOV7-6FODBAExqwXb-u-I4oAjVAn0aeI6PmxpCPUmjY0v8fNhFrs3FDn7bIMSkwkyiA/s1600/pacos+ctm.jpg

Desde 1973, carabineros participaron en terribles torturas a detenidos. Luego los organismos ‘especializados’ como la DINA y la CNI asumieron esa siniestra misión.

Pero desde 1981, la CNI comenzó a ceder cada vez más esa ‘tarea’ a carabineros. Fue así como en 1983 de 309 casos registrados en Santiago, carabineros participó en 150. El traspaso de estas funciones de CNI a carabineros se expresó también en los cambios de lugar de torturas. En 99 casos se practicaron en Comisarías; en 24 en buses policiales y Comisarías; en 27, en la vía pública.

En mayo de 1983, carabineros realizó un allanamiento masivo en la Población La Victoria. Se reunió a todos los hombres en un lugar apartado. Se hizo un cerco con buses policiales;

Se sacó de grupo a los dirigentes sociales y se les torturó con electricidad delante del resto de los pobladores.

De 80 casos de tortura atendidos por CODEPU en 1984, en 30 de ellos el único organismo que actuó en la detención, torturas e interrogatorios, fue carabineros.

Estos empelaron brutalidades sin límites: colgamientos, trato obsceno y vejatorio, agresión sexual, violaciones, la parrilla, aplicación de electricidad, golpes al estómago, a los oídos, a la planta de los pies, cortes con cuchillos, quemaduras con cigarros…

A este salvajismo se le hacía aparecer como espontáneo, pero era un método que se repetía en todos los secuestros.

De los 950 casos de tortura en 1984, hubo carabineros involucrados en la mayoría de ellos.

TRES COMUNISTAS DEGOLLADOS

El 28 de marzo de 1985 fueron secuestrados, en acciones paralelas, Santiago Nattino cerca de su domicilio, cuatro dirigentes de la AGECH y una secretaria en el taller de Comunicaciones de la AGECH.

El 29, fueron secuestrados, desde el Colegio Latinoamericano, José Manuel Parada y Manuel Guerrero. En esa acción fue herido el profesor Leopoldo Muñoz de la Parra, al intentar oponerse a la detención de ambas personas.

El 30, aparecieron los cadáveres degollados de Parada, Nattino y Guerreo, en un sitio baldío de la Comuna de Quilicura.

Los carabineros involucrados en este crimen pertenecían a la DICOMCAR (Dirección de Comunicación e Informaciones de carabineros) al GOPE (Grupo de Operaciones Especiales) y a la Brigada Aeropolicial de carabineros.

Responsables: el general de carabineros César Mendoza (que dio renunciar el viernes 2 de agosto de 1985) y otros 16 carabineros.

HERMANOS VERGARA TOLEDO

El 29 de marzo de 1985, los dos hermanos Vergara son interceptados por un furgón de carabineros al mando del oficial Marcelo Muñoz; iban también en el vehículo el subteniente Ambler Hinojosa y los cabos segundos Jorge Marín y Nelson Toledo.

Al verse acorralados, los hermanos Vergara intentaron ocultarse en unos blocks de departamentos. Pero fueron sorprendidos por Muñoz y Marín, que portaban sub ametralladoras UZI y un revólver. Frente al block 972 – C, se escucharon los primeros disparos. El cabo Muñoz fue herido por sus propios compañeros.

Eduardo Vergara Toledo, el mayor de los hermanos, cayó muerto por impactos de balas. Rafael quedó herido de gravedad. Se acercó a su hermano y lo trata de abrazar. Carabineros lo golpearon y subieron al furgón policial. Se escuchó un disparo. Rafael, que tenía 18 años, fue asesinado con un balazo en la nuca.

Ambos cuerpos fueron abandonados en plena vía pública.

ASESINATO DEL PADRE ANDRÉ JARLÁN

El 4 de septiembre de 1985 Chile fue estremecido por una nueva Jornada Nacional de Protesta. Carabineros irrumpieron, como era costumbre, en la Población La Victoria, para reprimir a los pobladores.

Desde tres furgones disparaban ráfagas de fusiles y subametralladoras. Una de las descargas fue dirigida a la Parroquia de la Población. Una bala alcanzó al sacerdote francés André Jarlán, que en su modesta habitación de madera, leía la Biblia.

III.- EN LOS GOBIERNOS DE LA CONCERTACIÓN

CONTRA EL PUEBLO MAPUCHE


Los carabineros han sido la fuerza utilizada para reprimir al pueblo mapuche. El historiador Víctor Toledo Llancaqueo ha escrito una completa “Cronología de principales hechos en relación a represión de protesta social mapuche. Chile 1990 – 1907”. De ella he hecho un resumen sólo considerando las acciones represivas en que participaron carabineros. Las he agrupado por años.

En 1991, las fuerzas de carabineros llevaron a cabo dos violentos desalojos de predios ocupados por comuneros mapuches (en Lonquimay y Lumaco), con un saldo de 16 detenidos. Además reprimieron dos manifestaciones en Temuco, donde detuvieron a 27 jóvenes mapuches.

En 1992, se produjo un enfrentamiento en Lumaco, quedaron lesionados 8 mapuches y 5 carabineros. Estos actuaron en 15 desalojos (en las comunas de Carahue, Collipulli, Cunco,

Galvarino, Nueva Imperial, Lumaco, Vilcún, Panguipulli y Lautaro).Hubo 287 detenidos.

En tres ocasiones atacaron manifestaciones pacíficas (en Temuco y Santiago), con 6 detenidos. Además allanaron la sede del Consejo de Todas las Tierras, en Temuco.

En 1993, Hubo un desalojo de un fundo en Cañete, con 15 detenidos, y represión contra un acto en Santiago, con 19 detenidos.

En 1995, tres desalojos (Contulmo, San Juan de la Costa y Collipulli), con 8 detenidos.

En 1996, desalojo en el fundo Santa Rosa de Colpi (Traiguén) con 12 detenidos.

En 1997, un desalojo en Lumaco, con 37 mapuches detenidos y 2 carabineros lesionados.

Fueron detenidos 12 mapuches acusados de quemar tres camiones forestales en Lumaco, a los que se les aplicó la Ley de Seguridad Interior del Estado. Al mismo tiempo, 24 comunidades mapuches fueron ocupadas por carabineros. Represión contra tres manifestaciones (en Santiago, Temuco y Concepción) con otros 11 detenidos.

En 1998, desalojaron a mapuches del fundo Coyinco (Los Álamos) y dos oportunidades contra la ocupación de oficinas de la Corporación de la Madera en Concepción: 9 detenidos.

En 1999, efectuaron 18 desalojos (en las comunas de Traiguén, Pucón, Currarehue, Nueva Imperial, Ercilla y Panguipulli) con 123 detenidos y 34 heridos entre mapuches y huilliches. Tres represiones a actos pacíficos (Alto Bio Bio, Contulmo y Galvarino) 57 detenidos y 18 heridos.

Tuvieron lugar dos enfrentamientos (en Ercilla y Traiguén), con 2 heridos y 10 detenidos. Además en varias otras acciones fueron detenidos otros 25 dirigentes y campesinos mapuches.

En 2000, se produjeron 11 desalojos (en Traiguén, Lumaco, Tirúa, Collipulli, Loncoche, Los Lagos, Temuco y Ercilla), con 35 detenidos. Tres desalojos de oficinas de CONADI ocupadas por mapuches (en Temuco y Santiago) con 53 detenidos y 3 heridos.

Hubo dos enfrentamientos en Ercilla: 2 mapuches y 4 carabineros lesionados, más 5 detenidos. Represión contra una marcha en Temuco: 21 detenidos.

En 2001, hubo 16 desalojos de tierras (en las comunas de Vilcún, Galvarino, Temuco, Contulmo, Traiguén, Panguipulli, Victoria, Collipulli, Carahue) con 39 detenidos y un herido. Se produjeron tres violentos enfrentamientos (en Ercilla, Victoria, Purén) con 16 mapuches y 8 carabineros heridos; varios mapuches detenidos. Además de un violento allanamiento de la sede del Consejo de Todas las Tierras, en Temuco: 8 detenidos.

En Temuco se reprimió una marcha pacífica: 125 manifestantes detenidos.

En 2002, tuvieron lugar tres desalojos de tierras (en Alto Bio Bio, Galvarino y Tirúa): 19 detenidos. Un enfrentamiento en Alto Bío Bio. Allanamientos en la comunidad de Ralco Lepoy (Alto Bio Bio) con 54 detenidos, en varias comunidades de Vilcún, con 35 detenidos. Carabineros dispararon con mapuches en fundo Santa Elisa (Ercilla) hiriendo de muerte al joven Alex Lemun (de 17 años), que murió 5 días después en Temuco. En esta ciudad, ataque a manifestación, con 17 detenidos.

Fueron detenidos Patricia Troncoso, Víctor Ancalef y los longos Pascual Pichún y Aniceto Norin.

En 2003 : dos desalojos en fundos (Ercilla y Temuco) 18 detenidos. Desalojo del Hogar Estudiantil (Temuco): 29 estudiantes mapuches detenidos.

Dos comuneros fueron apresados.

En 2004 se produjo un enfrentamiento en Comunidad pehuenche Lusmapu (Lonquimay), 4 cuatro mapuches heridos y detenidos.

Hubo dos allanamientos: en Truf Truf (Temuco) y Temucuicui (Ercilla) Y dos desalojos de oficinas: del Programa Orígenes (Valdivia) y del Programa BID Orígenes (Temuco): 15 estudiantes y 5 comuneros detenidos.

En 2005 tres desalojos: de Intendencia Regional (Temuco), 20 detenidos; de bloqueo del Viaducto del Malleco: camión mata a Zenén Alfonso Díaz Neculpán, represión de carabineros; 2 mapuches detenidos; de bloque de camino vecinal /Cunco): 4 heridos a bala.

Allanamiento de Comunidad Juan Paillalef (Cunco).

Detienen comuneros en Pidima (Ercilla).

En 2006 más de 15 allanamientos muy violentos a comunidades mapuches (sólo a la comunidad de Temucuicui fueron 7), en las comunas de Ercilla, Lautaro, Nueva Imperial y

Chiloé), en la comunidad de Bollilco (Nueva Imperial) es asesinado un anciano mapuche.

En Ercilla dispararon contra un bus con mapuches: 10 heridos. Cuatro manifestaciones pacíficas fueron reprimidas (Temuco y Santiago): 63 detenidos y un nuño herido.

En 2007: tres violentos desalojos (Galvarino, Villarrica, Tirúa): 34 detenidos. Un allanamiento violento (Ercilla). Carabineros ocupan comunidad de Temucuicui (Ercilla).

Detenciones en Tirúa. Tres niños de Comunidad Ranquilco (Collipulli) son interrogados en interior de la escuela Villa Chiguaigue por carabineros de la SIP.

En 13 años (de 1991 a 2007) de esta nueva “Pacificación de la Araucanía”, esta vez perpetrada por carabineros en vez del ejército, como ocurrió a fines del siglo XIX, hubo:

* 80 violentos desalojos de tierras ocupadas por mapuches, con 752 detenidos;
* 21 allanamientos de comunidades, con 89 detenidos y dos asesinatos;
* 19 represiones de manifestaciones pacíficas, con 320 detenidos y 37 heridos;
* 10 enfrentamientos: 30 mapuches y 17 carabineros lesionados; 30 detenidos;
* 10 desalojos de oficinas y otros edificios, con 122 detenidos y 7 heridos;
* 1 ataque con balas de guerra: 10 heridos;
* 2 allanamientos a sedes de mapuches, con 125 detenidos.

CONTRA LOS TRABAJADORES
Los carabineros, fuerza represiva de los explotadores, han reprimido con saña todo movimiento de los trabajadores. Son emblemáticas sus actuaciones contra los trabajadores forestales y los subcontratistas de CODELCO.

El 12 de marzo de 2007 tuvo lugar el primer movimiento de trabajadores forestales en el sector Horcones, donde se ubica la planta de Celulosa Arauco.

El 30 de marzo se inició una segunda movilización. En la noche del 3 de mayo, se produjeron intensos enfrentamientos entre trabajadores y carabineros. Éstos, de manera criminal, asesinaron al obrero Rodrigo Cisternas, de 26 años de edad, dejando otros 3 trabajadores heridos, más 13 detenidos. Como siempre ocurre, Ministro del Interior y la Intendente Regional intentaron justificar la represión policial.

Pero nada impidió que ese movimiento, en que participaron 7 mil trabajadores, obtuvieran el total de las demandas.

Un importante hito en la historia del movimiento obrero chileno fue la constitución de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), el 6 de junio de 2007.

Ésta ha encabezado dos poderosas huelgas de los trabajadores subcontratistas de CODELCO. La primera se inició el 25 de junio y finalizó el 31 de julio del 2007. Los huelguistas fueron durante reprimidos por carabineros.

Una segunda huelga se inició el 16 de abril de 2008 y finalizó después de 37 días plenos de acciones de los trabajadores, que debieron soportar los ataques de carabineros.


https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju1aZyFEoO37q0JAs2zYH5T-dBRRJ_8fByXa_E-FazOJPLFNdyDOx2JvOQMXozACdx0g8CSZ7JkY_EtjQHG_FeOreiAbcuZLWaN7CJfRTaZ1-SDvCJbwXqpO5DxqU0Ohhlij-K0BoDRSjY/s1600/carabinero.jpg

CON ESPECIAL FURIA CONTRA ESTUDIANTES

En el 2006 los estudiantes secundarios realizaron dos históricos movimientos. Uno durante los meses de abril y mayo; otro en los meses de septiembre y octubre. Fue la llamada “revolución de los pingüinos”. Realizaron desfiles callejeros y tomas de establecimientos. En ambos casos cayó sobre ellos la dura represión policial.

A pesar de los lanzaaguas, gases lacrimógenos, apaleos y brutales desalojos, miles de estudiantes desafiaron la furia verde. Por ejemplo, el 30 de mayo de 2006, 600 mil secundarios estaban movilizados.

Durante esas jornadas fueron miles los estudiantes detenidos en todo el país. Sólo en un día, el 10 de mayo, cayeron en las garras policiales más de mil escolares.

En el 2008 nuevamente los estudiantes han salido a luchar por una educación más democrática. Ahora unidos secundarios, universitarios, con el decidido apoyo de padres y apoderados. También los maestros han declarado paros y realizado marchas.

Y en los combates contra una educación de clase, que es negocio de unos pocos y significa problemas para los hogares modestos, se han unido todos. Y contra ellos ha caído la represión.

Historiador Iván Ljubetic Vargas
22-junio-2008

http://25.media.tumblr.com/tumblr_lpmdevbcNL1qc1hkwo1_500.jpg