"No me doblaron estos hijos de puta", dijo en 1998 de los senadores de la izquierda "
Público divulgó la noticia y, desde entonces, ha arreciado la polémica, amplificada por los medios del país suramericano.
El Ejecutivo chileno, presidido desde marzo por el derechista Sebastián Piñera, se vio obligado ayer a expresar su "más absoluto respaldo" a su fichaje estrella en Madrid. El encargado de dar la cara por él fue el viceministro de Exteriores, Fernando Schmidt, quien subrayó la "trayectoria absolutamente limpia" de Romero, y llamó al Gobierno español a responder a Llamazares.
Piñera se vio obligado a respaldar a su representante en España
Pero una historia de desencuentros es lo que comparten Piñera y Romero, su compañero de partido. El actual delegado en España es considerado en Chile un político de la llamada "derecha dura", es decir, del sector más cercano a Pinochet y su régimen militar (1973-1990), al contrario que Piñera, que en 1998 fue el único líder de la derecha que reconoció haber votado en el plebiscito contra la continuidad del dictador. Romero fue uno de los grandes defensores del general fallecido en 2006. El actual presidente de Chile quería la reforma de la Constitución de Pinochet. Romero se opuso tenazmente a ella.Hasta el Tribunal Supremo
Piñera y Romero tuvieron muchas disputas partidistas. La última importante fue en 2003, cuando Piñera era líder de Renovación Nacional (RN) y lo denunció en el Tribunal Supremo por contradecir una línea de acción del partido.
Fuentes de RN señalaron ayer que Romero fue nombrado embajador "porque el presidente buscó una manera de mantener contento al pinochetismo y a la vez tenerlo alejado". Sin embargo, en su campaña, Piñera prometió no entregar cargos a personas que hubiesen participado de la dictadura.
Romero fue nombrado por Pinochet en algunos puestos, aunque siempre de escasa relevancia.
"Romero siempre ha sido un personaje de segunda fila en la política chilena"Para el ex senador izquierdista Nelson Ávila, Piñera "debió haberse preocupado de designar diplomáticos o militantes sin historia en el régimen de Pinochet", sobre todo en países con gobiernos de izquierdas .
Meses antes, Romero protagonizó una tensa sesión en la Cámara Alta, que él mismo presidía, cuando Pinochet iba a ser investido senador vitalicio. Los parlamentarios portaban fotos de represaliados y de Salvador Allende. "No me doblaron la mano estos hijos de puta", se le oyó decir.
"Romero siempre ha sido un personaje de segunda fila en la política chilena, opaco y, eso sí, muy pinochetista", indicaba ayer el diputado socialista Carlos Montes.
"Los colaboradores del general Pinochet –añadió– siguen siendo la columna vertebral de la derecha chilena. Por eso no nos ha llamado tanto la atención un nombramiento como ese".