domingo, 20 de diciembre de 2009

La derecha acaricia su primera victoria en la era post Pinochet

Los últimos sondeos dan como claro ganador a Sebastián Piñera. La rotación ideológica es fruto de una Iberoamérica “convulsa”. Las encuestas adjudican un 52,7% para Sebastián Piñera frente al 47,3% para Eduardo Frei

El líder conservador se ve ya a las puertas de la Presidencia.


La derecha opositora chilena se frota las manos. Y el oficialismo, los ojos. Sebastián Piñera, un empresario conservador de 60 años, ya comienza a probarse la banda presidencial en Chile, poniendo fin a dos décadas de Gobierno de centroizquierda en este país de 17 millones de habitantes.

Holgada victoria

Los primeros sondeos divulgados después de las elecciones presidenciales del 29 de noviembre dan como claro favorito en las urnas al candidato de la Coalición por el Cambio. Sebastián Piñera obtiene un 48% de respaldo, mientras que el candidato de la Concentración oficialista, Eduardo Frei, recoge un 43%, y un 9% responde “ninguno” para las elecciones del próximo 17 de enero, según el estudio del vespertino La Segunda y la Universidad del Desarrollo de Chile.

Al analizar la proyección de votos totales, el resultado de la encuesta –que tiene un margen de error de 3,2%, para un nivel de confianza del 95%– adjudica un 52,7% para Piñera y un 47,3% para Frei. En cuanto a la “sensación de triunfo”, un 59% cree que el líder de la oposición, con una de las fortunas más grandes del país sudamericano, será el próximo presidente, y un 30% que lo será el aspirante oficialista, senador democristiano y también ex presidente (1994-2000).

Con relación a los 14 puntos que separaron a Piñera (44,05%) de Frei (29,67%) en la primera vuelta, donde fue resuelta la integración del Congreso, un 57% cree que no está dicha la última palabra, aunque para un 41% la diferencia es “irremontable”.

La victoria es lógica

“Si bien la derecha nunca ha estado tan cerca del sillón presidencial desde que concluyó la dictadura encabezada por Augusto Pinochet (1973-1990), el hecho sorprende pero no desconcierta”, comentó a LA GACETA el periodista chileno Feisal Sukni.

De hecho, no parece una típica elección latinoamericana. La normalidad es el común denominador de estos comicios y sea quien sea el ganador, es de esperar que nada cambie respecto a las grandes políticas de Estado que han marcado la estabilidad política y económica de Chile en una región convulsa como la de América Latina.

Durante ese período, la pobreza en Chile cayó de 38% a 14% de la población, mientras que la indigencia disminuyó a niveles históricos. “Precisamente, será la clase media y baja la que determinará, en buena medida, la suerte de los candidatos con aspiraciones a acceder al Palacio de La Moneda en 2010”, opinó Sukni. Así, el perfil de “empresario multimillonario” de Piñera podría “jugarle en contra”, sobre todo entre los votantes que apoyaron en noviembre al candidato independiente Marco Enríquez-Ominami (20,13%), y a Jorge Arrate, de la izquierda extraparlamentaria (6,21%).

Todo a favor de Piñera

Pero mientras la Concertación acusa recibo del peor resultado electoral desde su creación, pese al abrumador respaldo que recoge la saliente presidenta Michelle Bachelet, las encuestas dan ganador a Piñera, y todo hace prever que por primera vez en dos décadas habría alternancia de partidos en el poder. De hecho, ante la pregunta “independientemente de si le gusta o no, ¿quién cree que va a ganar finalmente la elección presidencial?”, un 59% sostiene que lo hará el retador opositor de derecha y sólo un 30% estima que repetirá gestión el aspirante oficialista.

En cualquier caso, gane o pierda Piñera, hay una amplio consenso entre las principales fuerzas políticas chilenas en cuanto a mantener las políticas favorables a la libertad de empresa que han convertido a Chile en el milagro económico de la región que ha conseguido reducir la pobreza.


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