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sábado, 5 de noviembre de 2016

Roberto Faz Grandes Cantante de Boleros

Roberto Faz. Inscrito entre los grandes cantantes soneros y boleristas de Cuba, conocido como la voz de Regla.








En el 2010 se conmemoraron en Regla y en Cuba varios acontecimientos musicales: Roberto Faz el 26 de abril cumplió 44 años de fallecido. Y el de febrero se celebró el 54 cumpleaños del estreno del conjunto de Roberto Faz en el Liceo de Regla. También hace 44 años que Faz difundió en Cuba el ritmo dengue, creado por Dámaso Pérez Prado.














El ultramarino pueblo de Regla cuenta con muchas figuras musicales: Francisco Albo Salazar –Siglo XIX- (Pancho Majagua), Familia Romeu, Tania Castellanos, Emelina López , Sergio Farías, y Antonio Arcaño residió un buen tiempo en esta localidad.








Roberto Faz nació el 18 de septiembre de 1914 en el ultramarino pueblo de Regla, en la calle Calixto García 62 entre Céspedes y Agramonte. Está inscrito entre los grandes cantantes soneros y boleristas de Cuba, y se le conoce como la voz del pueblo ultramarino de Regla, su querido rincón habanero. Naturalidad, carisma y sencillez lo hacían uno de preferidos, en casi todas las encuestas. 






Su origen fue muy humilde y desempeñó diversas labores, entre ellas las de conductor de ómnibus y cantinero. a la vez que descargaba, guitarra en mano, por los bares de su pueblo; eran los días gloriosos de la explosión del son en la capital. Aunque también en la zona de Regla y Guanabacoa había un ambiente folclórico de toques y cantos de bembé de las potencias ñáñigas; unido a las rumbas y congas de comparsas que eran un plato fuerte en esta zona.






El doctor Carlos González describe a Roberto Faz: "bajito, ojos color castaño, cabeza grande –le llamaban cariñosamente el cabezón-, mucho pelo, castaño claro y a menudo con bigote. No era grueso, ni delgado, aunque por su estatura daba la impresión de ser más bien envuelto. 

Tez blanca y sonrisa fácil. Le faltaba un dedo en la mano izquierda. Donde quiera que se presentara había lleno total, pues era muy querido por su pueblo".






Para ponerse a la moda de la época se integró en 1927 a un septeto infantil llamado Champán Sport, de Carlos Toledo, con el trompetista Félix Chapotín. "Yo le fui enseñando a Robertico –contaba Chapotín- los trucos de la música y el padre me servía un buen almuerzo todos los domingos". Después el Tropical y el de Ricardo Cabana, que organizaba su propio padre, un famoso cartero del pueblo.








"Mi padre Pascual era como un representante mío –me dijo el sonero en una ocasión-, él metía cabeza donde quiera para que yo fuera cantante a toda costa y lo logró. Pero te digo que también aprendí a tocar todos los instrumentos de la percusión, esa era una de las distracciones de los jóvenes en aquellos tiempos"
.








Ya en 1930 Robertico fue reclamado en diversos septetos como el Ultramar, que también estaba en manos de su padre y ya en 1932 se profesionalizó como cantante en un cabaret llamado Hit. Con ese entrenamiento llegó a cantar en la orquesta Habana, en 1938; en la Cosmopolita, y Los Hermanos Palau, en el aristocrático cabaret Sans Souccí, lo más grande del show en aquellos tiempos.







En 1939 –cuando se creó Tropicana- llegó a ser artista exclusivo de la CMQ de Prado y Monte.








Se presentó en 1941 en el cabaret del Hotel Nacional con la Orquesta de Osvaldo Estivil, en la cual también cantó Tito Gómez. Y en 1944 se encontraba nada menos que con Alberto Ruiz en el conjunto Kubavana, que actuaba en el cabaret Zombie Club de Zulueta entre Trocadero y Ánimas, el antiguo Edén Concert. Robertico era un estilo que influyó a casi todos los boleristas en la manera de cantar: fluida, callejera y natural, y que seguirían Orlando Vallejo, Fernando Álvarez y muchos más.








En ese mismo año de 1944 llegó para Roberto Faz la gran oportunidad de su vida: el conjunto Casino de Roberto Espí, con las voces de Rolito Reyes y Agustín Ribot; un ensemble que haría época en salones y sociedades cubanas. "En el Casino coloqué éxitos con boleros, guarachas y canciones de los filineros como Quiéreme y verás, y Realidad y fantasía, de Portillo de la Luz; A romper el coco, guaracha de Otilio Portal, y Que se corra la bola, guaracha de Alberto Ruiz.








Con el Casino viajó a Estados Unidos y América Latina. En 1948 grabaron para la RCA Víctor; dominaron la radio y la televisión. Se mantuvieron un tiempo en la marquesina del Hotel Saratoga y en Radio Cadena Habana, la emisora musical de Cuba.









Todo eso fue hasta el fin de año de 1955, en que el Casino tuvo cambios en su elenco. Roberto Faz organizó entonces su propio conjunto, con el cual debutó el 4 de febrero de 1956, durante un baile espectacular en el Liceo de Regla, con éxitos como Deuda de Luis Marquetti –apoyados por la Panart- que marcó un hito en el conjunto del reglano. En esa etapa viajaron a Cayo Hueso, Tampa y Panamá, mientras que en 1958 realizaron una gira por Centro y Sudamérica con un soberano éxito.








Estuvieron una temporada en 1957 en el cabaret Alí Bar, donde ya el Benny Moré era el Rey. Hay una foto de ambos que queda para la historia. En 1961 grabó el bolero Comprensión de Cristóbal Dobal, un súper éxito; Como vivo en Luyanó, son de René Barrera y Cositas que tiene mi Cuba, son-montuno de Parmenio Salazar.








En la última etapa del conjunto de Roberto Faz se puso de moda en 1966 el dengue con su tiqui tiqui y la llanta de automóvil y el conjunto tomó un nuevo aire: Dengue de la caña, Dengue del pollo, y Dengue en Fa que arrasó en los carnavales habaneros. También asumieron los ligaditos de boleros con el coro de los trompetistas.









El fin de su carrera y su vida



El 26 de abril de 1966, en pleno auge del mozambique y el dengue falleció Roberto Faz. Tres años atrás había desaparecido Benny Moré. La década del 1960 tuvo dos bajas muy duras para la música cubana, dos clásicos que decían adiós a las armas.








El musicólogo Helio Orovio cataloga a Faz "con su peculiar voz, una de las figuras más completas y aglutinantes que ha conocido nuestra música popular". Abelardo Barroso lo definía como 
"amigo intachable y uno de los mejores soneros".









Tito Gómez: "El mejor sonero blanco que dio Cuba".

Miguelito Cuní: "Hombre, amigo, compañero, como sonero, extraordinario. Fue el primer blanco en cantar sones".

Roberto Espí: "Uno de los grandes valores, su nombre esta al lado de Benny Moré y otras grandes figuras".

Pacho Alonso: "Uno de los cantantes más completos del genero popular".



Fuente
Sitio Web cubahora