Lucha Reyes ha sido una de las mejores exponentes de la música criolla en su historia, dueña de una voz que perdura hasta el día de hoy en quienes viven a fondo el criollismo.
Nació en el Jirón Sechura (distrito del Rímac). Su verdadero nombre fue Lucila Justina Sarcines Reyes y vio la luz del mundo el 19 de julio de 1936. Fue hija de Tobías Sarcínes y de Lucila Reyes, quienes engendraron a otros quince hijos.
Su infancia estuvo marcada por el dolor. En 1942 perdió a su padre Tobías y ello provocó que la familia Sarcínes Reyes pase más de una penuria económica. Lucila Reyes era lavandera pero sus ingresos no alcanzaban para alimentar a 16 niños. En vista de tal situación, su madre optó por un nuevo compromiso, quien en lugar de cumplir con el rol paterno que necesitaba Lucha, la maltrataba física y psicológicamente.
Vivieron en los Barrios Altos, en un callejón ubicado en la calle Mercedarias, un espacio que servía de punto de reunión para compositores musicales como Felipe Pinglo, Nicolás Espinel, Reynaldo Adrianzén y Samuel Joya. Ese ambiente hizo que Lucha se sature de melodías criollas de antaño y tomó el canto como una posibilidad de salir adelante y superar las penurias que pasaba en su hogar.
Cuando la situación en casa era ya más que complicada, fue enviada al Convento Franciscano de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor. En dicho lugar, las religiosas le inculcaron valores y una forma de ver la vida desde el punto humano y moldearon el carácter de Lucha para volver a lanzarla al ruedo de la vida.
A mediados de la década del 50, Lucha Reyes participó en el programa de aficionados ''El Sentir de los Barrios'' de Radio Victoria, entonando el vals ''Abandonada'', con lo que alcanzó singular éxito. Pero, al mismo tiempo que empezaba a saborear el éxito, la salud ya le comenzaba a jugar una maña pasada pues se le diagnosticó un cuadro de diabetes emotiva.
En 1960, luego de una serie de tratamientos en el hospital Bravo Chico, Lucha Reyes volvió al canto y en el Teatro Pizarro volvió a cantar con éxito ''Abandonada''. Fue vista por Gonzalo Pizarro, un descubridor de talentos, quien llevó a Lucha Reyes hacia Augusto Ferrando, quien la hizo integrar la ya famosa ''Peña Ferrando''. Pudo viajar a provincias y realizar múltiples presentaciones en Lima.
A mediados de los años 1960, Piedad de la Jara la contrata y le hace trabajar en la famosísima "Peña Karamanduca". es allí donde empezó sus mejores épocas en su ya carrera como cantante.
El 1970, la compañía FTA (Fabricante Técnicos Asociados), la contrata como artista exclusiva y la deja a cargo de su nuevo representante, el argentino Nilo Marchand. Su primer disco se llamó ''La Morena de Oro del Perú'' siendo su primer éxito el tema ''Regresa'' del reconocido compositor Augusto Polo Campos, donde e nota toda su vasta capacidad expresiva. Fue el inicio de una gran carrera que incluyó otros temas como ''Propiedad Privada'' de Modesto López, ''Jamás impedirás'' de José Escajadillo y otras canciones que la llevaron al umbral del criollismo.
Pero mientras avanzaba su éxito, también hacían lo mismo sus males corporales. Su salud se resintió y padeció de Hipertensión arterial y afecciones cardiovasculares, enfermedades que se sumaron a la diabetes que ya se le había diagnosticado con anterioridad.
En 1972, lanzó al mercado ''Siempre Criolla'', donde pudo viajar a Estados Unidos para cantar lo mejor de su repertorio a los colonos peruanos de Nueva York y Chicago. Pero, este viaje no fue bien visto por su médico particular Eduardo Zuleta, quien ordeno su hospitalización a su regreso a Lima. En dichos análisis, los médicos le prohibieron volver a realizar presentaciones de forma definitiva.
Por ello, pidió a Augusto Polo Campos que le componga una canción sentida, creando el tema ''Espera Corazón'', estrenada el 18 de enero de 1973 en el día del aniversario de Lima, El esfuerzo que hizo al cantar, le provocó mayores complicaciones en su diabetes que la llevaron a sufrir dificultades oculares con el pasar de los días. A mediados de agosto, su estado físico comenzó a deteriorarse al punto de emplear una silla de ruedas para poder movilizarse. En octubre, realizó sus últimas apariciones en público siendo el 28, la última vez que apareció para rendirle homenaje al Señor de los Milagros.
Por la mañana el 31 de octubre de 1975, Lucha Reyes fue invitada a una Misa en la Sociedad Peruana de Actores por el Día de la Canción Criolla. Pero, en el camino de su hogar hacia el local, sufrió un infarto por lo que fue llevada a la Clínica Internacional, donde llegó sin vida a las 9:45 de la mañana. La diabetes le ganó la batalla a los 37 años de edad y sus restos fueron velados en el Club ''El Sentir de los Barrios'' a donde llegaron importantes figuras del criollismo y público en general.
Su sepelio en el Cementerio el Ángel congregó a 30 mil personas y con ella se fue una de las épocas más importantes del criollismo peruano.