martes, 27 de diciembre de 2016

Pepe Jara Grandes Cantantes De Boleros


Pepe Jara
nació en Ciudad Madero, Tamaulipas un 25 de diciembre de 1928, llegando a la Ciudad de México en 1947. Fue uno de los exponentes más importantes del bolero y el principal intérprete de Alvaro Carrillo, pero al paso del tiempo conformó un perfil musical con base en la interpretación de los mejores letristas del presente siglo: Guty Cárdenas, Curiel, Gabriel Ruiz, el vate López Méndez, Palmerín, Del Moral, Greever, Lara, Cervera, Zorrilla, Luna de la Fuente, Molina Fuentes.





La carrera musical de José Jesús Jara Martínez -su verdadero nombre- surgió en la época de los 50, cuando estaban de auge los tríos. Formó parte de algunos, entre los que estaban: Los Pepes, El Culiacán y luego Los Duendes






Pero muy pocos incluyen en su biografía la pareja formada con Gilberto Valenzuela en el Dueto Miseria, para posteriormente lanzarse como solista, siempre con el apoyo sentimental y clásico del género.





Estuvo casado con la artista Leonorilda Ochoa.
Grabó para diversos sellos mexicanos como la empresa Discos Guitarra.
Pepe Jara falleció el 30 de julio de 2005 de complicaciones múltiples de la enfermedad diabética en la Ciudad de México.






“Te odio y te quiero, con todas las fuerzas de mi corazón...” ¿Quién no recuerda está canción, sobre todo en la voz de “El Trovador Solitario”, mejor conocido en el mundo del espectáculo como Pepe Jara?






Originario de Ciudad Madero, Tamaulipas, Jara Martínez desde pequeño emigró a Chihuahua con el fin de abrirse caminos para mejorar en la vida. Fue un poeta enamorado de la vida y de la música, y aunque al llegar a Chihuahua comenzó a adquirir experiencia, siempre que podía hacía énfasis en que tenía 58 años viviendo en la Ciudad de México, a la cual había llegado a la edad de 19 años. 






Se integró a diversas agrupaciones de tríos que en esa época estaban en todo su esplendor, por lo que se integró a Los Pepes, Los Duendes y El Culiacán, cuando Los Panchos era el trío del momento.. 






No obstante sus comienzos en los tríos, conformó un dueto al lado de Gilberto Valenzuela, al que llamaron Dueto Miseria. Siempre se llevó la imagen de un gran bolerista, y como él mismo contaba con nostalgia: La gente me ha encasillado en el bolero, tal vez por una mala costumbre. 






Surgí en la época de los 50, llegando a México en 47, cuando estaban de auge los tríos. De ahí me lancé a solista, siempre con el apoyo sentimental y clásico del género. No podía renunciar, arrastrando una cauda de composiciones aprendidas, un repertorio enorme. Fue así que me uncí al malacate del bolero, como se dice románticamente.






Y es que a Pepe Jara le tocó el momento en que sus canciones hacían vibrar a todos los jóvenes del momento, quienes actualmente, en las últimas presentaciones que él tenía, eran adultos mayores, aunados a las parejas cuarentonas que disfrutaron del arte de la canción romántica, pues ”las mujeres me pueden fallar, pero mi guitarra nunca”, atinaba a decir.







Así, entre sus letristas figuraban Palmerín, Guty Cárdenas, Del Moral, Lara, Zorrilla, entre otros más, y aunque llegó a escuchar a los cantantes del momento, nunca estuvo de acuerdo en que se deformara el lenguaje utilizado en las canciones. ”Creo que hasta hay que agradecerle a Luis Miguel que tenga ese disco de ‘México en la Piel’, en donde se rescatan algunos temas”, comentaba.







Entre sus intervenciones y frases célebres, se recuerda una que por ahí mencionó alguna vez: “Todavía toco fibras sensibles, todavía puedo emocionar”, justificando a la vez el porqué la gente lo mantenía dentro sus preferencias y lo aclamaban con sus grandes éxitos como “Échame a mí la culpa”, “Te odio te quiero”, “Ultimo trago” y “Serenata sin luna”, así como “El Andariego”, título que lo acompañó toda la vida y más allá, pues de ese modo nombró un libro de memorias que se realizó gracias a su amistad con grandes escritores. Con la imagen de bolerista romántico y conservador, movió las aguas al declarar alguna vez: “Ahora gusta más el ruido y los productos de importación que atentan contra las buenas costumbres y contra el idioma”, al criticar por enésima vez el modo en que la música mexicana ha sido desvirtuada, y es que el poco apoyo que se llega a tener en la música, dijo, ha ocasionado lo que estamos viviendo, que “la bohemia se ha refugiado en las cantinas, (pues) faltan empresarios que quieran arriesgar”.





No obstante que el sensible guitarrista evocaba lo mejor de su creación poética para enamorar a su público, “El Trovador Solitario” falleció el sábado 30 de julio a los 77 años, a consecuencia de una prolongada diabetes, agravada con un infarto cerebral dos días antes.






El compositor y cantante Alvaro Carrillo, quien falleció en 1969, fue quien le brindó la gran mayoría de sus éxitos, pues más allá del ámbito musical, Jara cultivó una entrañable amistad con el compositor de “El Andariego”, al grado de pedir como última voluntad que sus cenizas reposaran junto a los restos de su amigo.







Así, al compás de “Yo que fui del amor ave de paso”, letra de “El Andariego” que alguna vez hiciera famosa, se ha dispuesto todo para que en el Panteón Jardín, el nicho que albergará sus cenizas sea grabado con esa frase...
Descanse en paz Pepe Jara.


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