Fredesvinda García Valdés, más conocida como Freddy, nacida en 1935 en Camagüey (Cuba) y fallecida el 31 de julio de 1961 en San Juan (Puerto Rico), era una cantante cubana de gran talento.
Freddy nace en Céspedes, un pequeño pueblo de la provincia cubana de Camagüey en una familia de humildes campesinos. Canta a cappella en clubs de La Havana y graba un único álbum antes de fallecer de un ataque al corazón. Su peso (más de 150 kilos) le daba a su voz un toque muy distintivo y andrógeno. Cantaba casi unicamente boleros y canciones.
Cuando se mudó a La Havana a la edad de 12 años, se convirtió en cocinera para la familia Bengochea (Arturo Bengochea era el presidente de la liga profesional cubana de base-ball) pero pronto empezó a cantar por las noches en el Bar Celeste, en las calles Humboldt e Infanta, un sitio donde los artistas se reunían.
El director del Hotel Capri se fijó en ella y la contrató. Empezó a actuar en el Cabaret Capri con la orquesta de Rafael Somavilla, en la revista Pimienta y Saljunto a otros cantantes, bailadores y un cuarteto dirigido por el pianista Carlos Faxas.
Freddy apareció en varios programas de televisión como Jueves de Partagas (1959), que le dejó un grato recuerdo. En ese programa, apareció junto a Benny Moré y Celia Cruz.
Freddy viajó a Venezuela y después a México con un grupo encabezado por el bailador y coreógrafo Roderyco Neyra (Rodney). De ahí, viajó a Miami y Puerto Rico. Obtuvo varios contratos y fue presentada en San Juan TV.
Freddy aparece bajo el nombre de Estrella Rodríguez en la novela de Guillermo Cabrera Infante sobre las noches havaneras antes de la Revolución, Tres Tristes Tigres (1966). Partes de esa novela, en las que figura principalmente Freddy, fueron publicadas más tarde bajo el título de Ella cantaba boleros. También aparece en la novela La isla de los amores infinitos de Daína Chaviano (2006).
Aunque su físico no era el propio de los cánones de la época para una artista (llegó a pesar 305 libras), su voz cautivó enseguida por su singularidad y sensibilidad interpretativa.
Senobio Faget cuenta que en junio de 1959, la Fredi estaba cantando «Cada vez más» (de René Touzet) a dúo con la victrola, cuando apareció, escoltado por una bailarina del cabaret Tropicana, Carlos M. Palma, alias Palmita, abogado, criminalista, promotor artístico y director de la revista Show ―famosa por descubrir talentos nuevos―.
Para complacer al doctor Palma, la Gorda Fredi cantó «Bésame mucho» (de Consuelo Velázquez), «Tengo» (de Martha Valdés), y «Debí llorar» (de Piloto y Vera), acompañada por el cuarteto Los Riveros.
En la semana siguiente, Palmita escribió en su revista Show, en julio de 1959: «Del servicio doméstico surge una bolerista que ha de ser célebre (...) Sus días como cocinera están contados, porque cuando cualquier empresa la lance, habrá enseguida que programarla en televisión; la radio la hará su cantante favorita». Hay que destacar que el bolero interpretado por mujeres estaba en pleno auge con Elena Burke, Berta Dupuy y Olga Guillot, entre otras.
La freddy Noche de Ronda
Uno de los productores del salón Capri fue a comprobar lo que se había escrito sobre ella. La contrató y la hizo debutar en el propio Capri, en la revista musical Pimienta y Sal, junto a Rolo Martínez, el cuarteto de Carlos Faxas y otros. La Gorda Fredi solo necesitó dos canciones para meterse el público en el bolsillo: «El hombre que yo amé» (de George Gershwin), y «Noche de ronda» (de Agustín Lara).
Freddy,El Hombra que yo Ame
En 1960 apareció en el programa del circuito CMQ del Canal 6 de televisión, Jueves de Partagás. Cantó junto a Benny Moré y Celia Cruz. Al terminar, Moré la felicitó y la Fredi gritó: «¡Ay, Dios mío, perdóname, pero ya puede darme otro infarto! Ahora sí voy a morirme tranquila».
La Freddy Noche y Día
En 1960 grabó el que sería su único disco de larga duración (Noche y día, LP Puchito ) con dirección y arreglos orquestales de Humberto Suárez, y en el cual combinó piezas sentimentales de autores cubanos y mexicanos, y estándares estadounidenses de jazz, como “The man I love”, de George Gershwin, y “Night and day”, de Cole Porter, adaptados al ritmo del bolero con letra en español. Más tarde inició una gira por México, Venezuela y Puerto Rico, donde encontró la muerte en 1961.
La Fredy se puso de moda y todos querían escucharla, los compositores le entregaban sus canciones y, por suerte, los estudios de grabación se pusieron a sus pies. Y como si se repitiera la historia siempre que tenía un tiempo Pepé Delgado le acompañaba al piano; lo mismo que más de un escritor famoso de aquellos años le dedicó alguno de sus poemas.
A pesar de su meteórica trayectoria (1959-1961), aparece a menudo en compilaciones antológicas de música popular cubana y sus grabaciones han sido reeditadas en varias ocasiones en diversos países. En ella se inspiró el escritor Guillermo Cabrera Infante para el personaje de La Estrella en la novela Tres tristes tigres. Los capítulos en los cuales aparece La Estrella fueron recogidos más tarde por Cabrera Infante en un libro titulado Ella cantaba boleros.
A pesar del éxito en La Habana, la Gorda Fredi ―al igual que la Lupe― se perdió en el laberinto de la emigración y terminaría muriendo pobre en Puerto Rico.
Marchó a México, donde todo se le hizo difícil. Realiza un par de presentaciones en la ciudad de Miami (Estados Unidos) y decide viajar a San Juan de Puerto Rico, donde tuvo un infarto de miocardio y falleció a los 25 años de edad, el 31 de julio de 1961. Murió en la pobreza. Cuentan que músicos cubanos y puertorriqueños tuvieron que hacer una colecta para pagar sus funerales.
Fuente-Enciclopedia de Historia y Cultura del Caribe/Wikipedia en español.
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