Esta exquisita cantante puertorriqueña, que copó toda una época con sus dulces melodías, que se constituyó en una preciosa dama dedicada a la interpretación del bolero, fue bautizada como Dolores Virginia Rivera García nació un 29 de noviembre de 1928 en Brooklyn, Nueva York, entre las calles 34 y West Side, Estados Unidos, conocida universalmente como Virginia Lopez.
Su infancia transcurrió feliz en el seno de una familia puertorriqueña, muy “chapada a la antigua”, respetuosa de sus profundas tradiciones impuestas por lo que significaba el respeto y la buena educación dentro de sus componentes, quienes ejercieron tal legado con una verticalidad religiosa, anteponiendo el buen sentido común y la importancia de la familia ante cualquier otra circunstancia que pudiera perturbar lo que para ellos representaba su credo.
A la par de la ferrea educación que recibía, ya a los cinco años comenzó a cantar no obstante que ello no era bien visto por quienes la tenían bajo su tutela.
En estos menesteres siempre siguió la línea interpretativa de la inmortal Libertad Lamarque, que entonces era la cantante de moda, era la artista que más popularidad tenia en el ramo femenino, y esa preciosa infante, no obstante su corta edad, se aprendió los tangos que interpretaba la llamada “Novia de América” , interpretándolos la mozalbete de una manera singular y creando dentro de su circulo social toda una algarabía porque ya se sabía que estaba naciendo una artista, que estaban en presencia de una gran cantante en cierne.
Fue en los primeros años de la década del 50 que Virginia López, que fue el nombre artístico que adoptó, hizo su debut en el mundo artístico. Inicialmente grabó un disco, de manera no profesional, con Luis Lija, popular guitarrista de la época.
Pero su verdadero debut profesional fue cantando a dúo con Chago Alvarado, integrante y compositor del Trío San Juan. Este primer intento de Virginia en el arte se conoció como el “Dueto López Rodríguez”. Juntos, Virginia y Chago Alvarado, grabaron unos 10 discos que tuvieron gran aceptación.
Su dos primeros éxitos internacionales “Tan lejos” y “Cariñito azucarado”, la colocaron definitivamente en el gusto del público de todo el continente. Pero su gran golpe de suerte se dio a mediados de la década del 50 en la República Mexicana.
Precisamente fue en 1955 cuando sus grabaciones comenzaron a difundirse en México a través de las ondas radiales. Ganando amplia popularidad en el Norte del País, Virginia López tardó dos años en llegar a suelo azteca. Pero el 31 de julio de 1957 la joven cantante de ascendencia boricua llegó a México. Y con tan sólo telefonear a un periódico, y decirle “ya estoy aquí”, comenzó a vivir el proceso que la llevó a la consagración total como artista.
En México, Virginia López fue bautizada como “La Voz de la Ternura” por los dulces matices de sus interpretaciones, la exquisita dulzura que la imprimía a sus cadenciosos boleros.
Cumpliendo con innumerables contratos, la cantante cautivó a sus auditorios y colocó numerosas canciones en el gusto del público. Grabando para la RCA Víctor, México se convirtió en su plataforma de lanzamiento internacional.
Así su voz se difundió en Latinoamérica, algunos países de Europa y Japón. Populariza canciones como “Osito de felpa”, “Por equivocación” y “Te odio y te quiero”, grabó con mariachis, orquestas, conjuntos, así como con su inseparable Trío Imperio.
De ahí que, al cierre de la década, fuera distinguida con el Discómetro de Oro en México, mientras en Puerto Rico se le otorgaba un premio del Festival de Codazos en 1958. En la década del 60, Virginia López atravesó un periodo de silencio.
En medio de todo el apogeo del movimiento de la Nueva Ola en América, la cantante se distanció por un tiempo de los medios de comunicación. Pero el 31 de julio de 1972, a 15 años después de su primer arribo a la capital azteca, Virginia López tuvo un reencuentro con su público mexicano.
A raíz de éste volvió a incursionar en el mundo del disco anotándose numerosos aciertos.
En otra de las grandes reseñas encontradas en la red, proveniente también de la Fundación para la Cultura Popular de Puerto Rico, nos dice que: Durante el presente 2005 que ya agoniza se cumple medio siglo de que una de las cancioneras puertorriqueñas más admiradas en toda América, España y Japón grabara su primer disco.
Con tan buena fortuna que, a pesar de los escollos que tuvo que confrontar al principio, resultaría el más exitoso de su brillante carrera. Definitivamente, el que marcó su consagración. Nos referimos a la inigualable bolerista Virginia López «La Voz de la Ternura». No podíamos dejar pasar por alto esta efeméride. Porque la historia de esta gran artista que tanto enorgullece a sus compatriotas es interesantísima.
Por tanto, para beneficio de la nueva generación de boricuas que no están muy familiarizados con su legado, a continuación les presentamos su biografía: Virginia López. Cantante romántica. Nombre verdadero: Dolores Virginia Rivera García. Calificativo artístico: «La Voz de la Ternura». Lugar y fecha de nacimiento: Manhattan, Nueva York (EE.UU.) – 29 de noviembre de 1928. Virginia López figura en la historia de la música popular latinoamericana como una de las cantantes puertorriqueñas más exitosas en términos internacionales durante la segunda mitad del Siglo 20.
Fuente: Fundación Nacional para la Cultura Popular de Puerto Rico.
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