Al mezclarse indígenas, españoles y chilenos, se fusionaron también la música, los bailes, los trajes y las comidas. Esa herencia constituye la base del folclor nacional.
El folclor en Chile se origina alrededor del siglo XVIII en donde las alegrías populares eran siempre acompañadas de música que se interpretaba en la vihuela o guitarra, guitarrón, arpa o rabel. Los bailes españoles de la época eran el fandango, la seguidilla y el zapateo.
La expresión popular más genuina del folclor nacional, era la controversia poética en la forma de contrapunto o palla, que reunía a los más famosos palladores en las grandes fiestas cívicas o religiosas.
Antes de la llegada de los españoles, en nuestro país los indígenas practicaban la música en sus distintas agrupaciones y en ella predominaba lo religioso, lo social, lo utilitario siendo por ello muy expresiva. Luego, la música autóctona fue confinada a los reductos indígenas y poco a poco se va dejando de lado y entonces se comienza a adoptar en forma predominante lo que la cultura del conquistador conocía como música.
La música constituye un elemento esencial para conocer la cultura de un pueblo y además se relaciona prácticamente con todas las actividades que el hombre realiza. Nace como complemento a la pintura, como expresión de las raíces de un pueblo y frecuentemente asociada a fiestas religiosas.
En nuestra sociedad encontramos tres tipos de música, cada una de las cuales posee características propias: la música tradicional o vernácula, la música popular y la música docta o selecta.
La Música Tradicional o Vernácula
Es aquella que se transmite por vía oral de generación en generación y que es mantenida por la tradición. Este tipo de música comprende tanto la música folklórica como la aborígen.
La Música Popular
Es creada con un criterio esencialmente comercial destinada al consumo masivo de la población. Su amplia difusión se realiza a través de los modernos medios de comunicación que en la actualidad existen. Su duración en el tiempo esta sujeta a los cambios de la moda.
Origen y Desarrollo de la Música Tradicional Chilena
El origen de la música tradicional chilena nace esencialmente de los Españoles como consecuencia del largo período de hispanización que sufriera nuestro país casi por tres siglos.
Los pueblos aborígenes que habitaban nuestro territorio a la llegada de los conquistadores Españoles, sentían gran afición por el baile, al cual le asignaban un carácter exclusivamente ritual, dedicado al culto de sus dioses.
Luego la Iglesia Católica desaprobó esta práctica de los nativos por considerarla de carácter idolátrico, reemplazando el culto de los dioses paganos por aquellos dedicados a la adoración de las imágenes cristianas.
Pero la música tradicional o música vernácula no se desarraigó, y así fue como en la época colonial, Cuzco y Lima eran teatros animadísimos de danzas de indios y negros, algunas de las cuales se introdujo.
Guitarrón (cordófono):
El Guitarrón Chileno es un multicordófono compuesto que posee entre 18 y 30 cuerdas, agrupadas en cinco órdenes principales sobre el diapasón y cuatro órdenes monocordales secundarios, fuera de él, llamados diablitos.
Tiene una longitud de cuerdas que oscila entre 46 y 64 centímetros, forma de guitarra avihuelada, plano especular rectilíneo y puente de tracción, con alas en forma de volutas, junto a las cuales aparecen característicamente dos adornos llamados puñales.
Estudios permiten asegurar que el orígen de este instrumento es chileno, producto del ingenio del pueblo chileno.
revive en Santiago y Colchagua, donde se le ve en los encuentros de los poetas populares.
Charrango (idiófono):
Es un instrumento ideado tal vez por un campesino chileno. Se usa desde Colchagua a Valdivia y en Chiloé. Es una tabla de un metro o más de largo, por treinta y cinco o cuarenta y cinco centímetros de ancho, con un encordado fijo de alambre acerado muy delgado, que se estira mediante dos botellas redondas o preferentemente planas que se colocan en ambos extremos: lograda la tensión necesaria se le colocan dos trocitos de madera para evitar que se corran las botellas y pierda su armonía.
Pandero (idiófono):
El pandero se frbrica con una armazón hexagonal, a la cual se le remacha un parche o cuero muy delgado en uno de sus lados. se le hacen unos calados en los costados de la armazón donde se le colocan chapas de latón o bronce, de formas semicóncavas para mayor sonoridad. La cubierta del parche se unta con pez de castilla o grasa de vacuno para ofrecer resistencia al pulgar durante el roce y lograr una mejor vibración del instrumento.
Tormento (idiófono):
El tormento de salón era una cajita de 30 centímetros de longitud por unos 20 centímetros de ancho y de 10 a 15 centímetros de altura, con cuatro patas plegables. Su cubierta superior estaba formada por una serie de tablitas sueltas engranadas en una especie de pestaña para que no se salieran. Para permitir mayor sonoridad no tenía cubierta inferior. En su interior tenía adosada una especie de sonajas de metal y se percutía encima de la cubierta con un palillo baqueta.
El tormento actual, usado en chinganas y ramadas es de mayor tamaño. Mide entre 50 a 60 centímetros de longitud por unos 35 a 45 centímetros de ancho.
Cacharaina (idiófono):
Es una quijada de burro o mula a la que se le sueltan los molares y premolares. La superficie de la mandíbula se pinta y dibuja con temas llamativos como flores, hojas, etc...
Su forma de ejecución es similar al Guiro tropical, o sea, rozando los dientes con un palito para producir el sonido. Pero su forma más frecuente es tomar la quijada con una mano empuñada en la parte más ancha, produciendo de esa manera una mejor resonancia de instrumento.
En algunas partes del país es Carretilla, en la Isla de Pascua se le llama Kahuaha.
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