sábado, 28 de noviembre de 2009

Lula denuncia que sufrió un intento de Golpe de Estado en 2005

“Fue un intento de golpe de la oposición. Fue la mayor operación política hecha contra mi gobierno”

http://www.vooz.com.br/userfiles/lula2.jpg

“Fue un intento de golpe de la oposición. Fue la mayor operación política hecha contra mi gobierno”, dijo Lula al canal Rede TV, en una entrevista que será puesta en el aire el domingo y cuyo contenido fue adelantado a la prensa. El escándalo del “mensalao” provocó una grave crisis en el Partido de los Trabajadores de Lula y en su gobierno, dado que renunció a su cargo el entonces superministro coordinador José Dirceu.


Según la fiscalía, el supuesto pago de sobornos o financiamiento ilegal de campañas electorales de partidos aliados al PT en el Congreso tuvo la participación de una caja dos, que provocó la caída de la cúpula del partido de Lula.

El presidente dijo tener desconfianza del publicista Marcos Valerio, quien fue el financiador ilegal de las campañas de los aliados del PT y que también utilizó la misma estrategia con varios partidos opositores en el pasado.

“Marcos Valerio no viene del PT, ya hizo otras campañas. Cuando deje la presidencia me quiero enterar sobre el tema, pero como presidente no puedo estar husmeando en esas cosas”, dijo el presidente.

El presidente Lula dijo que no recibió en la época del escándalo, en 2005, una propuesta para negarse a presentarse a la reelección en 2006, pero reveló que fue alertado por un colaborador de que la oposición quería iniciarle juicio político.

jueves, 26 de noviembre de 2009

COMUNICACIONES-CHILE: La democracia amenazada

SANTIAGO, Chile es un "caso de laboratorio" en materia de concentración de medios, sostiene la periodista chilena María Olivia Mönckeberg en su último libro "Los magnates de la prensa". Si no se fortalece el rol regulador del Estado en esta área, advierte, se corre el riesgo de hacer "sucumbir" a la propia democracia.

Afiche Muestra Documentales

"Hoy en día, en vísperas de la celebración del Bicentenario (de la independencia), la situación de la libertad de expresión y de propiedad de los medios de comunicación, en un sentido democrático y plural, me parece peor que la que había en Chile a comienzos de los años 90", cuando se restituyó la democracia tras 17 años de dictadura, comentó a IPS Mönckeberg.

Para Mönckeberg, distinguida este año con el Premio Nacional de Periodismo, la concentración de medios es un fenómeno mundial, "pero en el caso chileno sucede algo bastante especial", porque el sistema es "más cerrado y muy poco regulado", copado por grupos económicos ideológicamente de "extrema derecha", aseguró.
El libro "Los magnates de la prensa- Concentración de medios de comunicación en Chile", publicado bajo el sello Debate de la editorial Random House Mondadori, fue lanzado el 11 de este mes en Santiago.

En 522 páginas, la periodista detalla quiénes son los dueños de los medios de comunicación en Chile, precisa la ayuda que algunos de ellos recibieron durante la dictadura del hoy fallecido general Augusto Pinochet, de 1973 a 1990, y describe las intrincadas redes políticas, económicas, sociales y religiosas que forman hoy.

El preocupante diagnóstico de la actual secretaria de estudios del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile queda de manifiesto en la primera página del texto, que pudo terminar gracias a un proyecto presentando al gubernamental Fondo Nacional del Libro y la Lectura.

"Una paradoja envuelve la historia de la prensa chilena: nació crítica, libertaria y republicana, bajo la encendida pluma de Fray Camilo Henríquez, fundador de La Aurora de Chile, el primer periódico que existió en el país, poco después de la declaración de Independencia", a comienzos del siglo XIX, escribe.

"Pero cuando Chile se apronta a conmemorar el Bicentenario, los diarios responden a los intereses de influyentes grupos económicos de derecha, más preocupados por consolidar sus ganancias y proyectar sus ideas que de informar con mirada amplia y generar comunicación entre la ciudadanía", acota.

La concentración es una realidad en la prensa escrita, la radio "muestra síntomas" del mismo fenómeno, y la televisión abierta, que nació universitaria, es prácticamente comercial en la actualidad, sobrepasada por la farándula, los reality shows, la crónica roja y el sensacionalismo periodístico, señala Mönckeberg en el texto.

Entre los magnates de la prensa escudriñados por esta periodista y académica figuran Agustín Edwards Eastman, propietario de la cadena de diarios El Mercurio, Álvaro Saieh, cabeza del Consorcio Periodístico de Chile (Copesa), y Sebastián Piñera, dueño del canal Chilevisión y actual candidato a la presidencia de Chile por la derechista Coalición por el Cambio.

El Mercurio, y su veintena de ejemplares de circulación nacional y regional, y Copesa, que controla los diarios La Tercera, La Cuarta, La Hora, una cadena de radios y la revista Qué Pasa y Paula, constituyen el llamado "duopolio'" de la prensa chilena.

"No hay lugar en esos medios para voces críticas o diferentes a su línea editorial, adscrita a posiciones conservadoras en lo político y neoliberales en lo económico. Incluso las cartas al director son revisadas y estudiadas por el filtro de quienes controlan esos periódicos", escribe Mönckeberg.

"Sus pautas no incluyen temas que desagraden a los dueños o a las redes de amigos, socios y avisadores. Los periodistas lo saben y actúan en consecuencia, guardando silencio o practicando la autocensura, cuando suponen que algo puede ser incómodo o poco conveniente", afirma.

Mönckeberg también aborda los negocios del fallecido empresario Ricardo Claro, dueño del canal Megavisión y la revista Capital, y de poderosos inversionistas extranjeros, como los mexicanos Carlos Slim y Remigio Ángel González y el ítalo-estadounidense John Malone.

"¿Qué es lo que uno ve? Que Edwards, por una parte, Saieh, por otra, sumados a quienes detentan el poder en los canales de televisión privados, constituyen una suerte de red, donde está enrejada, con muros, la posibilidad real de conocer mucho mejor la realidad chilena, hacer periodismo de calidad y de generar debates más sustanciales", resumió a IPS.

La autora, que trabajó en las revistas Análisis, Hoy y el diario La Época, medios que desaparecieron en democracia, cita a diversos académicos que coinciden en que la falta de pluralismo en Chile se agravó tras el fin de la dictadura y el arribo al gobierno de la centroizquierdista Concertación de Partidos por la Democracia, en el poder hasta hoy.

Esto se explicaría porque la Concertación mantuvo casi intacto el ordenamiento político-económico de carácter neoliberal impuesto por la dictadura, cuyo imperativo es "dejar hacer" al mercado.

El poder, y el fenómeno de la concentración, en distintos ámbitos, ha sido tema de interés constante para Mönckeberg, quien estudió periodismo en la Universidad Católica de Chile.

Así lo demuestran sus anteriores investigaciones: "El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno", publicado en 2001, "El imperio del Opus Dei en Chile", de 2003, "La privatización de las universidades. Una historia de dinero, poder e influencias", de 2005, y "El negocio de las universidades en Chile", de 2007.

"La investigación realizada permite afirmar que el fenómeno de concentración se ha extendido a lo largo del territorio nacional, dejando en la mayoría de las regiones a sus habitantes y organizaciones sin expresión ni voz propia", sintetiza en el texto Mönckeberg, quien enseña Ética y Tratamientos Periodísticos y Periodismo de Investigación en la Universidad de Chile.

Un ejemplo gráfico de la escasa pluralidad existente en el país, dice, es la repercusión que ha tenido su propio libro. Sólo algunas radios, medios de Internet y corresponsales extranjeros la han llamado para entrevistarla. Del duopolio no ha tenido noticia alguna, tal como ocurrió con sus anteriores libros. (FIN/2009)





sábado, 21 de noviembre de 2009

“Esperábamos mucho más de Bachelet”, dicen las víctimas de la dictadura chilena

La asignatura pendiente es la modificación de los artículos 93 y 123 del Código de Procesamiento Penal, lara que ls condenados no gocen de prescipción ni de media prescipción

http://www.elamaule.cl/tmp_images/91/noticia_4543_normal.jpg

“Nosotros claramente teníamos expectativas mucho mayores” del mandato de Michelle Bachelet, asegura Mireya García, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), al hacer balance de la gestión de la presidenta chilena en materia de derechos humanos.

García, que representa a los familiares de muchas de las 1.192 personas detenidas desaparecidas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), revisó en una entrevista con medios de comunicacion el legado de la presidenta, cuyo mandato finaliza el próximo marzo.

“Es un balance que tiene aspectos positivos y negativos. Nosotros claramente teníamos expectativas mucho mayores en relación a lo que se podía lograr con Michelle Bachelet como presidenta de la República”, recalca García.

Bachelet es hija de un general fallecido en la dictadura y ella misma fue encarcelada y torturada durante el régimen.

“No basta ser familiar ni víctima. Cuando uno, además de familiar o de víctima, asume un compromiso de vida con los derechos humanos, ahí recién puede tener posiciones invariables. Con el caso de Bachelet no ha ocurrido eso”, dice García.

“Ella es víctima y es hija de víctima. Sin embargo, faltó ese compromiso mayor con los derechos humanos que significa enfrentar un conjunto de situaciones que no siempre son gratas, que pueden significar incluso bajar en la popularidad de las encuestas”, añade.

La valoración de Bachelet ha ascendido hasta el 78%, según la encuesta de noviembre del Centro de Estudios Públicos (CEP), en la que sólo el 4% citó los derechos humanos como uno de los tres problemas que debería enfocar el Gobierno.

Según García, los aspectos positivos se centran en la recuperación de la memoria histórica, plasmada en la futura construcción del Museo de la Memoria, en la instalación de memoriales y en el establecimiento del 30 de agosto como Día Nacional del Detenido Desaparecido.

“Ha habido grandes avances en el tema simbólico y de recuperación de la memoria, pero en los temas gruesos, que tienen que ver con la Justicia, no hay avances”, dice García, hermana de un joven dirigente socialista que desapareció en 1977, a los 19 años de edad.

Uno de los proyectos simbólicos del mandato de Bachelet ha sido la creación del futuro Instituto de Derechos Humanos, que finalmente sí tendrá la capacidad de presentar querellas, tal como demandaban las asociaciones de víctimas.

Sin embargo, éstas no lograron que el Instituto funcionara de forma absolutamente autónoma respecto del Ejecutivo, dice García.

Tampoco consiguieron que tuviera la facultad permanente de calificación de víctimas que no constan en los informes elaborados tras la dictadura, por lo que sólo tendrá ocho meses para recibir denuncias sobre nuevos casos de violaciones de los derechos humanos.

Sin embargo, García señala que la principal asignatura pendiente del mandato de Bachelet ha sido la no modificación de los artículos 93 y 123 del Código de Procesamiento Penal, para que los condenados no gocen de prescripción ni de media prescripción.

“Hay una cantidad importante de juicios. Sin embargo, en el momento de la condena se aplica la prescripción o media prescripción, y los violadores de derechos humanos quedan libres y no cumplen un solo día de cárcel. Para nosotros, eso no es justicia, es impunidad”, explica.

Por ello, García lamenta que “Chile se jacte ante la comunidad internacional por tener tantos procesos abiertos y tantos violadores de derechos humanos procesados”, cuando en su opinión el país “no cumple a cabalidad los tratados internacionales” en esta materia.

“Según los tratados internacionales que ha firmado Chile, la prescripción no se puede aplicar, y sin embargo se aplica porque existe en la legislación chilena”, indica García, quien añade que esto se refleja en una “actitud dicotómica” de la Corte Suprema.

El alto tribunal suele aludir en sus fallos a esos acuerdos internacionales, pero en muchas ocasiones aplica la prescripción.

“Es una situación muy poco comprensible”, admite esta representante de las víctimas.

También en el ámbito de la Justicia, el Congreso no ha derogado la Ley de Amnistía de 1978, que prohibió el procesamiento de personas involucradas en ciertos actos criminales cometidos entre el 11 de septiembre de 1973 y marzo de 1978, y sigue vigente.

“Que hoy día no se aplique es una cosa, pero quién nos dice a nosotros que mañana no se va a aplicar, si ahí está”, resalta García.

Tampoco se logró aprobar en el Parlamento la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, a pesar de que a principios de este año sí se ratificó la Convención de Naciones Unidas contra la Desaparición Forzosa de Personas.

“Eso obedece a que existe algún grado de arrepentimiento por la aprobación de la Convención de la ONU, y se hizo evidente con la de la OEA al rechazarla”, estima García, que percibe ambigüedades en los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

En el ámbito de las Fuerzas Armadas, las víctimas también tienen reparos sobre el próximo comandante en jefe del Ejército nombrado por Bachelet, el general Juan Miguel Fuente Alba, al que acusan de “guardar silencio y avalar” crímenes cometidos en la dictadura.

Además, García asegura que las víctimas llegaron a saber, tres meses antes de que lo desvelara un rotativo, que el Ejército pagaba honorarios a antiguos miembros de la policía secreta de Pinochet, la DINA.

Mantuvieron entonces una reunión con el ministro de Defensa, Francisco Vidal. “Él se comprometió a revisar quiénes estaban en esa condición y que se iban a tomar medidas. Sin embargo, nunca más pasó nada”, concluye.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Si Piñera gana "será terrible" para los DD.HH., dicen víctimas de Dictador Pinochet

"Si Piñera gana va a ser terrible" para los derechos humanos en Chile, aseguró hoy Mireya García, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), sobre el candidato chileno que aparece como favorito de cara a las elecciones presidenciales de diciembre.

Si Piñera gana "será terrible" para los DD.HH., dicen víctimas de Pinochet
El candidato de la derechista Coalición por el Cambio, el multimillonario inversor Sebastián Piñera, figura en todas las encuestas como favorito en para las elecciones.

García, representante de los familiares de muchas de las 1.192 personas detenidas desaparecidas durante el régimen militar, habló con Efe sobre las perspectivas que se vislumbran a partir de la primera vuelta de los comicios a celebrarse el próximo 13 de diciembre.

"Pocas veces hemos tenido un cuadro político tan complejo como éste para enfrentar las elecciones", aseguró.

El candidato de la derechista Coalición por el Cambio, el multimillonario inversor Sebastián Piñera, figura en todas las encuestas como favorito en esas elecciones, las primeras tras la muerte en 2006 del dictador Augusto Pinochet (1973-1990).

"Si gana Piñera va a ser terrible, va a ser un retroceso para Chile y para la democracia realmente importante. (...) Lo poco que hemos logrado avanzar sería tabla rasa en un posible Gobierno de él", recalcó Mireya García.

Piñera se entrevistó la semana pasada con decenas de militares retirados a los que prometió agilizar los juicios y velar por la aplicación de la prescripción en las condenas por violaciones de los derechos humanos.

En la actualidad, hay en Chile unos 60 antiguos represores condenados y alrededor de 700 procesados por violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura, en la que unas 2.279 personas perdieron la vida a manos de agentes del Estado, según cifras oficiales.

García señala que Piñera "fue incapaz" de firmar el "Compromiso Bicentenario con más verdad y más justicia", propuesto por la AFDD para involucrar a los cuatro candidatos en la defensa de los derechos humanos.

En cambio, "sí se comprometió con los militares en retiro, que en su mayoría tienen alguna responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos, a quienes se va a aplicar la prescripción, que es más impunidad que la que en la práctica tenemos hoy día", añade García.

En tanto, su principal rival, el senador oficialista Eduardo Frei, "tuvo una actitud de absoluta indiferencia con el mundo de los derechos humanos" durante su mandato como presidente (1994-2000), en el que hubo "un periodo de estancamiento absoluto del tema", afirmó la dirigente.

Fue bajo la presidencia de Frei cuando se produjo el arresto en Londres del dictador Augusto Pinochet a raíz de una orden de detención emitida por la Justicia española, y su posterior regreso a Chile, en 2000, que el Gobierno de entonces siempre defendió.

Frei tampoco ha firmado el compromiso propuesto por la AFDD, al que sí se han adherido los otros dos candidatos, el independiente Marco Enríquez-Ominami, tercero en las encuestas, y el candidato de la izquierda extraparlamentaria, Jorge Arrate.

"Enríquez-Ominami, por su condición de hijo de víctima, tiene un compromiso bastante claro con el tema de los DD.HH.", dice García de este diputado ex socialista, huérfano de un líder guerrillero de izquierda fallecido en combate durante la dictadura.

De Jorge Arrate, la representante de las víctimas resalta su "posición ética de principios con el tema de los derechos humanos", aunque admite que "no tiene ninguna posibilidad de ser electo", ya que solo cuenta con un 5% de adhesión.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

“Por una Asamblea Constituyente. Nueva Constitución”

Es fácil en Europa, continente adormecido, escuchar comentarios como “Chile está bien”, “A Chile le va bien”. Sin embargo, viviendo en largo y estrecho país del cono sur, se empiezan a descubrir muchas de las incongruencias típicas de otros países latinoamericanos, comenzando por una enorme desigualdad económica, política y social.

http://www.formacionciudadana.cl/modelo/recursos/primero/modulo06/imag/constitucion.jpg

En julio de este año regresé a Santiago. Encontré una habitación en el centro de la ciudad, la estaba dejando un chico estadounidense. Casualmente era de Chicago. Me dijo que vino a Chile para aprender español, y porque entre todas las opciones disponibles en el “mercado latinoamericano”, Chile era el país más estable y que más confianza le daba a un “Business Man” como él.

Entonce empecé a contarle lo que yo había conocido de este país: los “chiquillos” en riesgo social y sus inexistentes familias, los sin techo de la vega central, las victimas de Antuco, los conscriptos que supuestamente se suicidan en los cuarteles militares, los objetores de conciencia, las marchas por la diversidad sexual al lado de los cafés con piernas, los estudiantes secundarios exigiendo educación pública de calidad y el fin del lucro en la educación, las enormes desigualdades y las distintas Santiago que podemos encontrar entre Puente Alto (extremo sur de la capital) y La Dehesa (ahí vivía Pinocho), las tomas de terreno, La Victoria (la toma de terreno más antigua de Latinoamérica), las agrupaciones de derechos humanos, las luchas ambientalistas, las reivindicaciones mapuche, las huelgas de los mineros, de los pescadores y muchos más.

Muchas más luchas, muchos más movimientos que cotidianamente son silenciadas por un sistema de partidos que naturalmente no podría jugar en su contra, y por los grandes medios de comunicaciones que defienden los mismos intereses de siempre. Sin embargo, en los últimos años está cambiando algo. Regresando aquí después de 4 años, noto que se mueven nuevas ideas, nuevas experiencias, nuevos movimientos.

Uno de estos nuevos movimientos, es el Movimiento para la Asamblea Constituyente. Sí, has leído bien, Asamblea Constituyente. No estamos en Venezuela, no estamos en Bolivia, ni en Ecuador. Estamos en Chile, sin embargo aquí también hay quien exige una nueva Constitución. Y nos son pocos. Si lo pensamos bien, ¿Quién más de los chilenos la necesita? Los chilenos que todavía están obligados a vivir debajo de un paraguas legal que decretó la Junta Militar en el lejano, mental y psicológicamente, 1980. Una constitución que, entre otros, no reconoce a los pueblos originarios y vende el país y sus recursos al mejor oferente, casi siempre internacional.

Una Constitución que no importe quien gobierne porque nadie podría hacer algo distinto a lo que haríamos nosotros”, palabras de Jaime Guzmán, ideólogo de esta constitución, retomadas por Roberto Garretón durante la presentación del libro “Asamblea Constituyente. Nueva Constitución” el 14 de noviembre de 2009, en la feria del Libro de Santiago de Chile. Me recuerdan las palabras de Augusto Pinochet: “Yo los estoy viendo desde arriba porque Dios me puso ahí, la providencia, el destino, como quieran llamarlo, me ha puesto ahí”… quizás la Corte Suprema tenía razón. “Demencia Incurable”.

Pero las palabras de Jaime Guzmán tienen algo de muy acertado: esta constitución nadie la podrá cambiar, porque según los esquemas de las democracias liberales y las condiciones impuestas por la junta en el mismo texto constitucional (“las más influyentes son seguramente el sistema binominal y los altísimos quórum para reformar la Constitución”, sigue Garretón) es prácticamente imposible cambiarla. Como es imposible cambiar las Leyes Orgánicas de rango constitucional, siempre que no se llegue a un acuerdo entre las dos coaliciones, que de hecho no cambia nada: como fue el caso del pacto político sobre la Ley General de Educación. La mayor parte de estas leyes orgánicas fueron firmadas en los últimos días de la dictadura: seis, ocho o diez de marzo de 1990. Ese fue el verdadero testamento de Pinochet y de aquellos chilenos que siempre lo apoyaron y siguen apoyándolo ahora. ¿Pueden imaginarse Usted que durante la actual campaña electoral un candidato local reproponga, al lado de su foto, la imagen del dictador? Pues, en Chile, en noviembre de 2009, todavía sucede.

Sin embargo, el Movimiento para la Asamblea Constituyente en Chile tiene las ideas claras: si no se lucha para eso nunca se logrará, si los ciudadanos no la exigen nunca se convocará, si los ciudadanos no expresan su opinión, una Asamblea nunca llegará. “¿No nos quieren escuchar? Obliguémosles a escuchar!”, exhorta clara y contundentemente Roberto Garretón. La consigna es simple: en tu papeleta, en el espacio blanco, ¡escribe la palabra Asamblea Constituyente! Ese voto es válido porque, como dice la Ley 18.700 (Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios), “Serán nulas y no se escrutarán las cédulas en que aparezca marcada más de una preferencia […] Las cédulas que la Mesa considere marcadas deberán escrutarse, pero se dejará testimonio en el acta de los accidentes estimados como marcas y de las preferencias que contengan” (Art. 71, n. 5).

Resumiendo: en la papeleta electoral se puede escribir Asamblea Constituyente, sin que el voto resulte nulo; además, este tipo de votación se pondrá en el sobre caratulado “votos escrutados objetados”, quedando constancia de que tal persona ha votado de esta forma en el registro electoral. Al final se sabrá cuantas personas han escrito Asamblea Constituyente en sus papeletas. Estos números serán fundamentales para presionar poco a poco a “la clase política chilena, unas doscientos personas que no nos escuchan. Estamos ninguneados”. Garretón explica una cosa muy interesante: antes del golpe, casi nadie hablaba de “clase política”, todo el mundo era llamado a participar de alguna manera de lo público y de la vida política. La dictadura impuso esta nueva visión, que arrincona a los ciudadanos que no hacen parte de la casta. Ay, cuanto me recuerda Italia…

Naturalmente, en el momento del escrutinio, tiene que haber algún ciudadano presente en la sala de la mesa electoral para velar que estos tipos de votos no se consideren como nulos. Pero ésta es otra de las tareas, concretas y a corto plazo, que el Movimiento tendrá que llevar a cabo: talleres, presentaciones, asambleas y debates son otras. “Los jóvenes ya se han sumado”… y entonces, ¿por qué no? Esta lucha va a ir más allá de estas elecciones, y además no necesita “otra urna”, con todo lo que esto supone.

lunes, 9 de noviembre de 2009

La Concertación en las puertas del desalojo

Si nos atenemos al diseño que ha venido desarrollando el pinochetismo a través de los sondeos y encuestas de entidades compuestas en lo esencial por determinados grupos empresariales, medios de prensa golpistas y de “estudios” de raigambre conservadora y de extrema derecha que favorecen siempre en sus sondeos al “empresario” y especulador financiero, Sebastián Piñera, llegaremos a la conclusión que el desalojo de los gobiernos de la Concertación del aparato del Estado, estaría a la vuelta de la esquina.

http://www.cambio21.cl/admin/uploads/imagen_4891c9edcf64c.jpg

Dicha situación se produciría no por los méritos propios de la Alianza por Chile, que representa el legado político y económico de la dictadura de Pinochet, si no que más bien por las grandes frustraciones y decepciones que ha generado la Concertación y su cogobierno con el pinochetismo durante ya casi 20 años.

Producto del desencanto existente con esta coalición socialdemócrata neoliberal, que prometió mucho en su programa original, pero que luego se fue desdibujando para darle continuidad a toda la obra de la dictadura en el plano político y económico, para favorecer al 15% mas rico del país vale decir a los grandes empresarios, las trasnacionales y la oligarquía económica y financiera local es lo que ha alejado a la gente de la Concertación.

Los chilenos en términos generales lo único que han percibido durante estos 20 años de Concertación, son las políticas de los paliativos, la entrega de mendrugos y no las soluciones reales y de fondo que esperaba la gran mayoría de los chilenos. En este sentido la Concertación no ha tocado “ni un pelo”, los intereses de la clase económicamente dominante del país.

Pero no solo eso, la ciudadanía, la Iglesia Católica y otros sectores sociales y políticos, lo único que han visto crecer son las escandalosas deudas crediticias de más de un 60% de los chilenos, las grandes desigualdades y injusticias sociales que han generado los neoliberales enquistados en los gobiernos concertacionistas y su cogobierno con la Alianza por Chile, abriendo así una gran brecha entre unos pocos ricos y la gran mayoría que vive su pobreza de diversas formas.

La clase trabajadora chilena, los sectores populares y las capas medias empobrecida, aun no perciben el mentado crecimiento económicos y sus beneficios reales para el mejoramiento de las condiciones de vida de los estratos sociales con menor poder adquisitivo del país.

Los chilenos y los electores perciben con asombro la aparición de una casta política parlamentaria y de gobierno que aparece más preocupada de legislar en función de sus propios negocios y los de sus amigos que del bien común de todos los chilenos y del desarrollo real del país.

Por ejemplo en conversaciones sostenidas con jóvenes que nacieron durante la segunda mitad de la dictadura militar y los que han nacido bajo la democracia del régimen militar, suelen decir que ellos solo han conocido una “caricatura democrática” y que esto no es lo que ellos esperaban o esperan del país. Estos mismos jóvenes, suelen decir que la democracia de Pinochet y el cogobierno entre Concertación y Alianza por Chile, se encuentran profundamente desprestigiado.

Ahora en el caso de la casta política que cogobierna el país, los jóvenes al igual como lo señalan diversos sondeos y encuestas, manifiestan que ésta se encuentra en una creciente espiral de corrupción, que hace uso y abuso del tráfico de influencias para beneficiar a su entorno más cercano, ya sean familiares o amigos, o para pagar favores políticos o electorales.

De allí que el desalojo de la Concertación de un presunto nuevo y quinto gobierno, estará más determinado por las falencias de sus propias políticas con respecto a lo que esperaba el pueblo chileno de ellos, que por la capacidad del pinochetismo para derrotarla en el plano electoral. En este sentido es la propia Concertación la que le esta pavimentando el camino al pinochetismo, encabezado por Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente (Alianza por Chile).

Como suelen decir muchos en Chile, la Concertación es un conglomerado político que se encuentra desgastado, erosionado, en permanente confrontación interna, en donde primas las ambiciones personales o grupales, sin un proyecto estratégico de sociedad. La Concertación como coalición política parece encaminarse a su fragmentación definitiva que los pone en peligro de su propia extinción.

El Partido Socialista que ya nada tiene de socialista y la Democracia Cristiana que tampoco tiene nada de cristiana, pueden correr la misma suerte de sus pares europeos que se encuentran sumidos en un cierto caos político y la perdida gradual del apoyo electoral.

La inexistente voluntad política para terminar con la Constitución de la dictadura y su sistema electoral antidemocrático, la exclusión del alrededor del 15% del electorado de sus derecho a tener representantes en el parlamento, son otros de los elementos que terminarán por pasarle factura a la coalición socialdemócrata neoliberal.

La Concertación no solo tiene una deuda histórica que saldar con los profesores del país, también los tiene con la clase trabajadora y sus organizaciones sindicales, los tiene con su ambigua política de defensa de los derechos humanos y la búsqueda permanente de la impunidad, para beneficio de los responsables de las violaciones sistemáticas a los DD.HH. cometidas bajo el régimen militar. La Concertación tiene una deuda con los pueblos originarios del país y el respeto a sus demandas ancestrales, en especial con el pueblo mapuche.

Por ello no es raro, que el candidato presidencial de la Concertación, el ex presidente, senador y empresario encubierto Eduardo Frei (DC) tenga que enfrentar un diagnostico duro de lo que ha sido hasta ahora su campaña presidencial. Lo cierto es que el candidato de la Concertación, se derrumba y registra una tendencia al retroceso en la intención de voto y no logra encantar ni prender ante el electorado, lo único que se observan es un deterioro generalizado de la campaña presidencial del candidato concertacionista.

Las políticas de la Concertación y el gobierno de Bachelet, solo le quitan votos al candidato oficialista, por ejemplo el conflicto suscitado con los profesores y su deuda histórica le resta un apoyo subjetivo de presuntos 80 mil votos, que sumado junto a sus familias alcanzan alrededor de 320 mil sufragios menos para el candidato oficialista y sus candidatos a parlamentarios.

De allí que el presunto desalojo del gobierno de la Concertación, será el resultado de las propias falencias políticas del conglomerado. Que en lo económico hayan optado por la enajenación de las empresas y servicios públicos, por la aplicación del ultra neoliberalismo, para favorecer a la oligarquía nacional y las multinacionales, es algo que tiene su costo. Mientras que la gran mayoría de los chilenos, luego de tanto “éxito y crecimiento económico”, aún no logran obtener ingresos éticos o dignos para el mejoramiento de sus condiciones de vida.

El descontento y la decepción de la ciudadanía y los electores con la Concertación, esta concitando una fuga de apoyo y votos hacia el candidato de la izquierda Jorge Arrate del Juntos Podemos Más-Frente Amplio y el candidato independiente que se autodenomina “progresista liberal?”, Marco Enríquez-Ominami.

Ni la popularidad de la presidenta Bachelet, ni la incorporación de su madre, Ángela Jeria, al comando de la campaña presidencial de Frei, salvaran a la Concertación del descalabro en que se encuentra sumida, pues Frei es un candidato que genera anticuerpos ante el electorado, más que un apoyo concreto y efectivo. De acuerdo a lo que indican los diversos sondeos y encuestas, tampoco a estas alturas esta claro si Frei pasara a segunda vuelta, pues el descontento con la Concertación y en especial con sus parlamentarios y líderes políticos es muy grande, de allí que el desalojo puede ser algo más que efectivo.

Se insinúa que Frei es el heredero político de Bachelet, sin embargo la gente percibe que el ex presidente, cuando tuvo la oportunidad de haber dirigido los destinos del país, ejerció una pésima gestión, algo gris, al margen de los problemas reales de los chilenos, que nadie recuerda como beneficiosa, de allí que se encuentra muy mal evaluado por el electorado y las intenciones de votos.

La presunta derrota de Frei en las urnas y la entrega del gobierno “en bandeja” al pinochetismo significara la autodestrucción de la Concertación, pues el mea culpa y la confrontación interna será cada vez mayor, dando paso así a la aparición de nuevos actores y alianzas políticas que marcaran un nuevo rumbo de la política nacional.

Lo expuesto indica finalmente de que en Chile se esta conformando un nuevo cuadro político y electoral, de imprevisibles consecuencias para el país. Pues al margen de la manipulación y distorsión que se hacen de los sondeos y encuestas a favor del pinochetismo, representado por Sebastián Piñera y su estridente demagogia y ofertones, éste aún no las tiene todas consigo, y no logra sobrepasar más del 40% de la intención de voto en las encuestas fabricadas en su propio beneficio.

Solo una caída gradual y mayor en las intenciones de voto, del candidato presidencial de la Concertación podrían hacer una realidad el desalojo.

Fuente: Barómetro Internacional

jueves, 5 de noviembre de 2009

JORGE ARRATE ES LA VERDADERA IZQUERDA

Democratizar el poder

http://elnervio.files.wordpress.com/2009/06/jorge-arrate.jpg

La transición hacia la democracia no ha modificado el régimen político excluyente, el modelo económico favorable a los grandes empresarios y el sistema social promotor de las desigualdades.

La institucionalidad política, económica y social fue establecida por la derecha, con las armas de Pinochet, y está consagrada en la Constitución del 80, pero la Concertación no ha tenido voluntad real de modificarla.

Nuestro proyecto se propone transformar la institucionalidad existente para derribar así las barreras económicas, sociales y políticas que dividen a los chilenos y frenan el desarrollo.

Queremos construir una democracia plena, que permita el acceso a espacios de representación de todos los partidos políticos, organizaciones sociales y sindicales y que favorezca la incorporación de nuevas fuerzas a una vida ciudadana activa, muy especialmente a los jóvenes.

Impulsaremos una estrategia de desarrollo en que el crecimiento económico vaya de la mano con los equilibrios sociales, la desconcentración productiva, la descentralización territorial, la protección de los recursos naturales y la defensa del medio ambiente.

Trabajaremos a favor de la reducción de las desigualdades sociales y regionales, para que los frutos del crecimiento económico beneficien a todos los chilenos.

Impulsaremos un nuevo tipo de Estado, con un sector público eficiente, capaz de regular el mercado adecuadamente, intervenir los monopolios y crear actividades empresariales.

Derribaremos la muralla que divide a los chilenos en la educación, salud y la previsión para construir un sistema social de la misma calidad para todos los niños, jóvenes, enfermos y adultos mayores.

Terminaremos con las discriminaciones políticas, económicas, sociales y culturales que sufren los pueblos indígenas.

Queremos una sociedad plural, donde se expresen las diversas formas de pensamiento, para que nuestros compatriotas puedan decidir libremente y sin imposiciones hegemónicas el país que desean construir.

No descansaremos hasta que la autonomía reproductiva de las mujeres se haga efectiva y se termine con la discriminación a las opciones sexuales de las personas.

Enfrentaremos decididamente toda forma de corrupción, convirtiendo el sector público en ejemplo de honestidad y terminaremos con esos peligrosos vasos comunicantes entre la política y los negocios.

Terminar con la discriminación

Para transformar el país y terminar con la división entre los chilenos es hora de hacer un giro, reponer los objetivos políticos, económicos y sociales propuestos a inicios de la transición y, por cierto, agregar los nuevos desafíos surgidos en los últimos diecinueve años.

El desafío exige una potente fuerza política de izquierda en el país, porque los partidos históricos de ese signo, miembros de la coalición de gobierno, renunciaron a la tarea transformadora que les dio origen.

En segundo lugar, porque las demandas crecientes de una ciudadanía desencantada podrán encontrar allí su referente político. Y, en tercer lugar, porque la democracia se verá fortalecida con una participación y representación ciudadana que abra sus fronteras más allá de los estrechos límites actuales.

Existen otras dos razones poderosas para la reconstrucción de la izquierda en el país y además para convertir las elecciones de diciembre en una gran jornada a favor de la transformación de Chile.

La crisis económica en curso provocará un desempleo que superará en el 2009 el sufrido a fines de los años noventa, con movilizaciones generalizadas de trabajadores, reanudación de las reivindicaciones estudiantiles y acentuadas protestas de los pequeños empresarios frente a una banca insensible. Ello pondrá en dificultades al gobierno, radicalizando al mismo tiempo el cuestionamiento a la propia institucionalidad que inventó la derecha.

Por otra parte, los vientos de cambio que recorren todos los países vecinos, en desafío al neoliberalismo y a la corrupción política, soplarán con mayor fuerza en nuestro país y marcarán la campaña electoral. Chile no es una isla y la demanda por un nuevo pensamiento y liderazgos alternativos estarán a la orden del día.

Un bloque político y social por los cambios, con un nuevo pensamiento que se haga carne en el pueblo de Chile, es tarea prioritaria para una izquierda moderna que pretenda enfrentar una transición inconclusa y transformar la institucionalidad que discrimina a la mayoría nacional.
Las próximas elecciones presidenciales son un hito para cumplir con esa tarea mayor.

Un candidato único de la izquierda y una propuesta transformadora le dirán al país que existe una alternativa frente a la derecha, inventora de la institucionalidad actual, y a la Concertación, que no tuvo voluntad para cambiarla.

Nos hemos propuesto reconstruir la nación sobre la base de un nuevo trato para todos los chilenos y chilenas y un horizonte, donde las diferencias de ingreso, étnicas, sexo, edad, barrio o región no sean obstáculos para el progreso personal y familiar.

Más aún, creemos firmemente que los más débiles de nuestra sociedad, como los trabajadores, pequeños empresarios, pueblos originarios, adultos mayores, mujeres, jóvenes y niños merecen un trato preferente de parte del Estado y de toda la sociedad.

Este nuevo trato no sólo es éticamente justo y socialmente indispensable, sino también permitirá que nuestro país aproveche integralmente todas las potencialidades económicas de sus habitantes. Para ello es necesario:

Que todas las personas tengan las mismas oportunidades de participación en la vida política.

Que los niños y jóvenes se eduquen en un mismo espacio de encuentro, independientemente de su origen social, y con la misma calidad de formación.

Que el derecho a una salud digna sea realidad para todos los chilenos.

Que mujeres y hombres tengan derecho al mismo salario por igual trabajo

Que exista efectivo respeto cultural y reconocimiento constitucional a los pueblos originarios.

Que pequeños, medianos y grandes empresarios disfruten de oportunidades similares para el despliegue de sus actividades económicas.

Que los consumidores sean protegidos por el Estado para que no sufran la agresión usurera de la banca, casas comerciales y farmacias.

Que los trabajadores tengan derecho a potenciar sus organizaciones sindicales y a la negociación colectiva.

Que todas las regiones tengan los mismos derechos y oportunidades de desarrollo que Santiago.

Que la protección del medio ambiente y los recursos naturales sean componentes fundamentales del desarrollo de Chile.

7 COMPROMISOS

COMPROMISO 1: Democracia plena, sin exclusión política

Construiremos una democracia que permita el acceso a espacios de representación de todos los partidos políticos, organizaciones sociales y sindicales y que favorezca la
incorporación de nuevas fuerzas a una vida ciudadana activa, muy especialmente a los jóvenes.

COMPROMISO 2: Desarrollo económico para las mayorías

Impulsaremos una estrategia de desarrollo con un crecimiento económico que respete los derechos de los trabajadores, promueva la desconcentración económica y vaya de la mano con la defensa de los recursos naturales y el medioambiente.

COMPROMISO 3: Terminar la discriminación social y el abuso contra los consumidores

Derribaremos la muralla que hoy divide a los chilenos en educación, salud y la previsión mediante un sistema social, garantizado por el Estado, de la misma calidad para todas las personas. Y terminaremos con la usura que afecta a los consumidores.

http://www.culturaenmovimiento.cl/fotos/2008/fotos/allende100/marioamorosweb/DSC06939.JPG


COMPROMISO 4: Ampliar la protección de los derechos humanos

Persistiremos en la defensa de los derechos individuales y los ampliaremos para favorecer los derechos sociales, económicos y culturales de todas las personas, independientemente de su origen económico, social, étnico o de género. Además, consagraremos en la Constitución los derechos de las personas por sobre los derechos de propiedad.


COMPROMISO 5: Promover la diversidad cultural

Promoveremos con firmeza la diversidad cultural y la participación colectiva para desafiar el individualismo dominante y terminar con la hegemonía de un solo pensamiento en el país.

COMPROMISO 6: integración, paz y reducción de armamentos con América Latina

Impulsaremos prioritariamente la integración con los países de la región para potenciar nuestro desarrollo, tener una presencia sólida en la economía y política mundial, favorecer la paz y evitar el armamentismo.

COMPROMISO 7: Enfrentar la crisis priorizando el empleo

Para enfrentar la crisis atacaremos el desempleo, defendiendo a los trabajadores de los despidos arbitrarios, apoyando a las pequeñas empresas y sentando las bases de un nuevo modelo económico-social que termine con el asistencialismo y asegure el equilibrio de poder entre trabajadores y empresarios.

21 Medidas en el 1er. año de Gobierno

1.- Impulsaremos una Asamblea Constituyente que redacte una Nueva Constitución, la que deberá contemplar, entre otros asuntos: terminar con subsidiaridad del Estado, sistema electoral proporcional, representación de los pueblos
indígenas, paridad de género, sufragio de chilenos en el exterior, derecho de dirigentes sindicales a ser candidatos al Parlamento, elección de los intendentes y consejeros regionales.

2.- Defenderemos la probidad pública y privada, con la eliminación del secreto bancario y tributario y el término del lobbismo;

3.- Daremos inicio a un gran movimiento social y político para nacionalizar gran minería del cobre, con el propósito que su riqueza beneficie a todos los chilenos y podamos refinar e industrializar el metal rojo en el país;

4.- Impulsaremos la nacionalización del agua, porque su acceso es un derecho humano fundamental y debe ser tratada como un bien común de uso público;

5.- Impulsaremos la desconcentración económica de Santiago, mediante reducciones impositivas a las empresas que se instalen en regiones, y elevando sustancialmente las asignaciones salariales a los funcionarios públicos que trabajen fuera de la región Metropolitana;

6.- Impulsaremos un programa masivo de inversión en energías renovables no-convencionales, para reducir los costos ambientales que significan las grandes represas hidroeléctricas y otras energías contaminantes;

7.- Reduciremos la tasa de interés y costos del crédito para los pequeños empresarios, convirtiendo el Banco Estado en una entidad financiera dedicada principalmente a las pequeñas empresas;

8.- Impulsaremos una reforma tributaria progresiva que disminuya el IVA y aumente los impuestos directos a las empresas;

9.- Construiremos un sistema previsional público, basado en la contribución solidaria, y eliminaremos el 7% que se descuenta de la pensión a los jubilados para la salud;

10.- Priorizaremos la educación pública y terminaremos con la municipalización en la educación
, traspasando los establecimientos al ministerio de educación, que los administrará a través de Servicios Regionales de Educación;

11.- Aseguraremos el abastecimiento de medicinas genéricas a toda la población, convirtiendo a CENABAST en organismo abastecedor para todos los enfermos;

12.- Terminaremos con la usura de las tarjetas de crédito, reduciendo la tasa máxima convencional de intereses, que actualmente alcanza al 58% anual;

13.- Perseveraremos en instalar en el país el derecho la sindicalización y a negociación colectiva para todos los trabajadores;

14.- Eliminaremos la figura de la subcontratación en el giro principal de las empresas, terminando con las múltiples razones sociales que ocultan el verdadero empleador;

15.- Terminaremos con la militarización de la Araucanía;

16.- Perseveraremos en erradicar la ley de amnistía de 1978, en la prosecución de la verdad y justicia, e impulsaremos una revisión de todas las medidas de reparación a fin de mejorarlas a niveles dignos;

17.- Promoveremos una educación sexual responsable, el acceso universal a métodos anticonceptivos modernos, y garantizaremos el aborto por decisión de las mujeres en el primer trimestre de gestación;

18.- Favoreceremos el pluralismo en la publicidad de los organismos del Estado de manera que ayude al financiamiento de los diversos medios de comunicación de carácter nacional, regional, comunal y digital;

19.- Consolidaremos la presencia de Chile en UNASUR y pondremos en marcha una política coordinada con la región para la reducción de armamentos;

20.- Impulsaremos el financiamiento estatal de las empresas en crisis, sobre la base de estricta vigilancia gubernamental, mediante: participación de funcionarios de CORFO en las decisiones financieras, productivas y laborales de esas empresas; y, regulación de los salarios de los ejecutivos y directores;

21. Impulsaremos un Plan Nacional de capacitación para todo trabajador desempleado, con un subsidio que represente la mitad de su salario en actividad.