El dueño de la constructora UTC Engenharia, Ricardo Pessoa, detenido en Brasilia en el marco de la operación Lava Jato, indicó en una delación premiada a la justicia que negoció la transferencia de dinero para financiar campañas con ministros del Gobierno y destacadas figuras de la oposición brasileña, lo que endureció los ataques al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
Pessoa citó donaciones de UTC al actual ministro jefe de la Casa Civil, Aloizio Mercadante, y al ministro de la Secretaría de Comunicación del Palacio del Planalto, Edinho Silva, quien fue tesorero en la campaña de la mandataria de Brasil por la reelección.
Tanto Mercadante como Silva indicaron que se tratan de contribuciones contabilizadas y declaradas a la justicia electoral, lo que consta en las prestaciones aprobadas por el Tribunal encargado de fiscalizar los comicios.
Pero la declaración de Pessoa que agita a Brasil cita figuras prominentes de prácticamente todos los partidos, incluyendo figuras de la oposición como el senador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aloysio Nunes, compañero de fórmula del senador Aécio Neves en las elecciones presidenciales del año pasado.
También se encuentra el diputado Julio Delgado, del Partido Socialista Brasileño (PSB), quien fue miembro informante del proceso de anulación del mandato de diputado a José Dirceu, ex ministro y ex presidente del Partido de los Trabajadores (PT).
Pessoa dijo que pagó 7,5 millones de reales a la campaña de la presidenta Dilma Rousseff en el 2014, además de pagos de un millón de reales al ex ministro Edison Lobao, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de 200.000 reales a Nunes, de 150.000 reales a Delgado y de 20 millones al ex presidente y senador Fernando Collor.
La lista de donaciones incluye al alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, entre otros.
Pese a que la delación de Pessoa levantó gritos de condena de opositores e incluso reavivó pedidos de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, analistas y columnistas de la prensa brasileña evalúan que la lista deja también malparados a opositores.
"La oposición no tendrá posibilidad de partir a un ataque del gobierno con gusto a sangre en la boca porque dos de sus miembros más ilustres fueron citados", escribió el columnista Ricardo Noblat.
La delación alcanzó también al abogado Tiago Cedraz, hijo del juez Aroldo Cedraz, quien es presidente del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).
Cedraz recibía 50.000 reales por mes para entregar a Pessoa informaciones del organismo de control que fueran de interés de la constructora, una denuncia que podría afectar la credibilidad del TCU, que ha contribuido ha impulsar a los defensores de un juicio político a la presidenta brasileña al rechazar su prestación de cuentas públicas relativas al 2014.
El senador Aécio Neves y presidente del PSDB dijo en una nota que en relación a las donaciones a Nunes "ocurrieron dentro de la legalidad y fueron declaradas a la justicia electoral en el 2006". Pero las que recibieron las campañas del PT no tuvieron la misma consideración.
"Todo lleva a creer que Brasil, además de la crisis económica que vive, enfrentará también una agudización en la grave crisis política y moral que ya enfrenta", dijo Aécio.
El jefe del bloque de senadores del derechista partido Democrátas, Ronaldo Caiado, dijo que la delación del empresario Ricardo Pessoa prueba que las campañas de Dilma "fueron irrigadas con dinero robado de Petrobras".
"Eso es motivo más que suficiente para que Dilma pierda el mandato y convocar a nuevas elecciones. Que la Cámara (de Diputados) abra el proceso de impeachment", dijo Caiado por Twitter.
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