Los emergentes declaran su independencia en la cumbre de Brasil

Las cinco mayores potencias emergentes comienzan su sexta cumbre anual en Brasil bajo el signo de la independencia frente a la hegemonía occidental.

Este martes en Fortaleza y el miércoles en Brasilia, los BRICS es decir, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica sellarán las bases para el establecimiento de un sistema financiero alternativo al decidido en Bretton Woods en 1944.

Consideran que no cuentan con el poder que merecen en las dos instituciones nacidas entonces, el Banco Mundial y el FMI, que, a su parecer, tampoco responden a sus necesidades.

Los BRICS crearán su propio banco de desarrollo con un capital inicial de 50 mil millones de dólares, con el que financiarán las grandes obras de infraestructura que tienen por delante. Todos los miembros aportarán la misma cantidad.
También contemplan el cambio de divisa directa sin pasar por el dólar, lo que abarataría sus transacciones.

Y para hacer frente a eventuales crisis monetarias, contarán con su propio fondo de reserva. Serán cien mil millones de dólares. De los que China pondrá 41.000, Rusia, India y Brasil, 18.000 y Sudáfrica, 5000.

Una gran oportunidad para demostrar de lo que son capaces. 

Entre sus desafíos, reducir tensiones a la hora de fijar una sede. Sudáfrica insiste en Johanesburgo, Rusia apuesta por Shangai, a pesar del temor de la India a que China maneje el banco en su propio beneficio.

Porque el poderío del gigante asiático sigue en aumento,mientras las economías de Brasil y Rusia apenas prevén un crecimiento del uno por ciento este año.

Eso sí, los BRICS representan a más del cuarenta por ciento de la población mundial y cerca de una quinta parte de la riqueza del planeta.

“Como los mercados emergentes más grandes”, dice esta analista, “serán muy importantes. En los últimos años, los BRICS han aportado casi la mitad del crecimiento global. Por lo que son países muy importantes”.

El aislamiento internacional de Vladimir Putin les ha pillado a contrapié.

Esta cumbre supondrá la reaparición en la escena internacional del presidente ruso, expulsado del G8 como represalia por la anexión de Crimea y su papel en la crisis ucraniana.

Los BRICS, por tanto, ponen en práctica la diplomacia multipolar que preconizan.