Presidente Sebastián Piñera
|
El anuncio es duro golpe para Piñera, de tendencia
conservadora, que hasta el momento había contado con el apoyo de la jerarquía
eclesiástica chilena. La retirada de ese apoyo llega en un momento delicado para
el chileno, que recientemente ha sufrido la renuncia de una ministra por
sospechas de corrupción y cuya popularidad ha caído por el enorme rechazo que
genera Hidroaysén entre los ciudadanos.
Los obispos señalan que buscan
"un diálogo serio, abierto e informado, evitando posturas confrontacionales,
procurando un sano discernimiento para la acción y el compromiso ciudadano en un
ámbito que nos interpela a todos" y que "el dilema que presenta un proyecto
energético es cómo compatibilizar el respeto por el medio ambiente -como un
hogar humanamente habitable para todos- con la creciente demanda por la
energía".
La especial sensibilidad de los chilenos hacia la Patagonia
explica la férrea oposición que demuestran a un proyecto cuyo impacto sobre los
ecosistemas de Aysén no parece del todo claro. En ese sentido, Matías Asún,
director de Greenpeace Chile, en declaraciones a AmericaEconomica.com, señala
que “el Estado no ha valorado lo suficiente el impacto en fauna y flora que
tendrá en la Patagonia”, una de las reivindicaciones clave en las protestas que
se han desatado en varias ciudades chilenas.
Asún es tajante: “Hay un
completo consenso entre los ecologistas; desde el impacto ambiental no se ha
valorado correctamente”. El ecologista señala que “la manera en que se ponen en
marcha los proyectos energéticos en Chile es la propia del mercado, la de la
búsqueda de inversores extranjeros”, lo que termina repercutiendo sobre su
calidad ambiental.
Además, la tramitación del proyecto ha sido
irregular, ya que “en Chile se evalúan las partes de un mismo proyecto por
separado, como si fueran dos proyectos distintos, por lo que las presas, que es
una cosa, y el tendido posterior, que es otra, no han sido estudiados en
conjunto, por lo que el impacto final de Hidroaysén es incierto”.
Lo
cierto es que la ciudadanía chilena se ha movilizado para oponerse al proyecto.
Según un estudio, un 74% de la población se opone a la construcción de las cinco
presas y del tendido eléctrico necesario para trasladar la energía producida en
la región de Aysén hasta Santiago de Chile, ya que consideran que el impacto
ecológico es muy acusado. Las manifestaciones se han sucedido en las últimas
semanas en diversas ciudades chilenas, e incluso el grupo Anonymous ha lanzado
ataques informáticos contra las páginas Web del Ministerio de Energía y la
Comisión Nacional de Energía. |
|
|
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario