miércoles, 6 de julio de 2011

la aprobación de Piñera sigue bajando mientras la economía sigue subiendo

La aprobación del presidente chileno, Sebastián Piñera, pasó del 47 % en diciembre al 35 % el pasado mayo, según una encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC). Entre tanto, la economía chilena creció un 7,3 por ciento interanual en mayo, por encima de lo esperado.

http://hanleytimes.com/wp-content/uploads/2011/05/A-Sebastian-Pinera-1.jpg 
El presidente Piñera, que se ha enfrentado las últimas semanas a masivas protestas estudiantiles, dijo hoy que Chile “sigue en deuda con la educación” y planteó, en ese sentido, un acuerdo nacional, que incluye un fondo de 4.000 millones de dólares, en un intento por acabar con las protestas que exigen mayor aportación del Estado para reducir las deudas de los alumnos.


El Mandatario dio a conocer medidas enfocadas en cuatro puntos principales: crear un fondo para la educación de 4 mil millones de dólares; mejorar el acceso y calidad del financiamiento a los estudiantes; mejorar los sistemas de admisión, acreditación, información y fiscalización del sistema universitario; y definir una nueva institucionalidad para el sistema universitario.

La aprobación a Piñera ha registrado el nivel más bajo alcanzado por un mandatario de ese país desde el retorno a la democracia, en 1990. El sondeo muestra además que su desaprobación ascendió del 41 al 53 % y también supera las registradas por los cuatro expresidentes de la Concertación de centroizquierda (1990-2010).

Un año después de asumir el poder en marzo de 2010, tras ganar las elecciones con un 51,61 % de los votos, solo el 28 % de los ciudadanos dice tener una buena opinión de Piñera y más de la mitad (57 %) dice creerle poco o nada.

Esta encuesta se aproxima al último sondeo de Adimark, que cifró la aprobación en mayo en un 36 % y la desaprobación en un 56 %.

Su baja popularidad contrasta con el buen escenario macroeconómico, con tasas de crecimiento superiores al 6 % y una tasa de desempleo del 7,2 % y, según el CERC, está vinculada con la desigualdad y la frustración de las expectativas puestas en él.

Según los datos del Imacec, la variación positiva del crecimiento estuvo impulsada por el positivo desempeño del sector industrial y del comercio.

En mayo, la producción industrial creció a una sorpresiva tasa interanual del 9,7 por ciento, mientras que las ventas del comercio minorista avanzaron un 8,5 por ciento.

Con el dato de mayo, el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) acumuló una expansión del 8,5 por ciento en los primeros cinco meses del 2011.

El Imacec, que representa una medición superior al 90 por ciento del Producto Interno Bruto, registró un alza del 0,4 por ciento en mayo en comparación con abril.

El Banco Central de Chile ha proyectado para todo el 2011 un crecimiento de la economía de entre un 6 y 7 por ciento.



Chile bajo una ola de desconcierto político

 

¿Qué ocurrió en Chile que en menos dos meses un horizonte que se veía diáfano y auspicioso se cargó de oscuros nubarrones de malestar y desencanto?

http://www.radioagricultura.cl/web/wp-content/uploads/2011/03/pi%C3%B1era...jpg

La verdad es que no ocurrió tanto. Hubo una masiva protesta ciudadana en Santiago a raíz de la aprobación en una instancia importante pero no final de un proyecto hidroeléctrico en la Patagonia, duramente resistido por el ambientalismo chileno y mundial. Hubo un conflicto en el sector educación, que movilizó y sigue movilizando a estudiantes de la educación media y universitaria. Hubo un escándalo que estalló a raíz de los abusos cometidos por una multitienda que había sido la estrella bursátil de los últimos años y que reprogramaba unilateralmente a sus clientes morosos con criterios usureros, presentando en sus balances como créditos vigentes préstamos que en realidad era incobrables.

Pero la conjunción de los rechazos en estos tres frentes fue suficiente para modificar el escenario, cambiar el estado anímico de la ciudadanía y sumergir al gobierno en un período de desconcierto del cual le va a costar mucho salir.

Anoche el Presidente trató de recuperar la iniciativa convocando a un gran acuerdo nacional por la educación. Sin embargo, tal como se están viendo las cosas, sacar adelante esta iniciativa va a ser largo, trabajoso y traumático.

La pista no está fácil en Chile para ningún tipo de dirigencia. Los líderes de la Concertación están preocupados por la incapacidad de la coalición de capitalizar el descontento con el gobierno y hasta el PC se ha visto superado en la conducción del movimiento estudiantil.

Para una administración exitista como la encabezada por Sebastián Piñera, que da por hecho que si la economía va bien en realidad todo tiene que ir bien, es difícil explicar el porqué de las protestas y el clima de crispación política que se ha instalado. Los indicadores macroeconómicos dicen que Chile sigue teniendo un muy buen desempeño. Las estimaciones de crecimiento de los cinco primeros meses del 2011 se alzaron a una tasa anualizada superior al 8% y eso es más de lo que esperaba tanto el mercado como las autoridades. El desempleo ha seguido perdiendo terreno y aunque la depreciación del dólar está castigando al sector exportador, en sus retornos finales la actividad exportadora sigue mostrando un fuerte dinamismo.

Pero la gente no está contenta. Es más: por primera vez en mucho tiempo está en entredicho el consenso sobre el cual Chile vivió el proceso de transición política post Pinochet y una exitosa experiencia de estabilidad en las últimas dos décadas. Ese consenso fue forjado en torno a la democracia como sistema político, al mercado como modelo económico y al respeto al Estado de Derecho. Hoy por hoy ninguno de estos pilares ha salido indemne de las protestas. La democracia institucional, porque los manifestantes reivindican la democracia de la calle. El mercado, bueno, porque es cruel, como dijo en su oportunidad el Presidente Aylwin. Y no en último lugar porque hoy hasta el presidente del Senado y los rectores de las universidades estatales salen a marchar y a protestar, revelando niveles de desconfianza en el Estado de Derecho que distan mucho de ser anecdóticos.

Curiosamente, mientras la economía va bien (al menos por ahora, porque si esta intranquilidad continúa también se verá afectada), la política está tensionada. El presidente ha insistido en esta asimetría perversa, pero lo que no ha dicho es que la situación también describe un enorme vacío de liderazgo. El liderazgo se construye no solo a partir de mandatarios y dirigencias políticas que sepan por dónde conducir al país, sino también con figuras políticas capaces de empatizar con la ciudadanía y de generar confianza. En este punto a Piñera le ha ido mal y, con sola excepción del episodio del rescate de los mineros, su gobierno ha venido perdiendo piso en las encuestas y no ha logrado construir puentes sólidos de comunicación con la ciudadanía.

La gran pregunta que plantea el cuadro político chileno actual no es si el gobierno de Piñera logrará normalizar al país, remontar en las encuestas y proyectarse a otro período más para la centroderecha. La verdadera incógnita es saber si Chile podrá o no podrá ser una nación desarrollada antes del término de esta década. El desarrollo, lo que comporta el desarrollo, esto es, la competencia, la austeridad, el trabajo duro y una férrea disciplina fiscal, entre otras variables, son temas que ahora se están cotizando a la baja en la sociedad chilena.

Esta puede ser una advertencia para corregir desequilibrios que son objetivos antes de proseguir la carrera. Pero puede ser también la evidencia de algo bastante más profundo si es que el país ha comenzado ahora a preferir otras coartadas. No sería, por lo demás, la primera vez que un país ya en el tramo final de la ruta al desarrollo prefiere detenerse, condolerse y desertar, atraído por distintos espejismos y escuchando los cantos de sirena que entonan en conjunto el populismo con la indignación de la calle.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario