Medio centenar de colegios electorales están 'tomados' por los estudiantes.
Desalojar por la fuerza o dialogar con los miles de estudiantes que se encuentran parapetados dentro de decenas de universidades y de liceos (institutos) chilenos. Es la pregunta que se hacen los políticos y que deberá estar resuelta antes del viernes, día en el que deben comenzar los preparativos de los colegios electorales para las elecciones primarias del próximo domingo.
Los estudiantes pertenecientes a la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) han informado que hay 24 universidades y 35 liceos 'tomados', exigiendo una transformación profunda en el sistema educativo. El Gobierno dice que hay más de 110 colegios ocupados a lo largo y ancho de Chile, de los cuales 30 son electorales.
Entre otros centros educativos que se encuentran tomados, y por lo tanto con sus clases interrumpidas, están el Internado Nacional Barros Arana (INBA), el Liceo de Aplicación, el Liceo Manuel Barros Borgoño y la Universidad de Chile, cuya casa central está ocupada y 16 de sus facultades se encuentran tomadas.
El presidente de Chile se ha referido a la compleja situación que vive el país ante las elecciones primarias del domingo: "Como es de público conocimiento, tenemos 30 establecimientos educacionales que han sido designados como locales de votación para las Elecciones Primarias del próximo domingo y que en la actualidad se encuentran tomados por pequeños grupos de sus alumnos".
Sebastián Piñera ha reconocido que se está tratando de solucionar el problema pacíficamente, pero "si estos caminos de diálogo y acuerdos se agotan y no logran resultados, por la intransigencia de una pequeña minoría de alumnos, el Gobierno va a cumplir con su deber, va a cumplir y hacer cumplir la ley, va a resguardar el Estado de derecho y va a proteger y asegurar que los 13 millones de ciudadanos chilenos puedan ejercer su derecho, si así lo desean, de poder votar en las Elecciones Primarias del próximo domingo, con tranquilidad y paz".
El Jefe de Estado ha añadido que "no vamos a permitir que una pequeña minoría, saltándose la ley, pretenda usurparles a los 13 millones de ciudadanos chilenos su derecho democrático de poder participar en las Elecciones Primarias del próximo domingo. En consecuencia, una vez más le pedimos a los alumnos que depongan su actitud, que respeten la democracia y que respeten el derecho de los ciudadanos de poder participar en las Elecciones Primarias del próximo domingo".
Un 'plan B'
La Cones (Coordiandora Nacional de Estudiantes Secundarios) y la Confech (Confederación de Estudiantes de Chile), han presentado una carta al Ministerio de Educación solicitando a las autoridades aplicar el llamado Plan B para las elecciones, que consiste en usar escuelas básicas y colegios no tomados como recintos de votación.
Sin embargo, la ministra Secretaria General de Gobierno, Cecilia Pérez, ha advertido este martes que si los liceos que deben ser locales de votación para las primarias presidenciales siguen tomados por los estudiantes hasta las 00:00 horas del viernes, tendrán que ser desalojados, ya sea por Carabineros o por el Ejército, según decida el jefe de plaza correspondiente.
"Nosotros como Gobierno vamos a insistir en el diálogo, pero acá hay una ley y la ley nosotros también la vamos a cumplir. La ley señala que hasta el jueves los alcaldes y sostenedores son quienes deben autorizar el desalojo a través de Carabineros y si eso no sucede a partir del viernes a las 00:00 horas se hacen cargo de los locales de votación los jefes de plaza", ha dicho la ministra.
'Evitar un baño de sangre'
La candidata PS-PPD-PC-MAS, y ex presidenta de Chile, Michelle Bahelet ha sido duramente criticada por los políticos de La Alianza después de referirse en un debate televisivo al supuesto desalojo que podrían protagonizar las fuerzas del orden: "A mí tampoco me gustan las tomas, pero yo no quisiera ver un baño de sangre y caer en enfrentamientos".
"Qué frase más desafortunada, qué frase más irresponsable, y qué frase más inoportuna para lo que en definitiva significa un proceso eleccionario y significa poder llamar a la responsabilidad de los jóvenes. Sin duda las palabras de la candidata son absolutamente innecesarias e irresponsables y no atingentes a lo que estamos viviendo", respondió la secretaria general de Gobierno, Cecilia Pérez, a las palabras de la, según todas las encuestas, futura presidenta de Chile.
Por su parte, los estudiantes dicen no encontrarse representados por ninguna de las coaliciones políticas chilenas. Durante la mañana del martes, unas 50 personas 'tomaron' el vestíbulo del Ministerio del Educación para entregar un comunicado a la, desde finales de abril, nueva ministra de la cartera, Carolina Schmidt
"Los dos bloques que estarán disputándose el poder nunca podrán resolver las demandas del movimiento social ni estudiantil, ya que defienden y están del lado de los grandes bloques económicos del país. Es por esto que dejamos claro que el movimiento social y estudiantil no tiene candidato", se puede leer en el comunicado.
"Sólo la organización y la lucha de la sociedad en su conjunto podrá crear un Chile más justo. Solo con las movilizaciones lograremos mantener en alto nuestras demandas...", añade el escrito.
Poca confianza en las autoridades
Algunos estudiantes, como los del Liceo Lastarria, han decidido bajar temporalmente la toma, para que las elecciones primarias de este domingo 30 de junio se desarrollen con 'normalidad'. "No queremos darle en el gusto a los militares golpeando a estudiantes en un posible desalojo", aseguró el vicepresidente del Centro de Alumnos, Diego Alarcón, que añadió: "Queremos dar una solución pacífica y que se desarrollen las primarias en normalidad".
Según un estudio efectuado por la consultora ASIA Marketing, tan sólo un 20% de la ciudadanía chilena confía en el Ministerio de Educación. Sin embargo, un 68% cree en el movimiento estudiantil que, después de más de dos años, sigue luchando por una educación gratuita y de calidad.
Políticos y estudiantes analizan durante esta semana cómo conjugar el derecho democrático a expresarse libremente y a manifestarse con el de asistir a las urnas. Una carrera contra el tiempo que podría terminar con las fuerzas armadas sacando a los alumnos de los recintos educativos mediante palos y gases lacrimógenos.