sábado, 27 de marzo de 2010

Estado del arte en Chile

1. Desde el terremoto-maremoto, al menos la población de la zona centro sur del país está gobernada por el trastorno de estrés postraumático por razones obvias. De pocas cosas distintas se habla en la calle, el trabajo, la familia, los colegios, las universidades, los barrios y el transporte público. Abundan las conjeturas, los adivinos inescrupulosos, los discursos con retaguardia más o menos científica, cierta retórica callejera aparentemente religiosa y osadamente apocalíptica. Como los adultos tienen miedo, los niños están angustiados. Y como empezaron las clases escolares, los profesores se han convertido en contención psico-social frente al pavor de los niños y jóvenes, en medio de repetidas simulaciones de emergencia para preparar a los estudiantes ante cualquier eventualidad. Hay niños, de hecho, que prefieren estar en el colegio que en su casa. Naturalmente este servicio de humanidad profesoral no está considerado en la evaluación docente.



2. El terremoto-maremoto es, obviamente, una variable exógena al orden capitalista en Chile. De hecho, los militares y las instituciones asociadas a la catástrofe de este tipo tuvieron una reacción tardía y su eficacia ha sido cuestionada transversalmente por la ciudadanía. Fueron asaltados por sorpresa. En concreto, los primeros días después del mega sismo, reinó el terror, la paranoia amplificada, la falta de ayuda, el desorden institucional por arriba y la incertidumbre y el miedo, por abajo. Paulatinamente la ayuda estatal comenzó a distribuirse en zonas específicas dañadas por la tragedia. Sin embargo, entre la región del Maule y la del Bío-Bío (epicentros del sismo) existen alrededor de 1.800 localidades, caseríos, poblados, comunidades. La mayoría de ellas ha debido auto asistirse a través de la solidaridad ancestral y la genética cooperativa de los pueblos. Otro conjunto de territorios han sido sujetos de ayuda de organizaciones sociales, políticas, jóvenes, voluntariado con sensibilidad, sindicatos, bajo la consigna “Sólo el pueblo ayuda al pueblo”. Pero simplemente, en general, por arriba y por abajo, la ayuda resulta insuficiente. Es obvio que la calidad y sentido de la cooperación es totalmente inversa desde el Estado corporativo y subsidiario que desde la base social de inspiración emancipadora. Los de arriba requieren de la “normalidad” o bien utilizarán los efectos sísmicos para volver a la paz social y gobernabilidad incuestionable que demandan sus utilidades y emplearán la “reconstrucción nacional” para beneficio de las inversiones resumidas en la apropiación privada del trabajo colectivo; mientras, por abajo, los objetivos se asocian a una ética y política ligada al rearme del poder del pueblo.


En Chile, debido a las enormes desigualdades existentes, cuando llueve no todos se mojan. El 20 % más acaudalado de la población ha resistido sustantivamente mejor los efectos devastadores del sismo, mientras el 80 % restante –incluido los sectores medios que subjetivamente no se siente “pueblo”- han sufrido con ferocidad la embestida telúrica. Por arriba, las recriminaciones están a la orden del día; y por abajo, las fuerzas sociales organizadas de los trabajadores y el pueblo hacen esfuerzos enormes, en un conjunto integral que refleja al desnudo las descompensaciones todavía estructurales entre la mayoría que padece el capitalismo y los capitalistas.


3. De acuerdo a informaciones del gobierno de Piñera, las pequeñas y medianas empresas son las que más han utilizado las facultades legales para despedir trabajadores sin indemnización alguna. Aquí se habla de trabajadores con contrato al día, lo cual corresponde sólo a una fracción del empleo asalariado en Chile. Así, la fábrica textil Bío Bío ha despedido a 160 trabajadores; en Rancagua, 300 personas de Casino Monticelli; 160 de la cadena de alimentos Versluys de la Octava Región; en Asmar ya suman más de mil, los que pueden llegar fácilmente a 3.200 a fines de marzo; y 160 estibadores del Puerto de Talcahuano. 3 mil trabajadores de la termoeléctrica Bocamina II de Coronel quedaron en la calle. En general, según cifras oficiales, 27 mil pescadores entre las regiones de Valparaíso y la Araucanía no realizan sus faenas habituales. Sólo en la región del Bío Bío, los perjudicados directamente son 17 mil pescadores.


Todavía es muy temprano para cuantificar la destrucción de empleo devenido del terremoto, o aprovechado como argumento del capital para despedir gente. Lo único claro es que los números aumentan en tanto pasan los días.


4. Hace algunos días, Sebastián Piñera se refirió a algunas medidas contempladas en su plan de emergencia. En concreto dijo que se “favorecerá la autoconstrucción y fomentaremos la industria chilena de la construcción tanto de las viviendas tradicionales como prefabricadas, para lo cual ya estamos con muchas organizaciones para importar viviendas prefabricas”. Las medidas anunciadas son baratas, precarias, extraordinariamente transitorias, y van de la mano con eventuales endeudamientos (y las condiciones de la deuda) con el BID y otras instituciones rectoras del capital imperialista. Las viviendas prefabricadas de las que habla Piñera cuestan alrededor de 930 dólares cada una y, sin duda, malamente enfrentarán la crudeza del invierno en las zonas castigadas por el terremoto. Lo demás, corresponde a subsidios a la industria de la construcción y paliativos misérrimos en esta hora dura.


5. De acuerdo a los índices de la economía para la vitrina internacional, que jamás para la social, el PIB registró una caída de 1,5 %, el 2009. El sector pesquero bajó un 12, 2 % respecto de 2008, y la industria se contrajo un 7 %. Santander, Banco de Chile, BCI y Corpbanca (instituciones que hegemonizan el mercado bancario que opera en Chile), vivieron la contracción de créditos debido a los números del desempleo, y a que “la calidad crediticia de los clientes bajó y los bancos fueron más selectivos para entregar dinero.”


Sin embargo, luego del terremoto, las expectativas de crecimiento, según diversos analistas (sistémicos), se redujeron de un 4,5 % a un 3, 5 % para el 2010. La mitad del capital comercial agrupado en la Cámara de Comercio estima que sus ventas se derrumbarán este año. Por otra parte, las coberturas adicionales de los seguros ligadas a terremotos aumentaron entre un 30 % y un 70 %.


6. Sólo el 28 % de la industria cuprífera está en manos del Estado. El 72 % es privada y paga un impuesto específico al Fisco de un simbólico 5 %. Los asesores de Piñera estudian acordar con el cobre privado aumentar el impuesto a un 8 %, con una invariabilidad hasta el 2030. La extensión de la invariabilidad del impuesto se explicaría para asegurar a las mineras privadas que no habría un aumento impositivo antes de esa fecha (20 años “de tranquilidad” desde ahora).


Por su parte, el presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (la patronal SOFOFA), pidió al gobierno que “no se recurra a alzas de impuestos para financiar la reconstrucción”. A lo anterior, se suma, desde el Ministerio del Trabajo, encabezado por Camila Merino, que en algunas empresas “no se justifica” la creación de sindicatos.


7. Desde el mundo de los trabajadores y los pueblos, la unidad política de las organizaciones y sectores anticapitalistas se vuelve un imperativo de estatura histórica. Es imprescindible arruinar demoledoramente la diáspora de empeños fragmentados, que todavía sumados, representan recién el titular hacia la construcción de una alternativa política independiente de la derecha tradicional y la Concertación. Destruir el egoísmo, el sectarismo, el vanguardismo autoproclamado, entre otras patologías políticas, requieren de medicina generosa y claro horizonte estratégico. Ahora mismo, ya se apuran readecuaciones respecto de los diagnósticos e incipientes plataformas de lucha, algunas de carácter programático, para enfrentar el terremoto, a la derecha tradicional y a la Concertación. Aquí está en juego la convicción de mayorías y poder para que en el futuro gobiernen los trabajadores y los pueblos. Las rencillas nimias, al tacho de la basura. La reunión de voluntades, a la orden del día

jueves, 25 de marzo de 2010

Brasil.-- Otra mirada

El periodista Mark Weisbrot es director del «Centro para la Investigación Política y Económica» (www.cepr.net) en Washington. Su artículo en la Folha de Sao Paulo de este domingo 21 constituye una mirada realista, indiferente al apasionado clima preelectoral en Brasil. El tema es la campaña de Estados Unidos para la adopción de sanciones contra Irán, cuyo rechazo por parte del Brasil es el blanco de las críticas infundadas de los opositores al Gobierno. Lula ha afirmado que la estrategia estadounidense de confrontación y amenazas es contraproducente.



Los argumentos en contra de Lula, según el analista, fueron resumidos por el opositor José Serra en el Folha de Sao Paulo del 23 de noviembre de 2009. Serra arremetió contra Lula por haber recibido a Ahmadinejad, cuya elección había sido «notoriamente fraudulenta», por los aspectos represivos del gobierno de Irán y por la negación del Holocausto por parte de Ahmadinejad. Weisbrot afirma que el primer motivo es inaceptable para cualquier persona que haya examinado las pruebas. La victoria de Ahmadinejad por una diferencia de 11 millones de votos fue computada y atestiguada por cientos de miles de personas. Más aún: los resultados correspondían a las encuestas de intención de voto y también a las encuestas a pie de urna.


Por otra parte, el escritor no tiene dudas de que el gobierno de Irán es represivo, pero también lo son algunos de los aliados de EE.UU. en la región (Egipto, Arabia Saudí e Israel). En cuanto a la negación del Holocausto por parte de Ahmadinejad, Weisbrot señala que «Lula la ha condenado enérgicamente». (N. de T.: Según el Gobierno iraní, Ahmadinejad no negó el Holocausto sino que señaló que durante el genocidio nazi no sólo fueron asesinados judíos –de hecho sólo fueron poco más del 30% del total de asesinados– y añadió que eso tampoco le daba a Israel el derecho a masacrar a los palestinos). No obstante se pregunta si Lula también debería rechazar una reunión con Hillary Clinton porque ésta apoyó la invasión y ocupación de Iraq (guerra inútil que ha matado a más de 1 millón de personas). Hillary también apoya los asesinatos de civiles cometidos a diario por las fuerzas de EE.UU. en Afganistán.


Para el analista estadounidense, «Lula se reúne con todas las partes del diferendo, ya que está tratando de desempeñar un papel de mediador para evitar otra guerra innecesaria. Eso es lo que hacen los mediadores. El equipo de Obama, así como el del ex presidente Bush, tiene dificultades para comprender esta idea. Prefieren adoptar un enfoque tipo ‘el Padrino’ en las relaciones internacionales. El enfoque del equipo de Lula, debido a su experiencia sindical, es el opuesto. Buscan el diálogo, las negociaciones y las concesiones, con el fin de resolver los conflictos»


En la misma línea arrogante de Obama, que no difiere de la de Bush, el ex subsecretario de Estado (1) de Bill Clinton James Rubin publicó en Newsweek este lunes, 22 de marzo, una nota titulada «Presionando a Lula». El subtítulo reza: «Los aliados que se niegan a sancionar a Irán también deben pagar». En el texto se afirma que «La buena voluntad y el respeto no siempre son suficientes. A veces, incluso los países amigables deben darse cuenta de que tendrán que pagar un precio por desafiar a Estados Unidos. Es muy probable que esta táctica funcione. Brasil adecuará su posición. Y el resto el mundo se dará cuenta». En apariencia, Rubin no sabe que Brasil ya no es el patio trasero de EE.UU.


Tampoco parece que lo sepan (o no quieren saberlo) nuestros eternos sufrientes del complejo de inferioridad (2) como el ex Presidente Fernando Henrique Cardoso, que quiere «para Brasil una relación más estrecha con Estados Unidos que deje espacio para que el país se fortalezca más en su área de influencia» (En Folha de Sao Paulo este viernes, 19). Éste es un «quintacolumnista» sin imaginación que copia a otro trepa de los años 60, Juracy Magalhaes, quien decía: «Lo que es bueno para Estados Unidos es bueno para Brasil».


Ajeno a las prioridades de Washington que no se dedican a intereses más trascendentales, Lula, según dijo Mark Weisbrot, «se convirtió en uno de los líderes más respetados del mundo y, por esa razón, tiene el particular potencial de ayudar a resolver algunos de los conflictos políticos más graves del mundo». Demonizado por Washington y por los «perros sumisos» de los medios de comunicación y de la oposición de Brasil, nuestro presidente, dice el analista, «está asumiendo una actitud guiada por principios y que satisface los intereses más legítimos no sólo del Brasil, sino de la humanidad. (...) Realmente el mundo necesita este tipo de liderazgo».


Notas del traductor:


(1) El autor de se refiere a James Rubin como ex Secretario de Estado de Bill Clinton. En realidad James Rubin fue asistente de Warren Christopher, Secretario de Estado del primer gobierno de Bill Clinton, y posteriormente fue portavoz de Madeleine Albright, Secretaria de Estado en el segundo mandato de Bill Clinton.


(2) El autor usa dos localismos brasileños intraducibles: «complexo de vira-lata» y «vira-lata» (vira-lata es, en Brasil, un perro de la calle muy sumiso) para describir el «complejo de inferioridad» de quienes se someten a EE.UU. y para denominar a esos sometidos.
Fuente: http://www.boletimhsliberal.blogspot.com

lunes, 22 de marzo de 2010

Antiguo dilema para la izquierda el caso Brasil

Con ocasión de celebrar el trigésimo aniversario de la creación del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil, el principal periódico independiente de izquierda, Brasil de Fato, publicó entrevistas con cuatro de los principales intelectuales de izquierda. Los cuatro fueron activos alguna vez en el PT, de hecho se cuentan entre sus fundadores. Tres de ellos se retiraron del PT –el historiador Mauro Lasi se unió al Partido Comunista Brasileño, el sociólogo Francisco de Oliveira se unió al Partido Socialismo y Libertad y el historiador Rudá Ricci se hizo izquierdista independiente. El cuarto, el historiador Valter Poner, permanece en el PT y es una de las figuras principales de su facción de izquierda.


Expresaron cuatro análisis, sorprendentemente diferentes, de lo que Ricci llama el antiguo dilema de la izquierda brasileña: como ser popular y de izquierda. Pero por supuesto ése ha sido el dilema de la izquierda en todo el mundo, y sigue siéndolo hasta ahora.


Brasil es un lugar interesante para analizar este dilema y cómo se expresa. Es un país con una larga y activa tradición política, y hoy goza mucho de una situación multipartidista. Es también una nación cuya situación política ha mejorado mucho en años recientes, particularmente en los últimos 10 años. Y Brasil es un país que ha estado afirmando mucho liderazgo político en América Latina. Así que la pregunta se vuelve ¿cómo medimos la popularidad de un partido y cómo evaluamos sus credenciales de izquierda?


El periodista de Brasil de Fato abrió sus entrevistas apuntando que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva es una figura carismática, que es el mandatario más popular desde la "redemocratización" del país y que a lo largo de su historia el PT ha incrementado su apoyo entre los estratos más pobres de la población. Para que el partido se volviera más popular, aseveró, tuvo que hacer concesiones al pragmatismo.


¿Cómo reaccionaron los cuatro intelectuales a esta premisa? Para Ricci, el "lulismo" se ha vuelto más importante que el partido, lo que invierte el concepto original del PT. El PT se americanizó dice él. Hoy es simplemente una maquinaria electoral. La izquierda encuentra difícil ser popular debido a su lastre teórico de origen europeo. La cultura popular, dice, es compleja y conservadora, y Lula dialoga con su cultura popular. El PT es estatista y desarrollista, y como tal conservador y pragmático. Así que el problema es retornar a la idea original de una utopía de izquierda democrática sin tornarse elitista.


Para Lasi, el PT se volvió uno de los dos principales partidos de Brasil, de centroizquierda con un programa pequeñoburgués. El precio que pagó por el tamaño de su respaldo fue el abandono de los principios y las metas políticas que estaban presentes en su origen. El lulismo o el populismo es un modo de hacer que las masas accedan a las políticas que no fueron hechas en su interés.


Para Oliveira, el PT que comenzó con una base de trabajadores, de teología de la liberación y de movimientos de democratización, se ha vuelto simplemente parte de la jalea general del sistema partidista brasileño. Una perspectiva socialista no se basa en los pobres sino en un análisis de clase. Y en cuanto al programa del partido, la estatización, está 100 años atrasado, es parte de la dolencia infantil del estatismo. Es un programa para fortalecer las industrias brasileñas y no tiene nada que ver con la izquierda o el socialismo.


Poner ve la situación muy diferente. Concuerda con que al principio el gobierno de Lula era social-liberal en su orientación. Pero después de 2005, se hizo hacia la izquierda. Sí, dice él, el partido es desarrollista. Pero hay dos variedades de desarrollistas, los conservadores y los demócrata-populares. Con la crisis del capitalismo, el socialismo está de vuelta al debate.


Lo sorprendente acerca de los tres análisis críticos es el miedo al populismo. Lo que sorprende de los análisis es la ausencia de cualquier discusión de geopolítica.


Justo unos días después del artículo de Brasil de Fato, Fidel Castro publicó una de sus Reflexiones periódicas en La Jornada, en la ciudad de México. Lula acababa de estar de visita con Castro. Éste dijo que conocía a Lula hace 30 años, es decir, desde la creación del PT. Dada la historia de Cuba y las dificultades de más de 50 años, Castro dijo que lo que tiene para nosotros una enorme trascendencia era la reciente reunión en Cancún donde se había decidido la creación de una Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe que incluía a Cuba y excluía a Estados Unidos y Canadá. Esta reunión fue en gran medida un logro de Lula.


Castro subrayó entonces la importancia y el simbolismo de esta última visita de Lula antes de que deje de ser presidente de Brasil. Recordó que en la década de 1980 tuvo un emotivo encuentro con él, su esposa y sus hijos en su sencilla morada y alabó de Lula “su placer de luchar… con intachable modestia”. Aquí no hay crítica alguna al lulismo.


Todo lo que los intelectuales brasileños de izquierda critican, Castro lo alaba –el desarrollo tecnológico de Brasil, el crecimiento del PIB, convertirse en una de las 10 principales economías del mundo. Aun en la cuestión de la producción de etanol, a la que Castro dice que se opone, no culpó a Lula. "Comprendo perfectamente que Brasil no tiene otra alternativa, frente a la competencia desleal y los subsidios de Estados Unidos y Europa, que incrementar la producción de etanol".


Castro termina con esta nota: "Una cosa es indiscutible: el obrero metalúrgico se ha convertido actualmente en un estadista destacado y prestigioso cuya voz se escucha con respeto en todas las reuniones internacionales".


¿Cómo pudieron los intelectuales brasileños de izquierda y Castro llegar a retratos tan diferentes de Lula? Está claro que estaban mirando dos cosas por completo diferentes. Los intelectuales brasileños de izquierda miraban primordialmente la vida interna de Brasil y expresaron su pena por el hecho de que Lula fuera, a lo sumo, un pragmático de centroizquierda. Castro miraba principalmente a Brasil en su papel geopolítico, que él ve que socava a su enemigo primordial, el imperialismo de Estados Unidos.


¿Cuál es entonces la prioridad para los intelectuales de izquierda? Ésta no es meramente una cuestión brasileña. Es una cuestión que debe preguntarse casi en todas partes, tomando en cuenta el curso de la historia y el estatus geopolítico del país en cuestión.

sábado, 20 de marzo de 2010

El opositor Serra anuncia su candidatura a la Presidencia para los comicios de octubre

El gobernador de Sao Paulo, José Serra, anunció este viernes en una entrevista que se postulará a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). 
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El gobernador de Sao Paulo, José Serra, anunció este viernes en una entrevista que se postulará a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

Pese a no haber dicho literalmente ser candidato, afirmó que lanzará su candidatura a fines de abril. "Faltan pocos días (...) a comienzos de abril", dijo Serra en una entrevista con el periodista José Luiz Datena, de la cadena Bandeirantes, cuando le preguntó cuándo presentaría su candidatura.

El PSDB esperaba desde hacía meses la confirmación pública del gobernador paulista sobre su candidatura a la presidencia de Brasil.

En las últimas semanas, líderes del partido, como el senador Tasso Jereissati, habían reclamado públicamente que Serra no se había presentado todavía como precandidato presidencial, aún después de que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) proclamara a la jefa de gabinete, Dilma Rousseff, en febrero.








Antes de la emisión de la entrevista, parte de su contenido ya había sido anunciado. Datena inicialmente afirmó que el gobernador había anunciado su postulación, sin embargo, pocos minutos después matizó el anuncio. "El prácticamente confirmó (...) da para entender en la entrevista", dijo.
Datena passa por constrangimento
En declaraciones a la prensa tras un evento público, Serra negó haberse declarado candidato. "Datena es el que dijo eso", aseguró Serra. Según la asesoría de prensa del gobernador, en la entrevista él habría dicho que "disputaremos nuestras biografías", refiriéndose a Rousseff.

viernes, 19 de marzo de 2010

Brasil se coloca entre Israel e Irán

Luiz Inacio Lula da Silva es el primer presidente de Brasil que visita oficialmente Israel. Elogiado por su carisma, ímpetu y formidables capacidades de negociación –el presidente de EE.UU. Barack Obama se refiere a él como “el hombre”– Lula no se imaginó que para atraer a sus anfitriones de esta semana tendría que entrar en competencia con el profeta Abraham, ni más ni menos.
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Lula da Silva estuvo hace unos días en el Medio Oriente donde se reunión con autoridades palestinas 
 
Finalmente se mantuvo firme. No hizo concesiones. Y a diferencia del vicepresidente de EE.UU., Joseph Biden, la semana pasada, incluso se las arregló para no ser hunillado públicamente por sus anfitriones.
Los ambientes difíciles no son nada nuevo para Lula. 

El ex “gorila” de clubes nocturnos convertido en político de la línea dura, Avigdor Lieberman, ministro de Exteriores de Israel, boicoteó el discurso de Lula en la Knéset (parlamento israelí) así como la reunión de Lula con el primer ministro Benjamin Netanyahu. El motivo: Lula no visitó la tumba del fundador del sionismo 

Theodor Herzl. Pero tampoco lo hicieron el presidente de Francia Nicolas Sarkozy o el primer ministro italiano Silvio Berlusconi cuando visitaron Israel. 

Brasilia –igual que París y Roma– sabe perfectamente que no es obligatoria una visita a la tumba en los viajes presidenciales. Sin embargo un coro del Likud y de colonos de la facción sionista dura en Israel se quejó de que este hecho afectaría fatalmente el impulso del gobierno brasileño de llegar a ser un mediador en el conflicto israelí-palestino. 

Después de que lo interrogasen en la Knéset –incluido Netanyahu– por su política de no confrontación y diálogo con Irán, Lula se mantuvo firme. Condenó el Holocausto y el terrorismo; recordó a sus anfitriones la posición de Brasil y de Latinoamérica contra las armas nucleares; subrayó el “diálogo” y la “compasión” para resolver el conflicto de Oriente Próximo; defendió la solución de dos Estados viables para Israel y Palestina; pero tampoco dejó de criticar la creciente colonización de Jerusalén Este. Recibió una ovación de pie y, según algunos miembros del parlamento, “más aplausos que [el ex presidente de EE.UU.] George W Bush.” 

El profeta tropical
 
Ni siquiera con su mejor actitud abrahámica hubiera podido Lula apaciguar a sionistas y partidarios de la línea de todos los tipos. En todo caso, Lula dijo al periódico israelí Ha’aretz lo que todo protagonista serio en Oriente Próximo ya sabe: el “proceso de paz” no va a ninguna parte, y la introducción de nuevos mediadores como Brasil es el único camino. 

Y lo mismo se aplica al expediente iraní: “Los dirigentes [del mundo] con los que hablé creen que debemos actuar rápido, de otra manera Israel atacará a Irán.” Lula está convencido de que más sanciones contra Irán en relación con su programa nuclear son contraproducentes. Y esta cita va a resonar en todo el globo: “No podemos permitir que suceda en Irán lo que sucedió en Iraq. Antes de cualquier sanción, debemos emprender todos los esfuerzos posibles para tratar de construir la paz en Oriente Próximo.” 

La posición oficial del gobierno brasileño –de la que se hace eco gran parte de la comunidad internacional (es decir, no el club exclusivo de Washington y los sospechosos habituales europeos)– es que todo está todavía por negociarse con Irán respecto a su expediente nuclear.

Lula insiste: Irán tiene derecho a desarrollar un programa nuclear pacífico en términos del Tratado de No Proliferación nuclear, del cual es signatario. 

Actualmente Brasil es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Igual que China no apoyará nuevas sanciones impulsadas por EE.UU. contra Irán –no importa que el secretario de Defensa de EE.UU., Robert Gates, invente que EE.UU. tiene suficiente respaldo para introducir un cuarto ciclo más duro de sanciones, para las que Arabia Saudí termine de persuadir a China. China nunca votará contra su propio interés nacional de seguridad– e Irán es un asunto de seguridad nacional para China. Lula estará en Teherán en mayo y se reunirá –de nuevo– con el presidente Mahmud Ahmadineyad. Los sionistas de la línea dura están que echan humo –como era de esperar.
 

Lula sabe perfectamente que las llamadas “sanciones inteligentes” que se aplicarían sobre todo al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán (IRGC) –a cargo de la mayor parte del poder económico y político en Irán– también afectarían a millones de civiles conectados a empresas controladas por IRGC, y por lo tanto a la población en general, que ya está pagando el precio de las actuales sanciones. El IRGC controla por lo menos 60 puertos en el Golfo Pérsico. El intento de impedir que Asia realice negocios con Irán implicaría un bloqueo naval –y eso es una declaración de guerra. 

Cómo no presionar a Irán
 
Lula ha llegado a Oriente Próximo en una coyuntura crucial –precisamente cuando el gobierno de Netanyahu ha decidido construir más asentamientos en Jerusalén Este y Cisjordania, incluso en detrimento del crucial apoyo de EE.UU. en el frente iraní.
Irónicamente Brasil logra seducir al establishment israelí en el frente económico más que en el geopolítico. Israel firmó un acuerdo de libre comercio (ALC) con el Mercosur, el quinto bloque por su tamaño en términos de producto interno bruto en el mundo –para gran disgusto de los palestinos, quienes identifican el ALC como un poderoso impulso para el complejo militar-industrial israelí.


Y esto, cuando es evidente que Brasil está estrictamente a favor de un Estado palestino viable dentro de las fronteras de 1967. Este ALC incluye una provisión estratégica crucial –permite la transferencia de tecnología de armamentos a miembros del Mercosur. Por lo tanto, armas responsables por la represión en Gaza estarán pronto disponibles en Suramérica. 

En un frente paralelo, reforzando el papel de Brasil como mediador, el presidente israelí Shimon Peres sugirió personalmente a Lula que Brasil podría hacer que dos visitas –la del presidente sirio Bashar al-Assad y de Netanyahu– coincidan en suelo brasileño. Assad va a Brasil este año y esta semana Netanyahu también aceptó una invitación. Una cumbre tropical, informal, siria-israelí podría ser ideal para romper el hielo. Lula y Netanyahu han adoptado un sistema bilateral de reuniones entre jefes de Estado y ministros importantes cada dos años. 

¿Y dónde queda EE.UU. en todo esto? Ahora existe un acuerdo estratégico oficial entre EE.UU. y Brasil, que implica dos reuniones al año al nivel de ministros de Exteriores, una en EE.UU., la otra en Brasil. El ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim, tiene una relación muy estrecha con la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton. En su reciente visita a Brasil, Clinton presionó a Lula y Amorim para que apoyen sanciones más duras contra Irán. La negativa fue cortés pero firme.
Clinton sólo pudo quejarse en una conferencia de prensa de que Irán está “utilizando” a Brasil, Turquía y China para evadir sanciones. Por su parte, a Amorim siempre le gusta recordar el desastre iraquí: “Yo era embajador en la ONU durante los momentos críticos de decidir sobre Iraq. Y lo que vimos fue un gran error.” 

Lula no pudo ser más específico: “No es inteligente poner a Irán contra la pared. Quiero para Irán lo que quiero para Brasil: el uso de energía nuclear para fines pacíficos. Si Irán va más allá, entonces no estaremos de acuerdo.” Básicamente, es la misma posición que la de China.
Parecía que Lula y Obama estaban sincronizados respecto a Irán, a partir de su encuentro al margen de una reunión del Grupo de Ocho más cinco en L'Aquila, Italia, hace nueve meses. Entonces Obama animó a realizar el diálogo Brasilia-Teherán, mientras Brasil presionara a Irán para que se comprometa a un programa nuclear estrictamente civil. Es exactamente lo que Lula dijo a Ahmadineyad cuando se reunieron en Brasil. Lo que se ha endurecido sustancialmente es la posición del gobierno de Obama. 

Diplomáticos brasileños insisten en que Ahmadineyad nunca cerró la puerta a negociaciones. En discretas conversaciones diplomáticas bilaterales, funcionarios de EE.UU. incluso admiten ante sus homólogos brasileños que el propio Ahmadineyad no es inflexible, y tampoco el Líder Supremo Ayatolá Ali Jamenei. En un discurso del 19 de febrero al bautizar un destructor iraní, Jamenei volvió a desmentir que Irán quisiera armas nucleares y subrayó que son ilegales según la ley islámica porque matan a grandes cantidades de civiles inocentes. 

El problema ha sido amplificado por muchas exageraciones en los medios estadounidenses y europeos. Calmando las exigencias de sanciones, incluso Clinton en un momento de franqueza durante su viaje suramericano, se vio obligada a admitir que la adopción de sanciones podría tardar “varios meses,” si llega a tener lugar.
Incluso antes de la visita de Clinton, el ministro de exteriores de Irán, Manouchehr Mottaki, ya había admitido oficialmente ante los medios brasileños que Brasil podría ser un “puente” entre Irán y el frente de EE.UU. y la Unión Europea, debido a su posición “realista.” Mottaki no ve a Brasil como “mediador” –sino más bien “actuando para facilitar consultas,” ya que Teherán no cree que otro país deba hablar por sus propios intereses (de Teherán). 

Brasilia tampoco pidió explícitamente el papel de mediador. Mottaki ha revelado que está desarrollando una sustancial “diplomacia telefónica” con Amorim. Teherán ve obviamente los beneficios de establecer un canal de diálogo hacia Occidente industrializado a través de un importante país en desarrollo. 

El BRIC como la nueva superpotencia
 
La estrategia de Lula de tratar de posicionarse como un “puente” sería especialmente bienvenida cuando el expediente iraní llega a una etapa crucial en la que facciones de la línea dura dentro de EE.UU./UE/Israel hacen todo lo posible por descartar toda inteligencia que dude de que Irán esté construyendo una bomba nuclear; ha habido intentos sistemáticos de “amañar” inteligencia para sugerir que lo está haciendo (¿ecos de Iraq?) 

La entrada a la arena de Lula también representa otro ejemplo de la actuación del BRIC (Brasil, Rusia, India, China) como una nueva superpotencia rival de un EE.UU. “de dominación de espectro completo” cada vez más desorientado. Ninguno de los mencionados en el BRIC está a favor de un aislamiento de, para no mencionar un ataque contra, Irán. Así será mientras crean que Irán, según toda la evidencia disponible, no se acerca en nada a un arma nuclear, y un ataque inevitablemente aceleraría la proliferación nuclear en el Golfo Pérsico.


Los estados del BRIC también saben que EE.UU. e Irán pueden colaborar en problemas peliagudos –como respecto a Afganistán.
Eso deja la agenda estratégica del proverbial elefante en la habitación –Israel. De modo que es hora de que los Etados del BRIC pongan en entredicho a Israel.
Si el gobierno Netanyahu en Israel puede humillar a Obama y a Biden respecto a la expansión de los asentamientos en Jerusalén Este y Cisjordania, se puede suponer con razón que podría ignorar los alegatos del jefe del estado mayor conjunto de EE.UU., Mike Mullen, quien ha advertido que un ataque contra Irán sería “un problema grande, grande, grande para todos nosotros.” 

Puede ser que Israel (así como Washington) simplemente quiera un cambio de régimen en Irán por cualquier medio necesario. Israel puede escoger el camino nuclear –usar bombas atómicas tácticas revienta-búnkeres para destruir instalaciones nucleares iraníes. Israel puede estar dispuesto a lanzar una guerra preventiva – un elemento básico de la política israelí plenamente adoptado por el gobierno de George W Bush. E Israel ciertamente cuenta con EE.UU. para el apoyo logístico y político.
Lula no ha ido tan lejos. Pero su posición contiene el embrión de todos esos espinosos problemas con los cuales los estados del BRIC deberían enfrentar a Israel. Entonces todo el mundo sabrá quién es en realidad el que impone su política.

jueves, 18 de marzo de 2010

En sesión especial de la Cámara ministros darán a conocer diagnóstico y planes tras terremoto

La reunión está programada para este martes 23 de marzo a las 16:00 horas. Durante la discusión del Bono Marzo, el ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet confirmó la asistencia de los representantes del Ejecutivo. La Cámara realizará además otras sesiones especiales por este tema.



La sesión especial del martes en la tarde tiene por objeto conocer de parte del Gobierno los antecedentes recogidos respecto de la magnitud de los daños provocados por el terremoto y maremoto del pasado 27 de febrero y, especialmente, los criterios y medidas que podría implicar el plan de reconstrucción de las zonas afectadas.




Especialmente, se analizará el financiamiento; orden y seguridad pública; relaciones internacionales; gobierno interior y energía y servicios básicos; y, particularmente, en los aspectos relativos a vivienda y urbanismo, salud, educación, obras públicas, transportes, defensa nacional, economía y empleo, justicia, bienes nacionales y medio ambiente, y cultura y artes.




La Presidenta de la Cámara, diputada Alejandra Sepúlveda, especificó que los ministros “van a comenzar con una exposición extensa de cada uno de los planteamientos ante la crisis, ante la catástrofe, de parte del Ejecutivo”.




Posteriormente, la discusión de los parlamentarios será de dos horas. La bancada DC tendrá 15 minutos adicionales para introducir el tema.




Planes y Diagnósticos




Según especificó el ministro Larroulet durante la sesión del miércoles en que se aprobó el Bono Marzo, la intervención del Ejecutivo se centrará en “los planes y diagnósticos de todas las actividades que el gobierno está realizando para responder al drama de millones de chilenos que están viviendo en las zonas afectadas”.




“Estamos trabajando intensamente en resolver los problemas de la emergencia y el detalle de cada una de las medidas, para abordar los problemas de la gente que hoy día está sufriendo dramáticamente, ustedes van a tener la oportunidad de conocerlos a partir del próximo martes en la boca del ministro del Interior y de los ministros sectoriales”, aclaró.




Análisis sectorial




La diputada Sepúlveda detalló que el día jueves 25, la sesión se centrará en los temas sectoriales relacionados con la catástrofe. Además, se realizará una tercera sesión, en una fecha por definir, para analizar las zonas específicas más afectadas por la catástrofe.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Diputado Hugo Gutiérrez calificó su nombramiento como presidente de la Comisión de Derechos Humanos como “un gran honor”

El parlamentario del Partido Comunista (PC) dijo además que esto significa para él un reconocimiento a la lucha que ha desarrollado por la defensa de los derechos humanos en Chile y adelantó que sus prioridades serán avanzar en proyectos que están pendientes como el del defensor del ciudadano.

El diputado Hugo Gutiérrez, quien fue elegido de forma unánime por sus compañeros, agradeció su designación y dijo que “este reconocimiento que me hacen todos los integrantes de esta comisión, sólo me lleva a desempeñar de manera adecuada esta labor que se me ha otorgado y espero ser digno de todo el apoyo que este día se me ha dado”.



En cuanto al trabajo en la instancia, informó que lo principal será ponerse al día en todos los proyectos que se encuentran pendientes. “Queremos saber si todo el esfuerzo colectivo que ha hecho esta comisión en anteriores periodos legislativos ha sido del todo comprendido por el Parlamento”.


En esta línea destacó el proyecto del defensor del ciudadano (boletín 6232) en donde se crea una institución que velará por el resguardo y promoción de los derechos y deberes de las personas, además de avanzar en materias de discriminación. “Son temas que me interesan mucho y también le interesa a la ciudadanía”, señaló.


Integración de la Comisión


Además del diputado Gutiérrez, la instancia quedó conformada por los diputados Gabriel Ascencio (DC); Eugenio Bauer (UDI); Fidel Espinoza (PS); Romilio Gutiérrez (UDI); María José Hoffmann (UDI); Tucapel Jiménez (PPD); Sergio Aguiló (PS); Celso Morales (UDI); Sergio Ojeda (DC); Karla Rubilar (RN); Felipe Salaberry (UDI) y Ximena Vidal (PPD).


La comisión de Derechos Humanos sesionará los miércoles de 15:30 a 18:00 horas.