martes, 11 de octubre de 2016

Panchito Riset Grandes Cantantes de Boleros,



Panchito Riset. Cantante de una aguda pero melodiosa voz y una forma muy particular de interpretar el bolero, género en el que se destacó grandemente, aunque en sus inicios cantó casi todos los géneros musicales cubanos de moda en su época como la guaracha, el cha cha chá, la guajira, la conga y el guaguancó, entre otros. 








El 8 de agosto se cumplieron veintiocho años de su partida de este mundo terrenal.
 

Su verdadero nombre era Francisco Hilario Riser Rincón. Nació el 21 de octubre de 1910 en La Habana, Cuba, en el barrio de Atarés. 



Desde temprana edad, aprendió a tocar el tres –la reconocida guitarra cubana de tres pares de cuerdas que hiciera famosa Arsenio Rodríguez– y la guitarra acústica española, instrumentos con los que se acompañaba, pero poco a poco los abandonó para centrarse más bien en cantar. 



 Alguna vez le comentó a Ángel Valdés Iturralde: “Cantaba y lo hacía sin pretensiones, los que me escuchaban me animaron a que lo hiciera profesionalmente. Fue así como se inició mi carrera, allá en mi querida e inolvidable Habana”.


El inicio



Empezó a cantar profesionalmente con el Septeto Esmeralda cantando y tocando la marímbula, pasando en 1927 al Sexteto Cauto. Después siguió a otras agrupaciones, como el Septeto Bolero, el Sexteto Habanero en el cual estaba en 1928, musicalizando los bailes de la “Academia Habana Sport”, pasó luego al Sexteto Caney y de este a la Orquesta de Ismael Díaz




Al respecto, en 1981, confesó: “Por aquel entonces, los salones se llamaban ‘Academias de Baile’, y empecé a cantar profesionalmente en el ‘Sport Antillano’. Manolo Romero, músico del grupo, quien tocaba el tres, y quien fuera compositor de ‘Anacaona’, me dijo que necesitaba un cantante nuevo, pues al anterior se le había dañado la voz por la carencia de micrófonos en aquella época. Allí me presenté y fue un éxito. Triunfo que monopolicé para después cantar en el ‘Habana Sport’ como integrante del Sexteto Habanero. Después lo hice con el Sexteto Cauto y Marcelino Guerra.”








Uno de los más importantes Centros Nocturnos de la Habana era el “Eden Concert” porque sus administradores se caracterizaron por contratar nuevos talentos; hasta allí llegó a actuar Panchito, casi “por amor al arte”. Integraba en 1933 el Septeto Caney, cuando tuvo la oportunidad de conocer a un representante llamado “Antobal”
Eusebio Santiago Azpiazu “Antobal”, nacido en Cienfuegos, Cuba, en abril 6 de 1890, hermano mayor de Don Azpiazu), quien estaba buscando un cantante para su orquesta, que reemplazara a Antonio Machín que había decidido marcharse para España. Entonces le firman un contrato y se traslada a Nueva York.




Entonces en el mismo año, 1933, se presentó por primera vez en Nueva York, acompañado por una de las orquestas más populares de la ciudad, la Orquesta Antobal’s Cubans, su primera presentación fue en el centro nocturno “Madison Royal”. Cantó por un tiempo con la orquesta de Antobal, y grabó con esta agrupación su primer disco en el que por error lo anunciaron como Riset (en lugar de Riser), al enterarse del error, lo dejaron así para no tener que rehacer toda la producción y con esta variación de la última letra de su apellido se le comenzó a conocer como Panchito Riset. Después pasó a actuar en el Night Club “Cubanacán”, desde cuyo lugar, la emisora WBNX transmitía un Show en directo, lo cual le sirvió de difusión para una amplia acogida por parte del público latino en Nueva York.





Así comienza una etapa muy fructífera e importante para su carrera, ya que tuvo la suerte de cantar con dos de las orquestas más famosas de Nueva York la del español Xavier Cugat y la del también español Enrique Madriguera. Al año siguiente, regresa a Cuba y se presenta ante sus compatriotas cubanos acompañado de la orquesta de Eliseo Grenet –el autor de “Mamá Inés” y otros éxitos–, en el Club “Yumurí”




Después de esto regresa a Nueva York para realizar una serie de exitosas grabaciones, entre 1934 y 1937, con las agrupaciones: el Grupo Victoria de Rafael Hernández, el Cuarteto de Don Pedro Flores y el Cuarteto Caney.









Con el Grupo Victoria del maestro puertorriqueño Rafael Hernández grabó la danza “Mis Amores” (Simón Madera), el seis-aguinaldo “Ya Llegó La Navidad” (L. González), y el bolero “Mi Palomita” (R, Cole), grabados el 10 de octubre de 1934. 



Con el Cuarteto del maestro, también, puertorriqueño Pedro Flores (El cuarteto Flores lo era solo de nombre, generalmente era un conjunto, en este caso, con una trompeta, dos guitarras, marímbula y maracas) realizó varias grabaciones a dúo con Daniel Sánchez como: “Obsesión”, “Los Cisnes” (Ramón Carrasco), “Flor Silvestre” (abril 10/1935), “Ciego De Amor” (abril 10/1935), “Los Hombres Son Sinvergüenzas” (son, abril 10/1935), “Sin Bandera” (abril 10/1935), y algunos temas como solista: el son “Cuando Vuelvas” y los boleros “Esa Eres Tú” y “Vencido”, grabados el 4 de febrero de 1936, entre otros. La mayoría composiciones de Don Pedro Flores. También grabó con Claudio Ferrer como segunda voz con el cuarteto convertido en Sexteto Flores temas como “Rumba Brava” (Panchito Riset), “Sola y Triste” (Armando Valdespí), “Tú” (Pedro Flores), grabados el 31 de marzo de 1936, entre otros. Con el Cuarteto Caney grabó: el bolero-son “Abandonada” (de M. Romero, enero 24/1936) con el que tuvo mucho éxito, “Al Encontrarte” (de A. Tariche, enero 24/1936) “Buscando La Melodía” (de Marcelino Guerra, mayo 14/1936), “Lamento Jarocho” (de Agustín Lara, mayo 14/1936), “Cuidadito Compay Gallo” (de Ñico Saquito, 21 de diciembre de 1936), “María Elena” (de Lorenzo Barcelata, 21 de diciembre de 1936), “Sabrosito Bongó” (de Panchito Riset, 21 de diciembre de 1936), “Alegre Conga” (de Miguel Matamoros, 29 de junio de 1937), “Bruca Maniguá” (de Arsenio Rodríguez, 12 de octubre de 1937), “La Masacre” (de Joseito Fernández, 12 de octubre de 1937), entre otros.


Por este tiempo conoció a la actriz norteamericana Eleanor Powell, que quedó gratamente impresionada con su voz y por la forma de tocar las congas, a tal punto que lo catalogó como el “El Rey Del Ritmo Nuevo”; por supuesto, “ritmo nuevo” para aquella época. Por sugerencia de la actriz, Panchito se fue para Hollywood, California, donde se presentó debutando con su propia orquesta, en 1937, en el famoso Club Nocturno “Trocadero”, en el cual realizó una temporada triunfal con Eleanor Powell y luego con Ann Miller y Desi Arnaz en la segunda temporada; entretanto se lo disputaban los estudios de grabación.








De regresó a Nueva York, Panchito actuó, por el año 1938, con su propia orquesta en el aristocrático Club Nocturno “La Conga” de Nueva York que era, en ese tiempo, uno de los centros nocturnos de moda. Con su Orquesta La Conga, en este año, grabó temas como “La Comparsa de Camajuaní” (R. Dihigo) “Pepita” (Eliseo Grenet), y “Por Corrientes Va Una Conga” (Ernesto Lecuona) en el ritmo conga y el son “Ensueño” (P. Tellería), entre otros. Pasó luego al Club “Versalles”, donde inicia una largo tiempo de presentaciones, interrumpido por la circunstancia de haber tenido que prestar el servicio militar.





Del Ejército a su consagración




Como ciudadano de los Estados Unidos, al empezar los enfrentamientos de la Segunda Guerra Mundial el deber lo llamó, y Panchito se enlistó en el ejército, donde permaneció desde 1943 hasta 1945. El ejército norteamericano lo destacó en Europa donde participó en varias batallas importantes como la de Normandía. Como militar se distinguió y llegó a ocupar el cargo de asistentes de los médicos y cirujanos destacados en el frente. Como reconocimiento a su labor y servicios prestados lo condecoraron con tres medallas de bronce. Como soldado artista, realizaba shows para sus compañeros y durante su estancia en Inglaterra se presentó en el “Town Hall” de South Hampton.



Cuando lo licenciaron del ejército con honores mencionados, regresó entonces a lo que más le gustaba, cantarle a su público. Tal fue su arraigo en la ciudad de Nueva York, que reapareció, de nuevo, en el exclusivo y famoso Club “Versalles”, donde estuvo cubriendo temporadas por un tiempo de 15 años consecutivos. El nombre de Panchito Riset se los disputaban las carteleras de los principales centros nocturnos tales como: “Chateau Madrid”, “Alameda Room” y el famoso y renombrado “Carnegie Hall”.










A su regreso del servicio militar, también continuó grabando, preferentemente con grupos que se amoldaban a su estilo, como la orquesta de René Hernández y el conjunto de Luis “Lija” Ortiz, mientras hacia giras esporádicamente por el Caribe. En sus presentaciones, con su voz e inconfundible estilo, Riset llevó al bolero la ingenuidad, la pureza en la expresión que existía en los años 30, y nunca buscó innovar su estilo. Invitaba al oyente a trasladarse con él a la simple y sosegada magia de la década de los 30.



Con respecto a su estilo, muchos afirmaban que se lo había copiado a “Cheíto”, uno de los cantantes del Sexteto Habanero. Y si bien es cierto que Panchito, como Cheíto, cantaba en los sextetos como requinto, o sea, con una voz que se destaca sobre el coro –estilo que Carlos Manuel Diaz “Caíto” perfeccionó para darle una característica única a los coros de La Sonora Matancera–, lo suyo realmente era distinto, porque poseía en el registro alto un vibrato que a veces parecía un temblor, pero que nunca perdía la afinación, algo fuera de lo común que le daba a sus interpretaciones, una expresión tanto de apremio como de sinceridad. La voz de Riset era la voz del amor angustiado, cosa que reconocían los que compraban sus discos porque, en fin, casi todos ellos habían sentido las angustias del amor.





No Fue Profeta en su tierra




Lo interesante de su historia es que, a diferencia de cubanos como Antonio Machín, Bola de Nieve y Machito, entre otros, que disfrutaron de una vasta fama internacional en Cuba, su país natal, Panchito Riset no era muy conocido, ya que había salido de la isla siendo muy joven.



No fue hasta mediados de los 40 que los oyentes de la radio de una popular radioemisora habanera, Radio Cadena Suaritos, comenzaron a escuchar una nueva voz que no era la suave de Fernando Albuerne, la viril de Daniel Santos ni la cadenciosa de Bobby Capó, a las que ya estaban acostumbrados. Esta nueva voz era algo distinto: muy aguda pero melodiosa, cantando en un estilo que, francamente, ya estaba pasado de moda. Y para acabar, la canción que interpretaba comenzaba extrañamente con una risa, seguía con una pregunta y continuaba después con la evocación nostálgica de la amada perdida y el nido de sus amores.



Era una canción que parecía un tango. De hecho, su tema recordaba a la percanta y el bulín de “Mi Noche Triste”, el primer tango que cantó Gardel. Era una especie de tango tropical, a ritmo de bolero. Uno de esos temas que se creían compuestos en una noche de farra, llenas de recuerdos, de mucho alcohol y de superabundante inspiración. En suma, una canción tanto sublime como ridícula y, como tal, conquistó el corazón de las multitudes. A poco, “El Cuartito” de Edmundo “Mundito” Medina, grabado en 1947, en la voz de Panchito Riset, se escuchaba por todas partes a nivel de saturación. Como dato curioso, apunta el reconocido escritor de La Sonora Matancera, Héctor Ramírez Bedoya, que “Mundito” Medina era un exboxeador puertorriqueño, que fue entrenador del famoso cubano campeón mundial de boxeo de la categoría welter, Kid Gavilán.



En su voz impuso otros éxitos como “De Cigarro En Cigarro”, más tarde, con la misma aceptación, siguieron “Blancas Azucenas”, de Pedro Flores, de la cual el musicólogo Cristóbal Díaz Ayala dice que en su versión uno casi podía oler las flores, y “Cita A Las Seis”, que hacía que los oyentes llegaran a ponerse nerviosos al escuchar cómo su voz esperaba a la amada.









Y así, Panchito se mantuvo por décadas. Como el baluarte de la música popular de Nueva York grabó para el sello Ansonia, con su maravilloso gorjeo melódico, preciosos boleros como “Melancolía Y Mi Gloria”, de Luis Kalaff, “Peregrina Sin Amor” y “Mil Copas”, de Bienvenido Brens, “Deseo Bohemio” y “Háblame Clro”, de la autoría del pianista Francisco Simó Damirón, “Todo Me Gusta De Ti”, de Leonel Sánchez y “Amor Y Odio”, “Ella” y “No Me Pidas Olvido”, de Armando Cabrera, entre otros, hasta que la salud le empezó a fallar. Aún así, nunca perdió su maravillosa voz.



En la enfermedad y el final





En 1981, sufrió un duro golpe, cuando le amputaron las dos piernas debido a una pertinaz diabetes, pero aún así nunca perdió su buen ánimo y firmeza ni nadie que se acercara a él le escuchaba un solo quejido ni reproche. Al respecto entrevistado en su habitación de un hospital de Nueva York, expresó: “Mis piernas me llevaron en un largo peregrinaje. He viajado el mundo, fui combatiente de la Segunda Guerra Mundial. Vi la muerte a mi lado, conocí la miseria humana que envuelve un holocausto, y tuve que seguir andando. Hoy por mi capacidad y entendimiento, puedo ser espectador de la vida, que no va a cambiar para mí, por el hecho de habérseme amputado las piernas. Esta prueba no es fácil sobrellevarla, pero tampoco es aplastante. Y creo que Dios ha sido bastante generoso; a pesar de que me quitaron las piernas, no me han privado de mi voz”.









Menciona el musicólogo cubano Cristóbal Díaz Ayala que en septiembre de 1983, cuando se celebró la Telemaratón de la Sociedad de Niños y Adultos Lisiados de Puerto Rico en Nueva York, la presencia y la actuación de Panchito Riset arrancaron, al mismo tiempo, lágrimas y aplausos. Al presentarlo el animador Pedro Zervigón, el público lo obligó a interpretar varios números, entre ellos “Blancas Azucenas”. Esa noche, fue la estrella que más brilló, aunque allí estaban Celia Cruz, Iris Chacón, Ruth Fernández, Myrta Silva y otras grandes figuras. Desde su silla de ruedas, siguió actuando hasta que la enfermedad pudo más que él.



Panchito Riset falleció el 8 de agosto de 1988, en Nueva York, debido a una arteriosclerosis generalizada, que como se dijo, anteriormente, le había postrado a una silla de ruedas por la amputación de sus dos piernas. Su esposa de origen francés y enfermera de profesión, con sus cuidados y atenciones le hizo menos dolorosos sus últimos días.








Dos meses antes el 8 de junio (1988), ante la escasez de recursos económicos, la puertorriqueña Gilda Mirós le organizó una gigantesca velada con el propósito de recolectar fondos suficientes que le garantizaran a Panchito una vida más digna, pero sobre todo, una adecuada asistencia médica para sus enfermedades. Acudieron a la velada Joe Quijano, Mario Bauzá, Charlie Palmieri, Mario Hernández y La Sonora Matancera con el cantante Bobby Capó. El espectáculo fue grandioso y la alegría se tornó en llanto cuando Panchito, en una silla de ruedas, con su voz cansada y ronca, interpretó varios de sus gloriosos éxitos. Al cantar “Cuando Salí De Cuba” y “Guantanamera” el público asistente enmudeció. Fue un adiós multitudinario para uno de los grandes cantantes del pentagrama musical latinoamericano.FUENTES CONSULTADAS

· DÍAZ Ayala, Cristóbal. Enciclopedia Discográfica de la Música Cubana 1925 – 1960. Disponible en el sitio Web: http://gislab.fiu.edu/smc/bibliografia.html.

· PELAEZ, Ofelia. Verdades, mentiras y anécdotas de las canciones, sus creadores e intérpretes. Editorial Discos Fuentes. Primera Edición. Medellín, Colombia; Septiembre de 2002.

· RAMÍREZ Bedoya, Héctor. Historia de la Sonora Matancera y sus Estrellas. Impresos Begón. Segunda Edición. Volumen 1. Medellín, Colombia. 1998.

· RICO Salazar, Jaime. Cien Años De BOLEROS. Quinta edición. Impreso por Panamericana. Santa Fe de Bogotá, Colombia, actualizada al 2000.

· VALDÉS Iturralde, Ángel. Notas del disco El Amante de Siempre. Panchito. Con Ramón E, Aracena y su Orquestan. Ansonia Records SALP 1591. Volumen 10. 1981.





Emilio Tuero Cubillas Grandes Cantantes de Boleros



Emilio Tuero Cubillas nació el 5 de abril de 1912 en Santoña, provincia de Santander, en España, de donde emigró, a buscar el pan de cada día, a México, al dedicarse en un principio al negocio de la panadería, al lado de unos parientes.






Con el paso del tiempo se convirtió en un joven bastante bien parecido y dotado de una distinguida voz, por lo cual se decidió a probar fortuna en la radio.







Según cuentan algunas crónicas fue el locutor Pedro de Lille, quién le bautizó, por quién sabe que reminiscencias, como el “Barítono de Argel”, pues tal parece que no tenía sangre árabe, más que la hubiera desperdigada entre su familia, a raíz de la dominación árabe en España, pero sin reconocerla.







Incursionó muy joven en el ambiente artístico. A mediados de los años 30 su particular forma de interpretar las canciones lo había convertido en una estrella de la radio, catapultándolo al cine como actor protagónico.







Debutó en el cine en 1936 en “Tras la Reja” de Boris Malcon. Cinta de la cual tenía muy mal recuerdo, junto con Abnegación” que fue su segunda película, por lo que insistía que su carrera se inició a partir de “El Rosario de Amozoc” de José Bohr. Una comedia de astrakán que corrió con buena fortuna cuando su estreno.







Su rostro fino y sus maneras delicadas, que denotaban un cierto rasgo de aristocracia o distinción, lo convirtieron en el galán ideal para representar a “niños de bien” o señoritos porfirianos, en cintas como “En Tiempos de Don Porfirio”; “Cuando la Tierra Tembló”; “Al Son de la Marimba”; “Cuando los Hijos se Van”; “Mil Estudiantes y una Muchacha”; “El Paisano Jalil” y “Yo Bailé con Don Porfirio”, entre otras.





En 1940 hizo "Al son de la marimba" bajo la dirección de Juan Bustillo Oro, donde hace mancuerna con Joaquín Pardavé y Sara García y en 1945 hace con María Félix "Vértigo" .







Fundó la productora Argel films. Como productor/actor protagonizó "Quinto patio" de 1950, que se convirtió en un fenómeno taquillero.







Se casó con Marina Tamayo, actriz que se retiró después de su matrimonio en 1942. Fue una figura importante en la cinematografía de la época, donde fue ícono del galán romántico.







Emilio Tuero (5 de abril de 1912, Santander, España - 22 de julio de 1971, en Ciudad de México, México) fue un actor, productor y cantante mexicano de origen español.








Sus últimas grabaciones las hace para la empresa discográfica RCA Víctor en el año de 1966. Durante 8 años fue animador de programas de televisión.







Fue conocido como el "Barítono de Argel" y trabajó para la radiodifusora XEW en el espacio de "La hora azul", interpretó música popular, bolero y tango.





Muerte



Emilio Tuero falleció el 22 de julio de 1971, en Ciudad de México, México, cuando su fama ya era sólo un recuerdo desdibujado.

Fuentes
cinemexicano.mty.itesm.mx
www.lastfm.es






lunes, 10 de octubre de 2016

Carmen Delia Dipiní Inolvidables Interpretes femeninas

Carmen Delia Dipiní,fue una cantante puertorriqueña de boleros. Su época de apogeo fue cuando interpretó sus melodías junto a la Sonora Matancera. 



Comenzó a cantar en 1937, bajo la instrucción de la profesora Amparo Brenes de la Escuela Elemental Eugenio Brac de Naguabo. En 1941 debutó profesionalmente en un programa que Rafael Quiñones Vidal animaba por la emisora WNAM.








Ayudada por su amiga Ruth Fernández, se trasladó a Nueva York en 1947, donde se hizo cantante profesional. Eso ocurrió cuando estuvo participando en el programa de aficionados de Willy Chevalier en el Teatro Triboro, donde ganó un Primer Premio y la casa disquera Verne la contrató para grabar con Johnny Albino y el Trío San Juan la canción El día que nací yo, Perdida y "Duérmete mi Junior".








Trabajó en varios teatros como el Jefferson, Hispano, Puerto Rico y con la radio emisora WWRL, así como en numerosos centros nocturnos. Posteriormente fue contratada por la Casa Seeco y con ellos grabó "Besos de fuego", tango cuyo título original es "El choclo" y que con una nueva letra de Mario de Jesús, acompañada por la la Orquesta de René Touzet, la catapultó internacionalmente.





La cantante, nacida el 18 de noviembre de 1927 en Naguabo, grabó en Cuba con la Sonora Matancera a mediados de los años 50. Igualmente cantó también con el Conjunto Casino e hizo radio y televisión en La Habana.






Se unió a Johnny Rodríguez y cosechó innumerables éxitos con los temas "Fichas negras", "Soy mimosa" y "Dímelo". También grabó otros grandes éxitos como "Son amores", "Experiencia", "Si no vuelves", "Delirio" y "No es venganza".








A lo largo de su vida grabó 30 discos de larga duración, contándose como un clásico el que realizara, en la década del 60, junto a Tato Díaz del cuarteto Los Hispanos, en homenaje a Sylvia Rexach.






Viajó intensamente por toda Latinoamérica. De hecho, en una de sus presentaciones en Venezuela, los fanáticos causaron motines por verla.



Por otra parte, visitó México en tres ocasiones, quedándose a residir allí por espacio de siete años. En ese tiempo es reclutada para grabar por los sellos multinacionales Columbia y RCA Víctor. Con los últimos produjo el álbum "Especialmente para ti" con el acompañamiento musical de la orquesta de Chucho Ferrer.








En la década del 60 la artista reactivó su catálogo de grabaciones al producir "Encadenados". En esta grabación Carmen Delia contó con el acompañamiento musical de Leroy Holmes, quien años antes había acompañado a Tito Rodríguez en el clásico "Inolvidable".








En los años 70 la popular cantante realizó una serie de grabaciones con Ramoncito Rodríguez del Trío Los Andinos. Produjo igualmente en 1979 una nueva grabación bajo la dirección del maestro Mandy Vizozo. Y en 1986 participó del proyecto "Somos el prójimo" que, en plena era de las grabaciones tipo "We Are the World", se realizó en Puerto Rico para una causa benéfica.








Carmen Delia Dipiní se mantuvo vigente hasta el último momento cantando en programas televisivos y gozando de la fama que toda su carrera le produjo. La inolvidable intérprete de "Amor perdido" y "Congoja", fue objeto de muchos reconocimientos. Una de sus últimas distinciones fue la inauguración del Café Teatro Carmen Delia Dipiní, centro artístico que el Municipio de Bayamón le dedicó junto al Paseo de los Artistas.
Falleció el martes 4 de agosto de 1998.


Fuente -Fundación Nacional para la Cultura Popular | San Juan, Puerto Rico: Carmen Delia Dipiní. prpop.org/biografias/carmen-delia-dipini/




domingo, 9 de octubre de 2016

Gilberto Urquiza Grandes Cantantes de Boleros

Gilberto Urquiza.- Guitarrista, compositor y cantante, nació en Matanzas, Cuba en 1920.







En 1940 se fue a La Habana y formó el trío Urquiza, teniendo éxito por la emisora RHC, que los llevo por varios países, y quedándose definitivamente en México formando un nuevo trío llamado Urquiza, junto a Roberto Hernández y Ángel González.









En 1957 regresó a Cuba tratando de continuar su carrera allí, pero según reportaje de la revista Bohemia del 18 de octubre de 1959, no tuvo éxito, teniendo que dedicarse a escribir jingles comerciales, y en consecuencia regresó a México siguiendo su carrera.









Formó el grupo de rock DKDA60. Autor de éxitos musicales como "Cuernavaca en primavera", que sirvió de título a una película con Rogelio Guerra; "Hola ¿qué tal?", que fue el número de presentación del cantante venezolano Lorenzo González; "El Redentor", tema que hizo famoso al colombiano Oscar Agudelo; además fueron muy conocidas "Tonterías", "Engáñame otra vez", "Habladurías", "Si me atreviera", "Humillación".








 Gilberto Urquiza, falleció en la capital azteca.








Por su parte, los otros dos ex-integrantes del Trio Urquiza, los mexicanos, Roberto Hernandez y Angel Gonzalez, fundaron junto a Pablo Peregrino y Manuel Osorno, el que mas tarde seria el popularisimo Trio Caribe.







Con su trío Urquiza grabó además junto al Negrito Chevalier, y junto al cuarteto
Manuel Jiménez. Su hijo Gilberto Urquiza Villarreal “Betosaurio” nacido en México es un bajista y guitarrista que formó el grupo de rock DKDA60, pasó por los grupos de rock Dino y los Saurios, Los Blue Caps. 









Este hijo es el que ha asegurado que Urquiza fue el primero en llevar la guitarra eléctrica a los tríos. Su nieto nacido en Cuba, Pavel Urquiza es también guitarrista, cantante y compositor de fama internacional,especialmente en su etapa integrando el Dúo Gema y Pavel. Gilberto Urquiza De La Rosa.

sábado, 8 de octubre de 2016

Marco Aurelio Grandes Cantantes de Boleros


Aunque Marco Aurelio se inició como cantante en un sencillo liceo de Santiago, el tiempo lo convirtió en uno de los principales intérpretes de los años '60 en Chile, vinculado a los comienzos del Festival de Viña, el auge de la Nueva Ola, y a una de las baladas más famosas de nuestro cancionero: "Amor por ti", que este intérprete compuso en 1969 y que llegó a ser grabada dentro y fuera de Chile en los años siguientes.






Tal como muchos intérpretes de su generación, Marco Aurelio se mantiene hoy editando discos de temas populares (suyos o ajenos) y con esporádicas presentaciones en vivo en restaurantes, clubes y festivales de provincia.



Inicios radiales



Fue en los calduchos, festivales escolares realizados en los años '50, donde Marco Aurelio Solís Gatica comenzó a cantar, cuando aún era estudiante del Liceo Valentín Letelier. De ahí pasó a ser músico estable de programas radiofónicos, primero en la "Fiesta en el Aire", el programa de Patricio Varela en Radio Bulnes; y luego en "El Show de Eduardo Gallegos", en Radio Pacífico.








RCA se interesó en su arrastre y lo convocó en 1959 para grabar un primer sencillo. En 1959 fue editado el single "Qué injusticia"/"Cariño mío", que Aurelio sucedió con un tiempo de retiro de la actividad artística. 






La pausa se interrumpió en 1963, cuando ganó el Festival de Viña del Mar con el tema "Sólo una mirada", de Juan Vásquez. Eran los primeros años del Festival, cuando a los participantes era la producción del certamen la que les adjudicaba sus canciones. En ese contexto, Marco Aurelio volvió a participar varias veces del certamen.







Su primer disco larga duración fue Inconfundible (1964), cuya aparición coincidió con su incorporación a "El Show 007", de Óscar Arriagada, con el cual recorrió a Chile junto a músicos de la Nueva Ola, en pleno auge de ese fenómeno musical.



Más tarde, el joven se hizo parte del elenco de Radio Minería, donde permaneció trabajando hasta 1966, año en que decidió centrar su actividad artística en Argentina.







Regresó en Chile en 1969, y compuso "Amor por ti", un tema de amor que en un principio no quiso hacer público, pues aludía a una ruptura amorosa suya. Fue, según él, "una traición" que lo sumió en una depresión de varios años, por la cual el cantante hasta se alejó de los escenarios. 



En 1972, Buddy Richard lo ubica para pedirle permiso para difundir el tema. El resultado fue un éxito total, que luego llevó también a grupos como Los Galos y Los Angeles Negros a registrar sus versiones. 







La lista de intérpretes de "Amor por ti" incluye nombres internacionales, y una de las versiones más recientes fue la que en el año 2003 hizo María Jimena Pereyra para su álbum Dedicado (y en la que el propio Marco Aurelio agregó dos nuevas estrofas).










Marco Aurelio grabó "Amor por ti" recién en 1977, y a partir de ese año fue volviendo paulatinamente a los escenarios. El grueso de su discografía contiene versiones para títulos populares de los géneros del bolero, el tango y la balada latinoamericana, y ha aparecido por sellos independientes. 






Con presentaciones regulares en locales nocturnos y eventos institucionales, el autor de "Amor por ti" nunca ha vuelto a alcanzar el éxito de antaño, pero sigue activo y su voz permanece en óptimas condiciones.


viernes, 7 de octubre de 2016

Luis De Castro Grandes Cantantes de Boleros


Luis De Castro --exitoso cantante chileno de los años cincuenta,un buen muchacho al que se le recuerda con mucha admiración y cariño.Por el canto, abandonó su carrera en Carabineros de Chile. Mas, no obstante haber triunfado plenamente en su país, de repente desapareció.







Luis de Castro ¿Quien se acuerda de Luis de Castro?
Muy poca gente puede saber algo de este gran cantante chileno dueño de un precioso timbre de voz.



Muy Poco se has escrito sobre este excelente cantante romántico Chileno conocido como Luis De Castro, que irrumpió en la escena del disco y que conquistó mágicamente a una cantidad enorme de entusiastas discómanos en la época.










¿Cómo fueron sus inicios?...bueno, en la mitad de los años 50s. Luis de castro deja la carrera de armas que había abrazado con tanto cariño en la calidad de oficial de Carabineros, para pasar a convertirse en una de las voces más privilegiadas con que ha contado nuestro espectro musical, un hombre que imponía un estilo romántico en sus canciones, el estilo del bolero, beguine, fox y otros ritmos lentos de la época, presentándose en los mejores escenarios del país: Boites, Teatros y muchas actuaciones en las Radioemisoras de Chile y América.








Las diferentes radios del país se deleitaban incluyendo en su programación a este joven que otrora fuera tan importante como Lucho Gatica en nuestro medio, a él le tocó compartir con verdaderas figuras de la canción, eran los tiempos, del romántico bolero y sus estrellas Sonia y Myriam, Enrique Balladares, Raul Videla, Karina, Magda Ruiz , Claudio De Paul, Mario Arancibia, Jose Bohr, Arturo Millan, Arturo Gatica y el mismísimo Lucho Gatica y uno que otro extranjero que transitó por nuestro país como: Raul Shaw Moreno y Leo Marini, sin embargo Luis de Castro, con una voz cálida, suave y elegante. 





Se transformó en uno de los mejores exponentes en su género, sus canciones aún se recuerdan entre aquellos que pintan canas y que están en la edad adulta: “Nuestra separación”, “Oración peruana”, “Calla corazón”, “Linda” “Imploración”, “Habanera”, “El mundo”, “Cerquita de tí”, “Mil besos”, “Mi oración”, “Otra primavera” “Amor de pobre”, “Viña del Mar”, “Soñando contigo”, “La Zarzamora”, “Ilusión”, “Con una canción en mi corazón”, “Caminaré sólo”, “Luna que pasas mirando”, “No me mires así”, “Imploración”, “Imposible”, “Prefiero saber”, “Todo y nada”, “Ausente”, “Es inútil”, “Que falta que me haces”, “Puente de piedra”, “El teléfono”, “Noche de ansiedad”, “Seré feliz, cuando tu me quieras”, “Cosas del amor”, “Allá tú”, “Te olvidaré”, “Mi carcajada”, “Vete de mí”, “Escríbeme”, “Que esperas”, “Bájate de esa nube”, “Sufrir”, “Milagro”, “Volare”, “Que pena”, “Regalo de Dios”, “Un minuto de tu amor”, “Gracias por tu ingratitud”, “Un beso tuyo” “Murmullo”, “Dudas de mi”, “Frío en el alma”, “Mañana será tarde”, “Miedo de ti”, “Amorosamente”, “Adiós felicidad”, “Quisiera alejarme”, “Ya lo ves”, “Conozco a los dos”, “Cuando quieras volver”, “Tres horas”, “Te vas porque quieres”, “Dos gardenias, “Limosna”, “Lunita de Madrid”, “Sin tu adios”, “Idilio”, “Perdí el corazón”, “La noticia”, “Amor que mata”, “A que has venido”, “Calladito” y otras..







Luis de Castro se codeó con los mejores músicos de la época y fue acompañado por grandes orquestas, cuyos directores como: Pedro Mesías, Roberto Inglez, Manuel Contardo, Vicente Bianchi, Trío Halcones, Trío América, Orquesta Orfeón, Los Peniques, le dieron un marco especial a sus arreglos y los sellos discográficos que le cobijaron fueron los más importantes en el país, en aquellos años 50s. Odeón Chilena y RCA Victor.








Fue Así como Luis de Castro, le dijo un día no a la institución de Carabineros de Chile, por elegir la carrera de cantante, que era su vocación más fuerte, en su debut oficial como cantante, fue acompañado por una delegación de aquellos compañeros de armas de la institución de Carabineros.




Luis de Castro, ídolo de multitudes en su época, igualmente se graduó de general en la música y en el corazón de todos sus seguidores. Difícilmente el tiempo podrá borrar un talento tan grande, una voz incomparable. 








Luis de Castro quedará en la historia como un baluarte del romanticismo, al que aún se respeta y recuerda con cariño.




El cantante Chileno, cuyo nombre verdadero era José Luis Rodríguez, falleció en francia a avanzada edad.